Gerardo Barbera
La filosofía de cerca
B i b l i o t e c a
Ciencias de la
Educación
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
Valencia, Venezuela
2016
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
Jessy Divo de Romero
Rectora
Ulises Rojas
Vicerrector académico
José Ángel Ferreira
Vicerrector administrativo
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La filosofía de cerca
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Gerardo Barbera
1.a edición digital, 2016.
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de producción editorial: Marcos González
Valencia,
Venezuela
Autor: Prof. Gerardo Barbera L.
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Departamento de Filosofía
Facultad de Ciencias de la
Educación
Universidad
de Carabobo – Venezuela
FILOSOFÍA DE LA ESPERANZA
*
¡Dios, cómo pasa
el tiempo, cómo pasa! Ya son más de veinte años. “¡profesor!, ¡profesor!, ¡profesor!”.
A veces se me olvida mi nombre. Toda una vida enseñando Filosofía, ¡toda una
vida! Y pensar que aún recuerdo los primeros días: el aula de clases, los
estudiantes del primer semestre de Educación, cincuenta y cinco alumnos. Yo
estaba lleno de esperanzas, soñando nuevos amaneceres, mis ojos brillaban.A
todos mis amigos les hablaba siempre de lo mismo, de mis clases, de anécdotas,
de la filosofía, de los anhelos que florecían en mi alma. ¡Era hermosa la vida!,
¡eran hermosas las mañanas!, ¡era hermosa la primavera! Ser educador es una
aventura especial, una vocación espiritual.
¡Cuántas gotas de lluvia he visto caer!,
¡cuántas palabras!, ¡cuántos encuentros!, ¡cuántos exámenes corregidos!,
¡cuántos rostros!, ¡cuántas noches de silencio!, ¡cuántos sueños que se han
ido! Se van las nubes, se va la tarde, ¡ahora son ancianos mis antiguos
compañeros! Los otros, ya están cansados, ¡cuántas tardes de café! ¡Cuántas flores
recogidas!, ¡cuántas lluvias sin sol!, ¡aquí no hay placas “en honor a...”,
pero dejaron recuerdos!, ¡dejaron la vida, dejaron sus sueños!, ¡Dios, cómo
pasa el tiempo, cómo pasa! Y los años se van y con ellos la vida. Sin embargo,
más allá del cansancio nos quedan las manos plenas de ese amor que se ha
compartido a lo largo del camino.
Ya mi caminar es pausado. Estoy cansado, como
si la existencia fuese una carga tan cotidiana. A veces, la ventana es tan
oscura, que me acuesto para no pensar en nada, y así soñar que el tiempo no
pasa y que todo es nuevo. ¡Dios, estoy tan cansado! ¡Pero lleno de esperanzas!
Se van los amigos, llega el invierno. Se van las fuerzas, llegan anhelos, los
sueños se hacen alumnos de rostros frescos. Y así como se fueron los viejos
profesores, llegan otros de caras sonrientes, como llega la tarde despejada,
tan tranquila, con ese sabor a hogar que me espera en los brazos de mi esposa. Dios
me ha bendecido al darme una familia, y una vocación de servicio que da sentido
espiritual al existir.
Mi esposa sabe
que estoy cansado, que vivo de recuerdos y de nuevos sueños, y me escucha; yo
hablo y hablo. Ella me escucha, llega la noche, estoy cansado, me besa: “Hasta
mañana, deja de pelear, te vas a enfermar”. Llega la noche, cierro los ojos. La
vida está ahí, en el hogar, en los hijos que ya viven lejos. Por muy cansado que
haya sido la jornada, mi esposa siempre me espera. La vida es el encuentro, el
amor. La filosofía es ese camino de encuentros, de amor, de alumnos que
aprenden, de profesores que enseñan, de sueños, de esperanzas, de cansancio, de
lejanía. La filosofía se hace desde la vida, desde el cansancio, desde lo
aprendido, desde lo enseñado, desde los hijos, desde la esposa que duerme,
desde los fracasos, desde la esperanza, desde el trajín de los días; pero,
sobre todo, desde los sueños que Dios siembra en nuestras almas.
Tengo el alma llena de alegrías y de cansancio.
Todavía espero la luz del “horizonte”, “de un mañana mejor”, “de la educación
liberadora”, “de la formación de la conciencia”, “del crecimiento personal”,
“del ser, del hacer y del convivir”. Tengo más ilusiones que fracasos. La educación
ha sido el camino, aunque a veces parezca que no le interesa a ningún gobierno.
La vida, la educación trasciende lo formal, no se deja atrapar, ni vencer por
los límites de ningún sistema de gobierno. Es Dios quien te llama a ser
educador, se trata de una vocación espiritual, no de un trabajo cualquiera.
A veces, el saber
se ha hecho discurso, “voten por mí”, “voten por mí”, “yo soy la salvación del
oprimido”, “voten por mí”, “dejen de pensar”, “voten por mí”, “yo soy el
gobernante elegido”. Más allá de esa
gente, la vida vale la pena. La conciencia y la alegría son elementos de la
misma vida.
De tanto andar
por estos pasillos, mi corazón se ha hecho humano. Soy la esperanza tranquila,
la quietud cargado de años; soy el sol de primavera y el calor de las noches
profundas; soy el esposo, el padre, el hijo. Un saludo amoroso y una palabra
que ha dejado huellas. Quiero seguir el camino del encuentro, del enseñar sobre
el sentido de la vida, sobre la vocación docente. Y sé que la Nada existe, la
llaman muerte, soledad, hambre, tristezas, niños solos. Y la Nada es la muerte
que se hace historia de vida en cada hombre y en cada mujer sin esperanzas, sin
horizontes. El hambre del Otro cuestiona el sentido de la misma existencia, la
soledad y la pobreza del niño cuestionan la fe educativa, la vida nos llama a
entregarnos a favor de los que no tienen, a sembrar la esperanza el corazón de
cada niño en cada escuela.
Mi experiencia
docente ha sido un río de cascadas profundas y de formación de conciencia, un
huracán de vida y de encuentros, de experiencias vitales. La educación no se
parece a los dibujos de los libros, donde “Roque corre a su casa”, “mi papá
fuma pipa”, “mi mamá me ama”. Aquí, en estos salones universitarios, aquí, en
esta Facultad de Educación la vida parece un torbellino de saber, de
afectividad, de sueños, de planes, de encuentros…, y siento miedo de que la Filosofía
haya sido una película vieja, un cuento infantil para que todos creamos en las
esperanzas y en los sueños que se forjaron en las lejanas noches de la
infancia, ¿recuerdan?, aquellos días de cantos y juegos. La filosofía nace en
el niño.
¿Y si la filosofía
nos mantiene en la infancia eterna? ¿Y si todo es mentira?, “Tu casa se quema,
corre Roque”. Por cierto, en la escuela de mi infancia nadie se llamaba Roque.
Sin embargo, me acuerdo de “Roque”, de mi maestra, del patio de los recreos, de
mi vieja escuela, de las calles polvorientas del barrio. Esos maestros llenaron
mi corazón de sueños que se hicieron vida.
Ahora me
encuentro pleno de años entregados a la enseñanza, en búsqueda de lo
fundamental y de la trascendencia espiritual. He vivido muchos años sumergido
entre la lógica racional y la aventura del encuentro, tan llena de corazones y
de sentimientos. ¿Cómo me siento? como el mar de horizontes luminosos, viendo
el nacer de nuevos barcos, jóvenes
enamorados besándose en la playa; me siento como un atardecer soleado de quien
ha entregado la vida.
Desde hace dos años tengo pesadillas, veo
millones de hombres y mujeres cantando
himnos revolucionarios. No puedo dormir, veo a esos hombres y mujeres
desaparecer en un lago. Y en el borde del lago, antes de caer, dejan las flores
de la esperanza. Esos muertos se van desnudos, con las manos vacías, con los
ojos apagados gritando el nombre de los maestros que no tuvieron. Y despierto,
me lleno de fuerzas para seguir formando a cada joven los secretos de una
Filosofía de la Liberación, para que ya no existan muertos sin esperanzas. La
filosofía de la Liberación es un canto de esperanza. Es un sueño que tiene que
ser compartido para que se haga realidad.
**
En la vida real
dejaron de existir las hadas madrinas con sus alas transparentes. Sin embargo,
aún tengo los viejos libros de cuentos infantiles. Leer se ha convertido en un
reto caluroso, ¡por Dios, hoy, en el mundo de la INTERNET…a qué niño le
gustaría escuchar sobre un mundo imaginario, justamente antes de dormir! En la
era del nuevo milenio poco importa arrojar un libro a la papelera. Ninguna
lectura parece interesar, las letras estorban, los libros son pesados, se caen
lentamente de las manos. Son pesados y desaparecen en las horas nocturnas del
actual relativismo pragmático. Sí, son esos intelectuales que duermen, comen y hacen
el amor. Nada les importa, jamás leerán un libro de Filosofía. Y yo vivo con
ellos, y sé que buscan el sentido, que desean saber, que buscan a tientas en la
oscuridad…, y cuando se cansen de las cosas, recogerán los libros…, y serán
como niños.
Los alumnos
llegan aquí, quieren ser licenciados en Educación. Ahí están sentados, y me
miran, como si yo fuese parte de su mundo, son ellos la esperanza de la vida. Me
escuchan, y yo hablo con ellos. Sí, aquí en el salón, rodeado de tantos rostros
que me miran; pero, me escuchan, y me lleno de alegría iluminado por esa luz de la vocación docente. Me acuerdo de
las maestras, de las que me enseñaron el
camino. A veces llego a mi casa, y hablo cosas y cosas. Mi esposa me
escucha y no sé si siente alegría por mí; pero, me escucha de verdad. Ella sabe
que no miento, que realmente quiero tener sueños, los mismos sueños de la
infancia, cuando salíamos a correr por los patios de la escuela, ahí donde
todavía juegan los niños.
Aquí en la tierra
de Bolívar, los pobres de siempre se van de este mundo tan cansados y olvidados.
Los líderesofrecieron panteones a sus escoltas y les cumplieron, llenaron de
gloria los hombros de algunos seguidores, y algunos de ellos murieron felices,
y tal vez, se fueron al cielo. Mientras el pueblo se queda haciendo colas,
largas colas mendigando un poco de harina de maíz. Y con ellos, en esas colas
se encuentra el sentido de la vida. Ahí, entre esa gente surge la esperanza,
sin revoluciones, sin imperios…, sólo esperanzas y sueños. Yo enseño para ellos
y sus hijos, la Filosofía es el encuentro; el estar ahí, tan sólo eso,
sosteniendo la mano de quien busca, del que aprende, de esos que ya no creen en
nadie. ¿Saben? Ahí vale la pena hablar de esperanza, no de revoluciones que no
llegan, ni de los falsos sueños del
imperio.
¿Saben lo que me
dijo un profesor de Filosofía, de esos que pensaban liberar al pueblo, ustedes
saben, “concientizándolos” con los viejos conceptos comunistas de Marx? “La
existencia plena se realiza en el encuentro con el Otro, con el ser humilde que
se muestra en los rostros oprimidos,¡con el pueblo!Yo quisiera que el profesor
Julián estuviese aquí conmigo. Julián se fue hace poco, ya hablaba solo, con la
mirada perdida tratando de encontrar los rostros populares de los que tanto nos
habló. ¡Ojalá estuvieses aquí, querido amigo! ¿Sabes? Aquí está el pueblo y yo
estoy con ellos. Sí, aquí mismo, en la misma cola, tratando de encontrar un
pote de leche en polvo, no es para mí, ni voy a revender, es para mi esposa,
ella toma su café con leche cada mañana y cada noche.
Aquí estoy
haciendo la cola, rodeado de esos rostros de los que nos hablasteprofesor
Julián, el rostro del pueblo está casi deforme, la revolución que no llega, les
ha robado la sonrisa. La gente en la cola me asfixia, sientodeseos de escapar
de todos, es como si las personas me robaran el espacio vital; como si de
pronto, una fiebre terrible me invadiese y siento un calor pegajoso que no
puedo soportar. “Ese coleado sáquenlo, fuera, fuera”. Yo también grito, no sé
lo que está pasando en la entrada del mercado, pero estoy indignado, cansado de
todo y de todos. La Guardia Nacional dispersa a la multitud con bombas lacrimógenas.
Todos corren hacia cualquier parte. La cola ha terminado por hoy, tengan la
seguridad de que mañana volveré, trataré de llegar una hora más temprano. Juro
que no me van a colear.
La Filosofía no
es una esperanza enajenada, sin los pies en la tierra. La Filosofía es un canto
de esperanza que está ahí en la mirada de la gente, en el caminar y sentir de
los más necesitados.
***
En la vida real
es una tarea titánica enseñar Filosofía, es como hablar en idiomas desconocidos;
sobre todo, en cuanto a la dimensión formativa que deben cumplir las
reflexiones filosóficas en la vida concreta de alumnos y profesores de la
universidad. De hecho, en la vida cotidiana las clases de Filosofía no son
tomadas en cuenta como principios del pensamiento filosófico, y a veces,
solamente hablamos de libros. La Filosofía que se queda en los libros…, poco
importa, lo que forma es la Filosofía que une el libro con la vida.
Actualmente,
ningún mar es profundo, parece que todos se conforman con poseer un inmenso, casi
infinito océano de información pero, con dos centímetros de profundidad. Todos
hablan y opinan de ciencia, política, religión, y filosofías.Repiten los
titulares de los diarios, las investigaciones light de Wikipedia, los comentarios de Twitter, y así, se
estructura un conocimiento “Epistémico hermenéutico sistémico ontológico y
holístico” como tema de investigación de una tesis doctoral típica de estos
académicos del nuevo milenio. En las llamadas ciencias sociales, se está
perdiendo la dimensión antropológica en las investigaciones, y se está
construyendo un edifico de naipes, a fuerza de repetición de lo ya escrito,
gracias al corte y pega deinternet.
Sin duda, los
medios de comercialización muestran más interés por los libros sobre los juegos de azar, la brujería,
los chismes en los diarios, las mujeres en bikinis, el precio de las bebidas
alcohólicas y el precio paralelo del dólar, que por las investigaciones
sociales, filosóficas y matemáticas, entre otras. La educación se hace un reto,
un nadar contra corriente, una tarea que a veces parece superar nuestras
fuerzas vitales. Es aquí en este espacio y tiempo de la información que aturde,
cuando cobra sentido la Filosofía de la Esperanza, ese llamado a detenernos a
pensar sobre el sentido de la vida. El educador no se conformar por luchar unas
cuantas monedas, busca el secreto de la vida en el Otro, en el que está a su
lado, busca en cada niño, niña, en cada joven, en cada mujer y en cada hombre
ese trozo de luz y de esperanza.
Para la cultura
del Mercado, parece que la filosofía no vale la pena, no produce ganancias económicas, o tal vez, el pensamiento
ha dejado de ser una mercancía. La formación filosófica es contraria a los
intereses de una revolución que no llega: “el revolucionario es disciplinado y
obedece”, cuando la revolución es dictadura…, el pensamiento estorba. Cuando la
Filosofía no es ganancia…el Mercado…, simplemente la arroja.
En realidad, para
poder gritar consignas delirantes, simplemente, hay que ser uno más, un bloque
del edificio, una burbuja en el mar. La dictaduraes la muerte del sujeto. El
pensamiento está demás, estorba. Ahora, las lecturas se van hundiendo en el
pasado de viejos y polvorientos libros amarillos, tan húmedos como la muerte,
tan inútiles como la sombra de un cadáver, los dictadores solamente hablan del
pasado y de un presente que nunca llega.
El nuevo hombre de cualquier dictaduradebe
obedecer, seguir las órdenes de todos los líderes elegidos por los dioses. Todo
reinado necesita vasallos; solamente el rey es sujeto, es el único con el
derecho de expresar libremente lo que piensa, las otras fichas del ajedrez
carecen de alma. Las dictadurashacen del hombre un objeto, lo que se manipula,
lo desechable, un animal de carga, sin voluntad y sin esperanzas existenciales.
Las dictaduras son el reinado de los elegidos y la muerte de los que no tienen
nombres, de los anónimos, de los que nunca existieron. La dictadura es
contraria al hombre, a la vida y a la Filosofía de la Esperanza. La dictadura
es la negación de la existencia de Dios Padre.
A veces me invade la angustia al saber que la Filosofía
se presenta como una asignatura “extraña”, sin sentido, como un registro
histórico, sin forma, carente de razón; como una disciplina cuyo título no
interesa a la mayoría. El mundo se ha convertido en la jungla de los
sobrevivientes, seres desesperados por conseguir comida, vestidos, gasolina y
licor. No resulta fácil hablar de esperanza, no es fácil la solidaridad…, sin
embargo ese es el único camino de la vocación docente, ser los apóstoles de la
Esperanza.
Las dictaduras
atrofian el cerebro, y sus seguidores parecen aves sin nido,roedores
hambrientos sin hermanos, sin familia, sin deseos, perdidos y con la espalda doblada
bajo el peso del terror de saber que la vida no es más que un breve concepto. En
la dictadura, todos se convierten en cobardes que esperan ser devorados por la
violencia en un callejón sombrío, escuchando a lo lejos el lamento de las
madres, mientras la vida se va con la última gota, con el último suspiro, por
eso ya nada importa. La muerte está ahí, se puede sentir su humedad, está
cerca, demasiado cerca, rozando la ventana, tratando de entrar, todo está
oscuro allá afuera, todos los ruidos asustan. Se tiene miedo existencial de
vivir. Y ahí estoy hablando de la Fe, del Amor, de vocación de servicio, de
lecturas formadoras de conciencia. Aquí estamos haciendo la verdadera Patria,
la que soñó Bolívar, Sucre y Miranda.
De hecho, durante
millones de clases la experiencia ha sido más o menos la misma: los alumnos se
sientan ahí, yo les hablo del mundo racional, de escritos líricos, de los
griegos, latinoamericanos, de teoría del conocimiento, de filosofía de la educación,
de ética, de valores, de fenomenología existencial, de la realidad de América
Latina, de la educación liberadora, de la Pedagogía
del Oprimido; Y ellos hablan de la vida, de sus inquietudes, de lo que han
leído, de sus temores, del trabajo que pasan para llegar a clases. Yo les hablo
de Esperanza, de que no aflojen la lucha, de que lean, de que se formen, y que
vayan a esas escuelas a sembrar conciencia liberadora en las almas de esos
niños.
Aquí, a veces se
habla de deportes, de música, de poesía, de cine, de política, de los aciertos y fallas de la revolución que
no llega. Todos vienen, se ven, nos vemos las caras y tomamos café. Llegamos a
la casa, tan agotados, mirando la blancura del techo, tan agotados y dormimos;
pero con el corazón lleno de vida, de poemas y de esperanza.
Ayer, durante la
lluvia del anochecer enterramos al viejo profesor de Filosofía, todo era tan
gris, pero con vida, con colores. Dos mujeres lloraban, fue un héroe, y lo
llora la Patria. Sin duda, a los que vivieron para educar, y se fueron con el
corazón sin semillas, tal vez allá en el cielo, les regalen flores. La muerte
no se lo lleva todo. La tierra fría de la tumba se hace la morada pasajera y en
altar eterno. El viejo amigo se fue creyendo en la lucha por la esperanza. ¡Qué
equivocado estaban todos! Si la muerte muere no será en manos de ninguna revolución
que no llega. El imperio son ellos; sí, los que viven del engaño. Ahí está el capitalismo
suave o salvaje, dominante, fresco, con su rostro sonriente, y pleno de vitalidad.
El capitalismo es el Mercado que ahoga y destruye conciencia. La miseria de los
pobres coincide totalmente con el absurdo existencial. La Filosofía la Liberación integral de los
que nada tienen…, es el camino de la Esperanza.
La imagen en el
espejo es muda, años tras años hablando de Dios, de la Vida, de Filosofía,
mensajes que llegan a las conciencia de esos jóvenes, que me miran con asombro,
se llenan de fe y de confianza. Sin embargo, tengo las medias rotas, la misma
camisa de hace años. No tengo dinero, no tengo lujos, pero aquí estoy, y somos
muchos los que luchamos días a día, en cada salón, hablando de lo hermoso que
es dar la vida por el otro, por cada niño, niña, joven, hombre, mujer que nos
llama.
¡Por Dios! Yo
creo en lo que digo, soy un educador. Siempre estoy tratando de encontrar algún mensaje educativo entre
las frases perdidas de algún filósofo. Todos me miran, y escuchan. Un alumno
mira el reloj, demasiado calor, yo miro el reloj, todos se van, y hablan de la
clase. Me siento tranquilo. Saludo a Miguel, un profesor recién llegado, no
tiene treinta años. Varios papeles rotos, hojas que ruedan al azar, el silencio
después de la despedida: “¡Adiós, Profesor, feliz fin de semana! Soy un
profesor, es una carga, no estoy solo, son tantos que estamos aquí dando clase,
día a día, llueva, se cobre o no, siempre volvemos después del fin de semana.
****
Por otra parte, en
la Venezuela actual, se ha dado el caso de que si algún alumno o algún profesor
universitario ha tenidocontacto con textos filosóficos, puede que se trate defilosofías promovidas
desde la Nueva Era, o desde las religiones autóctonas, de esas que enfatizan la
identidad legítima en contra de las religiones alienantes e imperialistas,
tales como el cristianismo, que sigue siendo “el opio del pueblo”; así pues, algunos grupos
promueven la “santería” , una religión cuyo gran sacerdote siempre es el
dictador político de turno.
En lo esencial, desde la dimensión académica y
formación filosófica y cultural se trata de textos sin profundidad, libros para
el comercio, lecturas de fácil consumo, charlatanerías y sandeces tales como: “el
color del aura”, “la astrología y la suerte”, “el poder mágico de los
cristales”, “las esposas de Jesús”, “el milagro de los ángeles”, “las pirámides
extraterrestres”, “el poder de los números”, “el poder infinito de la
mente”,“cómo ganar amigos”, “los misterios del universo”, “los dioses locos”,
“la mirada de Satanás”, “técnicas de adivinanzas”, “el éxito del nuevo
milenio”, y todo lo que llame la atención de los compradores. Desde luego,este
tipo de filosofía comercial nutre satisfactoriamente el intelecto de
algunoselegidos por esos dioses del nuevo milenio; son las religiones fáciles,
las que solamente cuestan dinero. Ahí la Filosofía se hace alienante, no hay
compromiso con el Otro; se desvía lo esencial de la vocación docente.
Por ahí siempre andan esos sabios, se visten
de modo especial,medio hippie, medio poeta, o de filósofo moderno. Bueno, “son
lo máximo” a nivel de cultura y sabiduría, son especiales, diferentes a los
seres comunes, no sé cómo expresar ese aspecto angelical y extraño que les
rodea.Lo cierto es que caminan muy despacio, de mirada dulce, de voz pausada,
de palabras calculadas, parece que están dormidos, soñando, tocando flautas,
guitarras, cantan himnos religiosos, gritos de protestas. En ellos no hay
encuentro con el diferente, se hacen razas elegidas, la filosofía desaparece,
los sueños propios se esfuman…, y el mundo se hace extraño, ya no hay encuentro
con la gente. Así no hay Liberación, ni Filosofía de la Esperanza.
Por otra parte,
hay toda una congregación de hombres y mujeres vestidos totalmente de blanco,
de pureza, de santidad, hablan de la “mano de Orula”, del dinero que tuvieron
que pagarpor el“santo” o protector espiritual, parece ser que entre más costoso
sea el santo protector, sería más poderoso. Ellos aseguran que esa es la
verdadera religión del pueblo, y según sus ideas, esa santería no sería “un
opio del pueblo”, sino la manifestación de poderes espirituales liberadores del
malvado imperialismo.
Hay sabios de
todas las edades, viejos, mediana edad, jóvenes, adolescentes, y todos son
vegetarianos, seres muy espirituales, olorosos a varillitas mágicas, con pulseritas
de metales preciosos; son los sabios enajenados por el consumo capitalista. En
cambio, los que dicen ser revolucionarios andan de blanco, no se dejan tocar,
olorosos a tabacos, expertos bailadores de tambores; van a los cementerios,
extraen huesos de cualquier cadáver; anotan el nombre del difunto y luego
colocan el hueso dentro de un busto hecho de yeso, que se asemeja a un hombre
con sobrero: “Miguel González, yo te conjuro: En nombre de los Orichasbaralode,
baraadage, baraalana, y desde hoy serás mi ánima protectora” ¡Dios, quién sabe
dónde iremos a llegar con estas religiones “liberadoras, revolucionarias y
populares”!. Estas realidades oprimen, embrutecen, encierra a la gente entre el
miedo y la ignorancia. Somos educadores, la vocación de servicio forma
conciencia en cada ser personal, no demos la espalda, no confundamos, sembrar
conciencia es un canto a la Esperanza.
El esfuerzo de estos “elegidos” se centra en
serdiferentes, y que se les adore por esta diferencia, se sienteninfinitamente
superiores a los hombres y mujeres comunes, como mi madre, mis hijos, mi
esposa, mis hermanos, la mayoría de mis colegas, de mis amigos, de mis vecinos;
seres sin poderes especiales, como la mayoría que conformamos el resto de la
humanidad. El mundo a veces confunde, demasiados mensajes, nada se queda
quieto, pero debemos parar, detenernos un momento, buscar claridad entre las
nubes; formarnos de verdad, dedicar tiempo a la lectura, trabajar sin descanso
por el Pueblo, que siempre espera lo mejor de sus educadores formadores
confiables y sinceros, llenos de amor y de esperanza.
Más allá de los
discursos políticos, el capitalismo es el fondo cultural de cualquier forma de
vida en la actualidad. Todos estamos sumergidos en las aguas del Mercado. El Mercado
es lo vital, y su único valor es el dólar. Si no me creen, pregúntenle a la
nobleza venezolana, vean las cuentas bancaria de todos esos millonarios,
imperialistas o revolucionarios. Si piensan que exagero, vean las chequeras de algunos
de esos héroes de la patria.
Allá ustedes si
creen que aquí se está gestando una alternativa socialista del nuevo milenio más
humana y diferente al capitalismo salvaje. Yo no me creo esa fábula. ¿Recuerdan
las canciones revolucionarias? “La inocencia no mata al pueblo, pero tampoco lo
salva, lo salvará su conciencia y en eso me apuesto el alma”. La educación
liberadora es el camino de la verdadera revolución.
El Mercado es como una sombra que carcome,
siento que ese afán de tener y tener está dentro de mí, como un virus que me
arrastra; siempre necesito algo, quiero comprar y comprar; y luego no encuentro
un lugar donde guardar las cosas. El Mercado opaca el intelecto, la razón, la
sensibilidad; nos hace inservibles, muñecos que envejecen tratando de tener
vitalidad para consumir y consumir hasta el último suspiro. Según los
principios de la sociedad capitalista actual, si nos puedes comprar es mejor morir. La
Filosofía de la Liberación es otra cosa, es luchar y comprometerse con la vida;
trabajar por una humanidad cada día más feliz, menos violenta; simplemente…,
más humana.
He aquí el sentido
de la vida en la cultura de la globalización: comprar, ganar dólares, comprar.
Si puedes comprar lo que quieras, entonces eres un hombre de éxito, una persona
feliz; nada importaría ni la revolución, ni el imperialismo; el Mercado nos
unifica; y, determina el ser de las cosas y de las personas. Hasta mi muerte
será un proceso comercial: me venderán un velorio de lujo, funeraria costosa,
ataúd de buena marcay el cementerio más exclusivo de la ciudad. A veces me
pregunto, si no podré comprar un par de alas angelicales, una lira transparente
y la salvación eterna. En el Mercado globalizante se puede comprar el dios
hecho a mi imagen y semejanza. Yo confío en los alumnos, en esos nuevos
educadores de estos tiempos difíciles; yo confío en cada joven que entra al
salón de clases y se va con la inquietud de ser un educador y formador de las
nuevas generaciones.
**
* * *
En el nuevo
milenio el conocimiento pretende ser reducido a una cosa que se vende, un aparato, un montón
de hojas y letras; sería una propiedad como cualquier otra. Aquí, en estos centros
comerciales se compra y se venden conocimientos; aquí, encerrados en el mundo
virtual, parece ser que todos saben de todo. Sin embargo, más allá de las leyes
del mercado, el conocimiento no es una inversión perdida, bien sea que se
compre o se venda como vulgar mercancía, siempre el conocer deja huellas. Leer
dejará huellas en la mente. El conocimiento es una buena compra cuando existe
el compromiso de formación desde la vocación docente. Yo tengo la casa llena de
libros. La mayoría de esos libros los compré porque estaban baratos; tengo
libros y revistas de temas inimaginables, y a veces los leo; pero, tengo libros
de filosofía que son un tesoro, una fuente inagotable de formación de
conciencia; y tengo libros latinoamericanos, de esa filosofía de la Liberacióndonde
se habla del hombre y del sentido de la vida.
Lo escrito es
vida de un autor de carne y hueso, de su época; por tanto, siempre posee algún
nivel de validez en cuanto a sus reflexiones y propuestas. Aunque en esta
cultura del comercio,da igual su contenido formativo, académico, científico,
filosófico, teológico; lo que se valora es el objeto de consumo; es decir, el
libro tiene que serbonito y agradable, como cualquier florero destinado a ser
un adorno arrojado al mundo de la hipocresía, la falsedad y lo exterior. Los
educadores buscamos lo que vale para el espíritu, para la conciencia para la
verdadera Liberación de cada hombre y de todos los pueblos del mundo.
Encerrados entre
las leyes tiránicas de la cultura del Mercado, los escritores tienen que
producir lo bonito, bueno y barato, de eso se trata la gran producción de los intelectuales que se dejan atrapar por las
ilusiones y fantasías del nuevo milenio.
Ya no hay
secretos, no hay sabiduría, no hay sectas de sabios, adivinos, satánicos y brujos;
parece que el mundo entero se escondiese en lo más oscuro de una habitación
privada; la conciencia se encierra a sí misma en el secreto de la intimidad
frente a una pantalla virtual. Lo virtual se está haciendo reflejo de la
conciencia. Lo virtual se hace intimidad dentro de mi alma. Y sin embargo, la
lucha por la libertad de la conciencia sigue viva, no somos la otra orilla de
la computadora; somos libertad espiritual y trascendente.
Aquí no hay revolución,
ni alternativas. El viejo discurso de alternativas rusas murió sin haber
vivido. El Mercado nos arropa desde afuera hacia lo más profundo. Todos estamos
condenados a la enajenación desde lo virtual. Lo virtual es el sueño de los
dioses hecho realidad, una fantasía que se puede tocar, sentir, besar, adorar,
repetidas veces. Sin embargo, lo virtualno existe; entonces es perfecta, lo
virtual gusta porque es intimidad
desechable. Hay una dimensión de lo virtual que educa, que se hace útil e
indispensable en todos los procesos educativos; pero, también lo virtual se
puede convertir en enajenación real y destructora. Somos educadores, aprendamos
y enseñemos a distinguir, a elegir con consciencia.
En el fondo, la filosofía bonitase convierte
en un plato de comida rápida, insípida, grasienta,a bajo precio, con aderezos
exóticos. Se trata de una filosofía para
el descanso, para leer durante la vejez, mientras se disfruta de un vino
francés a la orilla del mar azul y eterno, la filosofía del nuevo milenio se
disfruta y se muestra en el modo de hablar y de vestir, esas lecturas de
conjuros mágicos se consumen lentamente mientras nos convertimos en ángeles
evolucionados y revolucionarios dolarizados. Nada más alejado de la realidad
del compromiso desde una Filosofía de la Liberación y de la Esperanza.
¿Quién puede
pensar en la filosofía de la liberación de los oprimidos? Para el Mercado, eso
no existe. Y en todo caso, sería un fastidio. Según la cultura del tener y del
poder, a la liberación se la tragó el Mercado. Según ellos, los pobres quedaron abandonados en sus
ranchos, en la selva, en los pueblos andinos.A los pobres los traicionó la revolución
que nunca llega. Si quieren comer y vestirse que hagan colas, que compren las
sobrasy que se vistan de harapos. He aquí un fuerte reto real y cotidiano de la
verdadera vocación docente, desde una Filosofía de la Esperanza.
En esta
universidad muchos piensan que la filosofía es un plato exquisito, un lujo para
los elegidos de siempre, los que nacieron para ser felices, como esos
profesores universitarios, cuyos conocimientos están a la altura de los avatares
milenarios y de los líderes eternos: Marx, Fidel, Lenin y Mao TseTung, entre
otros. Así son realmente algunos de mis colegas, hombres y mujeres que ya no
desean dar clases; nada de eso, ellos son especiales, desean dedicarse a la
investigación, que la universidad les trate de modo especial, como se merecen:
viajes alextranjeros, años sabáticos, permisos remunerados, oficinas
personales, equipos de computación y todo lo necesario para investigar,
investigar, investigary al final, entregan la mismas tesis de siempre, o en el
peor de los caso, compran una tesis,
publican el artículo ajeno; se compran el disimulado prestigio: un traje, una
toga especial, condecoraciones, botones por todas partesy una mente en blanco. Aunque
obtengan un triunfo aparente son la negación de la mayoría que trabaja día a
día en la formación de los futuros educadores del país.
Se trata de una
academia sin compromiso, de un ejercicio docente sin vida, solamente buscan
dinero y aplausos, lo demás carece de sentido para ellos, si tienen que
pisotear, lo hacen; si tienen que mentir; entonces, mienten. Una de esos
personajes me juró porfiadamente que leyó laCrítica
de la razón pura mientras esperaba la llegada de su padre en el aeropuerto
de Maiquetía; otro profesor me recomendó, lo que a su juicio era el libro de
metodología más fácil, elDiscurso del
Método, ahí, según él, se encontraban los pasos a seguir: planteamiento del
problema, objetivos generales, objetivos específicos, justificación, límites, alcances,
población, muestra, conclusiones y recomendaciones.Él me aseguró que conoció a
René Descartes, quien era un profesor del doctorado en Maracaibo. A Dios
gracias se trata de una ínfima minoría. La educación es compromiso real, es
sacrificio. La filosofía y la Esperanza es un camino difícil de compromiso y de
servicio desinteresado. La conciencia que se forja entre el compromiso y la
lectura se inicia en la Esperanza y en la verdadera Liberación personal,
comunitaria, social y de la nueva humanidad.
En el fondo se
trata de profesores cuya formación ha sido ajena a los contenidos tradicionales
de la Filosofía Occidental, en donde se enseñan asignaturas como: Lógica, Ontología,
Metafísica Aristotélica, Ética, Moral, Antropología Filosófica, Teoría del
Conocimiento, Filosofía de la Ciencia, Filosofía de la Educación,
Epistemología, Historia de la Filosofía, y las diferentes corrientes del pensamiento
filosófico de la cultura occidental, que son realmente las fuentes de nuestra
academia, modo de ser y de pensar.
Estoy convencido
que la cultura no es cuestión de “parecer”, “yo opino”, “me gusta”, “no me
gusta”. Generalmente se trata de opiniones caprichosas, se parecen aesospeces
del océano que son tan originales que se la pasan gritando: “no me gusta el
agua salada”, “no me gustan la escamas”, “no pienso que sea justo esa ponedera
de huevos”, “mejor es la vida de los halcones machos”. Se nace y se pertenece a
una cultura determinada; y esa cultura conforma los elementos esenciales de
nuestra realidad: lenguaje, modo de caminar, de comer, de estudiar, lo
religioso. Para bien o para mal pertenecemos a lo que se llama laCultura Occidental.
La formación filosófica se da dentro de esa cultura, así de simple. La realidad
latinoamericana da un matiz propio y original a la tarea filosófica; pero sin
obviar sus raíces occidentales.
Ah, he aquí el
problema, la lectura de la filosofía tradicional, de la cultura occidental no
es sencilla, no son lecturas de fácil consumo, no se trata de libritos de
bolsillos para leer mientras se comparte un café. Es decir, para adentrarse en
la filosofía tradicional hay que ser serios, dedicarle la vida, pero de verdad,
son horas y horas enteras de arduo trabajo intelectual.
La filosofía no
se reduce al conjunto de libros esotéricos que tratan sobre cristales,
adivinanzas, psicología de movimientos corporales. Claro, lo que ocurre esque a
veces se leen los textos de la filosofía tradicional y no se entiende nada o
tal vez, muy poco. Leer filosofía no una tarea agradable, como ir de compras,
tomar cervezas y bailar. El estudio real de la filosofíaes extremadamente
exigente. ¿Quién puede afirmar que leer y comprender laMetafísica de Aristóteles sea una tarea fácil y divertida? ¿Cómo
hacer dinámicas grupales para entender la ontología de Nicolai Hartmann?, ¿acaso
son placenteras las lecturas de las obras de San Agustín, Santo Tomás, Hegel,
Marx, Kant, Husserl,Heidegger y muchos otros autores?
¡Claro!, en la
cultura del mercado y consumo masivo, sería demasiado difícil comercializar una
película sobre laMetafísica de
Aristóteles, el idealismo de Platón, o sobre la Crítica de la razón pura, escrita por Kant. De seguro, no bastaría
con una campaña publicitaria señalando las ventajas en cuanto a la formación
cultural que dejaría en el público general, los argumentos y las reflexiones
filosóficas de los protagonistas; simplemente,porque las reflexiones verdaderas
y la formación cultural no se venden, lo que se vende es lo bonito, bueno y
barato. Por ejemplo, si la película se titulara “la homosexualidad salvaje de
Platón y Aristóteles”, y se presentan escenas pornográficas sería todo un
exitazo, pedirían a gritos una segunda parte; y se crearía toda una secuencia
de películas sobre los filósofos griegos.
Asimismo, lo más
rentable sería escribirhistorias ficticias “basadas en hechos reales”,se pueden
hacer películas desde la fantasía y la imaginación sobre las aventuras de los
caballeros templarios, las brujas de la Edad Media, el mago Merlín, y cualquier
otro invento con ropaje de historia real. Tal vez,se estén realizando algunas
películas: “Verdaderas enseñanzas de Jesús”, “el satanismo en la Iglesia
católica”, “los oscuros secretos de los papas”, “el dios gato”, “la serpiente
venida del cielo”, “el martillo de los dioses blancos”, “el cristal mágico del
tigre tuerto”, “el astuto cocodrilo”; en definitiva, lo que se vende son las
rarezas y supersticiones promovidas desde las mentes mercantiles de los
gerentesde la Nueva Era, quienes disfrazan sus intereses de ganancias
económicas, en una fachada mítica.
En consecuencia,
la verdad epistémica, la verdad moral poco importan, no tendría ningún sentido
plantearse la veracidad o la falsedad de los criterios epistémicos, o de los
juicios morales. De hecho, ya poco interesaría el problema de la objetividad o
subjetividad de los conocimientos científicos, carecería de sentido plantearse
el problema de la trascendencia o de la inmanencia de los valores, daría lo
mismo la universalidad de los valores o el relativismo personal de los valores.
En el fondo, el problema de la existencia de Dios no tendría mayor importancia
para ellos; Dios ha sido convertido en un bien de consumo, si te agrada,
cómpralo, te vendemos el mejor de los dioses, uno que sea adaptado a tus
caprichos; si no quieres a Dios Padre, Creador del Cielo y de la Tierra; no hay
problemas, también se te puede vender una energía universal, natural,
impersonal, que le ofrece esa luz brillante a tu mente, convirtiéndote en parte
de la “fuerza” del universo, que te da poderes mágicos y especiales, para que
puedas elevarte por encima del común de los mortales.
Así, pues, desde
esta realidad mercantilista, según el límite de tu cuenta bancaria en dólares,
así sería tu elevación espiritual: puedes comprar dioses imperialistas,
extraterrestres, y también sus dioses mulatos, indígenas, malandros y todos
dispuestos a venir del más allá a continuar con el proceso de liberación de
cada fiel.
En fin, desde la
cultura del Mercado, la meta consistiría en vender a como dé lugar, obtener el
mayor nivel posible de ganancias económicas; por eso, la cantidad de dólares
que se obtengan por la venta del libro, determina el nivel de sabiduría
espiritualde los textos. No exagero, si el libro, la película, lo que sea, se
vende; entonces,allí hay sabiduría especial, de la que gusta, de la enviada por
seres divinos a través de sus elegidos. ¿No me creen? Veamos, ¿cuántos libros
de ontología se venden?, ¿cuántos de historia de la Iglesia?, ¿de teología
moral?, ¿de antropología filosófica? ¿Cuálescritor se ha hecho famoso
escribiendo sobre tratados del dogma cristiano?
Está bien,
cambiemos de temas. ¿Qué escritor se ha hecho famoso escribiendo sobre la
historia del marxismo?, “la historia del mercado”, “la vida y obra de Cristóbal
Colón”, “la física nuclear”, “los nuevos descubrimientos de la química”, “la
literatura y la ecología”. Pareciera que el conocimiento científico,
filosófico, teológico, literario, histórico, entre otros, están condenados a
los basureros y a los rincones más amarillos y olvidados de las bibliotecas
moribundas, que sobreviven como reliquias húmedas, como gusanos que huyen de la
sequía. El saber se esfuma entre los discursos de vendedores del nuevo milenio.
Por otro lado,
los autores de estos libros de fácil consumo se sienten elevados y sucesores de
los grandes sabios de la humanidad. En serio, ellos se creen sabios, y si el
libro escrito sobrepasa el millón de dólares en ganancias, estos autores se
visten, caminan y hablan como seres del cielo, avatares, ángeles encarnados
superiores al resto de los mortales. Y si el libro tiene que ver con
“alternativas liberadoras”, igual, se creen salvadores de los pobres, a estos
liberadores nada les cuesta vivir muy cómodos, como profesores de universidades
importantes; ninguno de ellos, en la actualidad vive en barrios, o se
encuentran organizando sindicatos de obreros o viven entre los campesinos de
Cuba. Ellos son cómodos y “burguesitos”que escriben sobre la “miseria en
América Latina”.
En realidad,
estos “liberadores” escriben bien, con profundidad; pero, siguen repitiendo lo
que oyeron, tocaron, sintieron desde hace muchos años; y muy pocos de ellos han
tenido el valor de despertar, prefieren seguir viviendo tan cómodos y tan
consumidores como cualquier otro intelectual burgués del “imperio”. Y los
intelectuales de izquierda, que todavía no se han montado en el barco del
placer consumista, andan vendiendo “alternativas” en Venezuela, Ecuador,
Argentinaa ver qué consiguen; aceptan lo que sea, desde un cursito de postgrado
de 8.000 Bs (8 dólares), hasta un “centro de investigación contra la dominación
y el coloniaje”, y adulan a sus líderes, a ver quién quita y les cambien de
vida con algún carguito burocrático, y tal vez, hasta se ganen una visa yanqui,
así son ellos. Y Dios quiera de verdad, que yo esté generalizando y exagerando.
En cuanto a la
formación cultural en el Mercado del nuevo mileno, resulta queel misterio se
vende, las leyendas se venden, los cuentos de hadas se venden, los secretos de
las pirámides se venden, la historia de los extraterrestres que vienen de otras
galaxias, que se presentaron como dioses se venden, los viajes al pasado y al
futuro se venden, la magia se vende. Por supuesto, lo raro se vende. Cuando el
Mercado es la fuente del saber se destruyenlas bases mismas de la cultura de la
humanidad, para que surja la anarquía humana y espiritual; entonces, todos
tendrán que rendir culto al dios dólar, fuente espiritual de algunas sabidurías
de estantes del nuevo milenio.
En lo esencial, una
cuenta bancaria en dólares sería la garantía de la salvación eterna; si no
posees dólares, miles de dólares, millones de dólares, entonces, tendrás
quevivir en el infierno, rodeados de todos los empobrecidos y miserables; serás
uno de ellos para toda la eternidad, bien seas revolucionario o demócrata;al
final, te espera una larga cola, a ver si por casualidad sobra un paquete de
harina de maíz, un pote de leche, un kilo de carne, un jabón para quitarse el
olor a miseria y abandono.
Así, pues, toda esa literatura del nuevo
milenio que ataca lo más tradicional del pensamiento de la humanidad
occidental, amenaza condestruir la conciencia personal y comunitaria, y nos
está llevando lentamente a la anarquía del pensamiento: “todo vale”;al más
profundo relativismo moral, a la esclavitud y a la dictadura de la mayoría
sometida por focos muy personalizados y concretos de pequeños y grandes
imperios o reinados personales y hereditarios. De corazón les digo a todo
pulmón: Las promesas de cualquier religión o filosofía de estante es un fraude.
Sin saberlo, el nuevo
milenio parece ser un remolino que nos devuelve al tiempo de las monarquías.
Los actuales príncipes son tan caprichosos y destructivos como el Nerón de la
antigua Roma, estamos en las manos seductoras de los amos del Mercado; ¿no lo
creen?, ¿quién puede vivir sin un celular?, ¿para qué es el viagra?,
simplemente para poder prolongar unos cuantos años la capacidad de sexualidad
en la cama. De hecho, prolongar el placer sexual del existir, parece ser la
verdadera propuesta de fundamento antropológico y del sentido de la vida de
imperialistas y revolucionarios.
Es decir, según la antropología del mercado, si
la vida no es placer sexual; entonces, mejor sería morir que vivir una vejez
inútil y vacía, tratando de no sufrir los dolores de un cuerpo que se hunde en
el tormento infernal de las enfermedades y sus fármacos; entre más envejeces,
más dolor, menos placer y más píldoras. De hecho, en una sociedad sin
compromiso, sin esperanza…, la vejez es el infierno.
***
***
El problema
consiste en la esencia misma de la Filosofía de la Esperanza frente a la
Filosofía de la Muerte de las falsas revoluciones y de la cultura del Mercado.
La Filosofía molesta, cuestiona, exige, no es fácil, no se aprende el contenido
de toda la Filosofía clásica en talleres, diplomados, seminarios, encuentros
académicos; tampoco, se aprende filosofía leyendo uno que otro libro de Edgar
Morin. Aprender los rudimentos propios de la filosofía lleva años de estudio
formal, en universidades especializadas en el área filosófica, igual pasa con
la medicina, la ingeniería, el derecho, y todas las áreas y carreras
universitarias. De profesores formados en Filosofía ha existido y existen
muchos ejemplos dignos en esta Facultad de Educación y de modo especial, en el
Departamento de Filosofía; profesores realmente comprometidos, que publican y
que enseñan. Estos ejemplos de vida entregada a la enseñanza de la Filosofía
son personas sencillas, cuya presencia siempre ilumina, sus enseñanzas siempre
han sido de aliento, desde la formación cultural adecuada que ha sido fuente de
verdadera formación de los futuros educadores de los niños y jóvenes
venezolanos.
Algunas veces pienso, que ellos se sienten caminando
por la vida, dedicados a la enseñanza de una asignatura que les ha dado sentido
a la propia existencia. Es decir, predican. Entonces, en la misma conciencia
cotidiana del profesor de Filosofía,comienzan a surgir la esperanza y
liberación como fuentes de los contenidos filosóficos; el interés se hace vida,
el compromiso crece en la intimidad como una luz que fortalece la identidad
vital con la Filosofía del encuentro real y fraternal con el Otro.
En el vivir real
y cotidiano de cada uno de estos profesores crece el acercamiento hacia la
ontología, la ética, teoría del conocimiento, historia de la filosofía,
metafísica, todo lo que aprendió en sus años de formación juvenil. A veces,
cuando el cansancio invade las venas de estos profesores, comienzan a recordar
viejas y lejanas anécdotas vividas en los tiempos de estudiantes, o en sus primeros años de educadores, y las
comparten con los profesores jóvenes, que nos miran como deslumbrados,
entretenidos. Y de pronto, surge la energía académica y el deseo de producir y
de enseñar como una necesidad existencial que da sentido trascendental a la
vida misma. Y la filosofía comienza a volar como las gaviotas que aparecen tras
los veleros que navegan hacia horizontes de esperanza. La Filosofía es vida y
esperanza que se transmite de mano a mano, de corazón a corazón.
Sin embargo, en
la actualidad existe el peligro de que la filosofía se haga “ciencia positiva” en
manosde algunos sociólogos y psicólogos. En el universo académico, las
llamadasciencias socialesestán despedazando a la filosofía. Parece una revancha
de ultratumba del fallecido marxismo
ortodoxo, ya nadie es filósofo, todos son científicos sociales. Lo
repito: científicos sociales. Para el Mercado las reflexiones de Noam Chomsky
son científicas, valederas; por el contrario, la Ética de Spinoza sería un montón de palabras sin importancia.
Efectivamente, para los
académicos del nuevo milenio, la debilidad de la filosofía consistiría en su
aparente inutilidad, dado que no resuelveproblemas inmediatos, no beneficia la
situación económica de una persona. Entonces, parece que leer textos
filosóficos sería una pérdida total de tiempo, ni siquiera nos liberaría de los
fantasmas y demonios imaginarios. Además, los contenidos de los libros de filosofía
no son de fácil lectura, da la impresión de que están escritos para una élite
de seres extraterrestres, sin espacios, sin tiempos. Para el Mercado, y sus
fundamentos pragmáticos y positivistas, la filosofía consistiría en tratados
antiguos que no dicen nada y hablan de todo, ¿qué es el Ser?, y al final no hay
respuesta, el Ser es el Ser, la Ontología estudia al Ser en cuanto Ser. Sin
embargo,estos profesores de Filosofía, que veo en estos pasillos, son
personajes sencillos, jóvenes y no tan jóvenes, profesores que llegan,
profesores que se van…, todos ellos educadores por excelencia, formados
adecuadamente para ser formadores; y son gente normal que han vivido a plenitud
la Filosofía de la Esperanza y la han predicado.
Lo que realmente pasa, es que los
contenidos de los análisis filosóficos poco tienen que ver con el arte de
“ganar amigos”; entre otros lemas. Es
decir, para algunos científicos positivistas y pragmáticos, la filosofía se
vive como lo más inútil, no sirve, no está en función de solucionar problemas,
no produce ganancias económicas, no es divertida, no es un deporte, ni siquiera
es una religión, no es un juego virtual, no es un contenido psicológico de
autoayuda. Entonces, para ellos, la filosofía es valorada como una basura de
hojas amarillentas.
El Mercado quiere una filosofía para
el hombre del éxito. He aquí la palabra clave “éxito”. En efecto, “éxito, luego
existo”. El mensaje se repite millones de veces a través de cualquier medio
publicitario. Claro, las leyes de compra y venta establecen que solamente en el
Mercado se encuentran los secretos del éxito. Por ello, quienes hacen colas
para sobrevivir son la negación del sentido de la existencia, son unos
“perdedores”; los perdedores de siempre, los que nacieron para perder, los que
nunca han ganado nada, los que han sido burlados por los dictadores y traidores
de siempre. Entonces, el Mercado determina el Ser en tanto Ser. Mercado y
Pensamiento son una misma realidad. El Mercado es el “sacerdote” del nuevo
milenio y de las nuevas revoluciones. El dólar es el néctar sagradoy adorado
por todaslas sectas del éxito.
En cierto modo,siento que en la conciencia
existencial de muchosalumnos y profesores, la filosofía es una alternativa de
formación hacia una vocación de servicio y compromiso. Me consta que muchos
profesores y alumnos que he conocido en estos largos años, se identifican con
la Filosofía, la defenderían como una asignatura esencial en la formación de
los futuros profesionales que necesita la Patria. Sin embargo, no hay tiempo
para el descanso, para el descuido. Las leyes del Mercado y de los dictadores
ha sido clara; la ecuación es sencilla: es útil, luego importa. Es decir, la Filosofía
de la Liberación y de la Esperanza siempre es un peligro o un estorbo para la
antropología del Mercado y para la antropología de los dictadores.
Las asignaturas filosóficas están
dirigidas a responder interrogantes existenciales, tales como: ¿Cuál es el
sentido de la vida?, ¿qué finalidad se persigue con el proceso educativo?, ¿qué
persona se quiere formar?, ¿qué significa ser educador?, ¿vale la pena dedicar
toda una vida al servicio de la educación?, ¿cómo soportar el peso de la rutina
propia de la tarea educativa?, ¿cómo vivir sin ser apreciados profesionalmente
por nuestros vecinos?, ¿ser educador es optar por una vocación de servicio
social a favor de los más necesitados y desprotegidos de la sociedad?, ¿existe revolución
a favor de los más necesitados en
Venezuela?, ¿estamos condenados a la vida de miseria?, ¿existe alguna esperanza
ante esta situación difícil que estamos viviendo?, ¿hacia dónde vamos como
sociedad?, ¿se trata de salvarse a sí a como dé lugar, sin importar la suerte
de los demás?, ¿hasta cuándo nos seguirán hipnotizando con el retrato de un
muerto?, ¿qué significa hacer filosofía desde una universidad venezolana?, ¿Y
Dios?, ¿Dios ha muerto?
La filosofía cuestiona y llega hasta los
tuétanos de la propia existencia cotidiana, nos señala los misterios de la
vida. La filosofía nos asusta, nos abre las puertas de lo desconocido y
profundamente oscuro, nos muestra el rostro de la liberación, de la esperanza y
también el rostro de la muerte. Ese es el verdadero motivo por el cual se le
condena al olvido, al rincón de lo indeseable, a la papelera del baño. Cuando
la filosofía cuestiona, se acercaa nuestra conciencia, no nos deja dormir
tranquilos, nos va consumiendo y se comienza a evaporar todo signo de comodidad,
y surge el educador que se compromete con una vida plena, para sí, para la
comunidad, para sus alumnos, para su Pueblo, para la humanidad.
De no ser así, la vida se
convierte en la feroz batalla contra el Otro, contra el enemigo. El rival, el
diferente, el otro sería el obstáculo. Según la antropología de la muerte, en
el nuevo milenio, nada debe cuestionar la lucha por el tener, solo importa lo
útil, lo que produce placer, lo que ayuda a acumular cosas. Por eso, la filosofía
de la Esperanza que cuestiona y concientiza se hace un estorbo para cualquier dictadura.
La ideología que impulsa a pisotear a
todos los enemigos se hace religión que
esclaviza y lleva a la muerte.
¡Escucha educador, Que escuchen
todos los hombres y mujeres de la Tierra,
el Señor es nuestro Dios, el Señor es el único Dios, ámenlo con todo el
corazón, con toda el alma, con toda la mente, con todas las fuerzas!
“LA GENTE EN LA PLAZA”
*
Tengo laesperanza de que
alguien lea estas reflexiones filosóficas. En la actualidad, la lectura es un
desafío poco atractivo, a veces está se considera como un castigo escolar. Muy
pocas personas leen un libro completo, muchos se conforman con ver las portadas.
De hecho este modo de valoración a las lecturas se ha convertido en un reto
para los educadores del nuevo milenio.Estoy en un universo de conciencias que
al escuchar la palabra “filosofía”, simplemente se apagan, dejan de funcionar,
la filosofía no preocupa a la mayoría de las personas, a veces se le considera
algo del pasado. La náusea es el pensamiento para los seres que solamente se
preocupan por el dinero, por el placer, por la conquista del poder. Desde la
antropología del Mercado, la náusea
epistémico, ese desdén, esa flojera, sería una masa informe, una especie de
remolino oscuro y viscoso que lo contagia todo. Vivimos en un planeta donde el
pensamiento es una amenaza que ningún dictador del siglo XXI soporta y que no
conviene a los intereses de la cultura del Mercado.
Cuando la cultura del
Mercado nos invade, se acepta cualquier reto, menos el esfuerzo de pensar. Se
puede trabajar todo el día con las manos, el corazón, los sentimientos; siempre
y no sea necesario pensar. Desde la cultura del Mercado, el hombre que piensa
está demás, sobra como los libros polvorientos y llenos de viejas polillas, como
esas biblias negras que envejecen sobre cualquier armario, sin que nadie las
tome en cuenta ¡Qué muera el pensamiento! ¡Qué viva el dictador de turno! ¡Qué
muera la conciencia! Desde las propuestas antropológicas centradas en el
“éxito, luego existo” la sociedad se hace pragmática, y el educador siente
angustia y deseos de apartarse, de ser diferente, de buscar el sentido de la
existencia en el encuentro con el Otro, en el compromiso de vivir y señalar con
su ejemplo que es posible ser cada día más humanos.
Además, la filosofía del
relativismo propuesta por la cultura del Mercado, en donde todo vale,carece de
realidad ontológica, la historia del saber se desvanece, la reflexión no existe
en las vitrinas de los centros comerciales, las escrituras van desapareciendo
en la maldición del pasado, como se esfuman las breves luces de la tarde
moribunda. ¿Qué nos queda cuando no hay compromiso? La Nada. Sin vocación de
servicio, la existencia del hombre queda sin ideales a la espera de la muerte.
Cuando desaparece el alma, ¿qué nos
queda?, simplemente se cultiva el
cuerpo; y si no se puede alcanzar la perfección de un Adonis moderno, entonces,se
engorda acostado frente a la televisión, comiendo golosinas hasta que el aireno
pueda entrar en los pulmones. En el alma del hombre sin vocación de servicio,
sin opciones trascendentales, solamente
hay imágenes virtuales de sexo, dinero, poder, placer, comer, soñar y dormir. La
Filosofía es la Conciencia de ser en relación con el Otro. La filosofía es
compromiso que da sentido trascendental a la existencia.
¿Qué ocurre cuando el hombre
no se siente llamado a la responsabilidad existencial? El pensamientose
identifica con la Nada. La Nada y el pensamiento serían una misma realidad. La
conciencia del hombre moderno y consumista se ahoga en intimidades subjetivas,
tímidas y carentes de vida. Desde la antropología de del consumismo, la
historia del pensamiento occidental yace bajo las sombras de huesos y gusanos
de viejos filósofos enterrados en gloriosas tumbas, que sirven de atracción
turística para ganar algunos dólares. Sin opciones trascendentales que den
sentido a la existencia, el pensamiento
se va con la tarde gris muriendo sobre las alas del último rayo de sol. La
Filosofía es la búsqueda del sentido
consciente a la existencia.Cuando el pensamiento filosófico desaparece;
entonces, la historia de la humanidad carece de motivos, de causas y
consecuencias; en el fondo, no habría historia, solamente hechos que ocurrieron.
Actualmente, las callesson
anónimas, ningún rostro indica signos de vida. Los pasos de la gente se dirigen
hacia ninguna parte. Sin embargo, todos miran el reloj, se apuran, tropiezan,
se empujan y se maltratan. Ahora no existen verdades eternas, nadie piensa en
el sentido racional y lógico del vivir; para muchos la vida es solamente
cuestión de gusto; y la filosofía una cuestión de opiniones, en donde todo vale
y nada vale.
Ya no hay poetas en la
plaza, ni pintores. Se vive y punto, se hace el amor y punto, se conocen y
punto; se tocan, se mienten, se disculpan, se dicen “te amo”, y punto; al
final, todos quieren descansar, vivir para el sueño suave y tibio. Lo más
importante es la hora del reposo, llegar al hogar, una ducha fresca, espumosa,
liviana; sentir las caricias de la noche, mirar un poco la televisión,
recostarse sobre la almohada, sentir el peso del cuerpo, ir cerrando los
párpados muy lentamente y dormir hasta que se desvanezca el mundo real.
Desde una filosofía sin
compromiso, la ventana es el infierno, el vecino se debe reducir al silencio, a
la tranquilidad, cero problemas, nada de fastidio, de bulla, de saludos
indeseados, los vecinos estorban ¡Eso es la felicidad, vivir tranquilos como
las aves que anidan en el lago del cisne azul! ¡Los pobres! Esos asustan, son
la negación de la razón de existir, la muerte de toda esperanza, el rostro
desagradable de la sociedad. La vida sin compromiso es la negación de la
vocación docente. El pobre es la negación de los intereses de la cultura del
Mercado.
Los pobres son los peones de
la revolución que nunca termina de llegar, los seres que estorban, los
humillados de siempre, los pisoteados por las mismas botas del poder. Los
pobres son los números necesarios, se utilizan, se explotan, se les miente, se
les manipula, y luegose les arroja a cualquier orilla. Y cuando el compromiso
se reduce al discurso manipulador, no hay compromiso real, no hay vocación de
servicio, no hay ningún tipo de socialismo; nada importa la gente en las colas,
ni los salarios de hambre…, total, siempre habrá a quien culpar.
Desde la cultura del
Mercado, la vida actual se ha convertido en la lucha por la supervivencia
cómoda de los individuos que se esconden en la inmensa selva social, en donde
la debilidad y la muerte del Otro es la fortaleza de los nuevos dictadores del
siglo XXI, y de los empresarios sin escrúpulos, ni moral humanitaria. La
miseria de la mayoría es la posibilidad de vida cómoda, confortable de los
líderes de izquierda y de derecha. La pobreza es el tema por excelencia
utilizado por algunos sociólogos y
antropólogos superficiales y descomprometidos, para escribir sobre la dignidad
de los marginados y la liberación de los empobrecidos latinoamericanos.
¡Por favor, no tocar la
puerta! La soledad cómoda, sin compromiso real es el sueño de algunos
intelectuales y escritores superficiales del nuevo milenio, bien sean de
izquierda o de derecha, del centro, del este, del oeste; nada de eso importa en
la intimidad de la habitación. ¡No toquen la puerta! ¡No molestar! ¡Viva el
mundo virtual! La vida es un viaje placentero al inconsciente personal que se
hacebajo la inspiración del milagrosointernet: ¡Sexo!, ¡emociones!, ¡dinero!, ¡poder!,
y todo lo que el hombre ha soñado a lo largo de tantos siglos se hace realidad
con tan sólo un “enter”. Desde el intelectual absorbido por la cultura del
Mercado, el Otro, el vecino estorba, si
es pobre que se muera de una vez. Lo
virtual es el cielo para los que viven en la filosofía de la comodidad. La
educación es el clamor de los más necesitados, que conmueve el corazón de los
educadores y mueve a salir de cualquier tentación de vida cómoda y sin
compromiso real, para así encontrar, desde su vocación docente, el sentido
trascendental y espiritual a la existencia.
**
Los libros, esos objetos
raros, silenciosos, tienen hojas de papel, miles y miles de letras negras. El
viejo acaricia suavemente un libro, aparenta entender; se acaricia la barbilla,
sonríe, mira con nostalgia varonil el horizonte eterno y matutino, realmente
huye de los otros, busca desesperadamente la comodidad, la quietud espiritual o
la nueva esencia secreta de la raza humana.
El viejo Agustín no quiere
conocer a nadie, solamenteespera que lo vean y sientan angustia existencial
cuando descubran en sus ojos que la vidahumana se extingue silenciosamente, sin
luz, para siempre, sin retorno ni esperanzas fantasmales. Ahora es simplemente
un ser que se apaga, un revolucionario de verdad, un hombre que todavía es
capaz de sostener un libro entre sus largos dedos. Ahora leesin comprender nada
del contenido de los textos, hace años entendía y enseñaba a los más
ignorantes, ya nada es igual, la subjetividad epistémica y afectiva se nutre
del alcoholismo demente. Agustín es un viejo que deambula en la plaza esperando
la muerte. Está ahí y su ser plantea el problema del sentido de la vida. La
vida de ningún hombre es ajena.
El viejo Agustín Camacho
juzga a esas mujeres, a los jóvenes de cabellera larga, a los curas afligidos
de la catedral, a la porquería verduzca que dejan los pájaros sobre los bancos
de la plaza. El viejo juzga: “son malos”, “son malos”, “nada sirve”. El Ser en
sí es el reflejo de su vejez enferma. Así es la vejez desde la antropología de
la muerte, “nada sirve”, dolor en la sangre y en la mente, la perfecta imagen
del alma en penumbras que se desvanece al ritmo de la tuberculosis, del hambre
y la soledad de los condenados al olvido social. La vejez y la pobreza son la
negación absoluta del valor de la existencia en este amanecer del nuevo milenio
y para todos los intelectuales del
relativismo ético que promueven la
existencia cómoda y sin compromiso.
Los viejos son los rostros que aparecen en esas
pancartas publicitarias pidiendo y
pidiendo casas, medicinas, dinero; y los líderes políticos los abrazan, los
besanhasta que den los resultados de las elecciones. Luego, los líderes
políticos se van de vacaciones a las islas del Caribe, hasta que el mar y el
sol purifiquen la piel y no queden rastros de ninguno de aquellosabrazos y
besos. La mayoría de esos políticos viven para el placer, el tener y el poder.
Al llegar el otoño, todo es
gris, casi sin iluminación, como si el universo se apagara. Todo es compacto,
sin movimiento, unidad total, eternidad. El Ser es materia que penetra la
conciencia hasta convertirla en piedra, sin subjetividad, ilusiones, sueños,
poesías, novelas, princesas, unicornios, demonios, vampiros, viajes,
diversiones todo se extingue. El viejo se hace fósil, polvo cósmico, sin valor,
un rastro que nunca existió. Desde cualquier materialismo, el viejo es el
hombre sin dioses, el verdadero rostro de una humanidad que anuncia falsos
discursos religiosos y filosóficos al gusto de los clientes. Ahí, moribundo,
sentado en ese banco frío y húmedo se apaga la filosofía antropológica del
placer, del tener y del dinero. Ahí se apaga el materialismo. Ahí termina la
vida sin Dios.
El viejo se muere como la
luz en el horizonte, sin amigos, sin ayer, sin sueños; solitario, pobre, con
hambre, sin amigos; eternamente vacío, sin alma. El viejo es la imagen de un
hombre sin Dios. Ni siquiera hay un pintor aficionado que dibuje el rostro de
un viejo sin dientes, cara arrugada,mirada triste. El viejo se muere en
silencio, totalmente olvidado por sus camaradas de la capital. Sin Dios, el
viejo es la muerte de la humanidad entera.
Las personas aparecen y desaparecen como si
fuesen los minutos anónimos. A veces, el viejo deja de fingir que está leyendo,
su mente navega sin rumbo en los supuestos existenciales, en lo que pudo haber
hecho y no hizo, en los dioses del ayer lejano. La frustración le carcome las
pocas horas que le faltan para dejar sus huesos en cualquier rincón oscuro. El
tiempo es un huracán acelerado, la mente del viejo es demasiado lenta y vive
del pasado, no tiene espacio para el presente, ni futuro imaginable; sin la
eternidad desaparece el Hombre. El viejo no tienesuficiente noción de su vida,
por eso no llora, nunca se comprometió en lucha alguna, su vida fue respirar de
día y de noche bajo la influencia del alcohol . ¡Los seres espirituales le
abandonaron hace siglos! Tal vez el hombre encerrado en sus placeres no pensó
en la vejez; ahora, piensa en la muerte, y tiene miedo a la oscuridad, a la
Nada.
El viejo juzga a toda la sociedad, “nada vale
la pena”, comer, beber, orinar, emborracharse, perder toda la noción, sucumbir
en el océano de imágenes del inconsciente, esperar la muerte, dejar caer los
brazos como símbolo del fracaso de la razón y del materialismo, como la
negación de la negación que niega la negación hasta que Hegel vuelva del
sepulcro para corregir la esencia de ese fantasma al que llamó conciencia absoluta.
El viejo vivió como pudo. La plaza queda a
pocas cuadras del cementerio. Él mira con desgano algunas cruces muy conocidas,
ahí ahora duermen los amigos sombríos, los que fueron a miles de marchas a
escuchar la esperanza materialista, ahí yacen los que no están sentados en la
plaza, consumiéndose como velas adormecidas. La vejez del hombre sin Dios, no
deja espacio para la vida, el Ser no tiene sentido. Sin Dios, la vejez es el
hogar predilecto de la muerte, de la Nada absoluta con todo el dolor
existencial, sin ideas, sin conceptos, sin racionalizaciones. Desde el materialismo,
la vejez es el rostro humano del infierno. La vejez es la carga que le estorba
a la revolución que nunca llega. Para este socialismo, la vejez es un gasto
innecesario. El viejo es un inútil para esta revolución que nunca llega…, y
Agustín lo sabe…, los discursos de Marx se han ido, ahora sólo queda la
posibilidad o la negación de la eternidad. Dos modos: Filosofía de la Muerte, o
la Filosofía de la Esperanza.
***
En la plaza de este pueblo
se debate la posibilidad de justificar la trascendencia de laexistencia del ser
humano. El problema filosófico se vive profundamente en todas las plazas de la
humanidad, la reflexión sobre la esencia del ser personal se resuelve en cada
vida, en cada familia, en cada niño, en cada joven, en cada anciano. La
existencia está en cada ser que respira y piensa. Lo que está más allá de la
puerta del inconsciente, en la intimidad infantil y adulta es la conciencia de
la existencia como trascendencia de la simple animalidad. La revolución que no
llega se dice marxista, materialista, el hombre que ellos forman consume,
crece, y muere; como cualquier animal del ecosistema planetario. La conciencia
de ser una persona, en cuanto a ser trascendentea la animalidad, no brota de
modo espontáneo, como los frutos del campo. La Filosofía Trascendental necesita
de educadores convencidos de su ser espiritual y trascendente, solamente en
Dios hay esperanza.
Si el Otro es una persona
bien parecida, joven, adulto exitoso; si el mundo fuese el hogar donde todo es
transparente; si la vegetación fuese primavera azul, clima templado, viviendas
cómodas, telecomunicaciones de primer orden, empleos llamativos y prósperos;
entonces, sería muy cómodo afirmar que el hombre es en sí mismo un ser
especial, espiritual, angelical, “imagen de Dios”. Pero, para que esto ocurra,
la locura que estamos viviendo tiene que desaparecer. Los dueños de la revolución
que nunca llegason los únicos que viven muy bien, acomodados en esta sociedad
de consumo gracias a sus cuentas bancarias en dólares. Los demás, los hombres y
mujeres del Pueblo, se la pasan haciendo cola, llevando sol, lluvia,
humillaciones…, para terminar pagando la rabia y la frustración con las cajeras
del mercado o de la farmacia.
Las plazas de personas
exitosas serían un libro abierto a la pretendida objetividad de la dignidad del
ser humano, fuente eterna de las imágenes literarias donde los protagonistas
son príncipes, princesas y reinados azules. La belleza juvenil de ojos brillantes
sería el amor perfecto y razón de ser de amistad cómoda con el Otro. La
pobreza, el polvo enfermizo, el calor aterrador, la tuberculosis, la borrachera
de la prostituta ahuyentan al filósofoazul , al novelista, al poeta sensible y
romántico que se inspira en los bulevares de Roma. La filosofía sin compromisode
algunos pensadores del nuevo milenio es una obra de arte, una pintura
paisajista que se elabora a las orillas del Río Sena a la luz de París.
La humanidad respira la esperanza de un nuevo
milenio; sin embargo, pareciera que no hay reflexiones válidas que comprometan
la existencia, cualquier pensamiento filosófico en torno a los problemas
ontológicos, antropológicos, epistémicos, simplemente se arrojan al rincón
solitario. Las palabras escritas porfilósofos comoPlatón, Aristóteles,
Descartes, Spinoza, Kant, Hegelvalen menos que un helado de vainilla. A nadie parece
importar lo que se escribe en el área de la Filosofía. Desde el compromiso, el
educador con vocación de servicio se esfuerza, lee, se educa a sí mismo,
comparte, reflexiona, produce reflexiones que surgen del encuentro con sus
alumnos, con sus compañeros, y nunca jamás deja de estudiar; y sobre todo vive
la Esperanza y la transmite solamente al sonreír, al saludar, al compartir.
Desde el positivismo radical
aplicado a las ciencias sociales, se elaboran tareas escolares en función de
una maestría, doctorado. El método de las tesis a veces destruye la reflexión
filosófica, ¿cómo pueden surgir pensamientos filosóficos en torno al problema
de la existencia humana…, si lo encerramos en objetivos, marco teórico, marco
metodológico, cuadros, gráficos y recomendaciones? Ese esquema de investigación
propia de las ciencias físicas, en el área de lo humano podría opacar cualquier
intento de pensar desde la Filosofía del Compromiso.
Entonces, desde el Positivismo
de la Modernidad, cuya finalidad es la Ciencia y la Tecnología…, el tema filosófico se hace esotérico, propio
de una élite de ancianos sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial, quienes
repiten algunos temas muy alejados de la filosofía y se dedican a las “Ciencias
Sociales”. El problema sobre la naturaleza del ser humano se escapa, se ha
borrado de los textos actuales, pocas veces se discute sobre el tema del ser humano, se
prefiere escribir y hablar sobre el trabajo, la comunicación, la guerra, la
violencia, el odio, el amor, el encuentro, la felicidad, el dinero, la alegría,
los días felices, los medios de comunicación, la política, siempre desde lo
medible y observable.
¿Cuál ha sido el resultado
de todas estas ciencias sociales “objetivas y científicas”? La repetición
académica, que se asimila lentamente en la conciencia del investigador
humanista del nuevo milenio. ¿Qué aportes podrían surgir desde la sociología
sobre temas como el infierno? Fácil: “enajenación”, “opio del pueblo”, “ignorancia”,
“Edad Media” ¿Qué aportes pueden surgir desde las ciencias psicológicas? “enfermedad”,
“temor”, “angustia”, “El mundo del inconsciente personal y colectivo”.
Sociología y Psicología dos amantes que al vestirse de un inexplicable
positivismo… huyen de Dios.
Desde la inmediatez
epistémica, se escribe y se habla de lo que sea, siempre que ayude a evadir las
preguntas fundamentales sobre la trascendencia del ser humano. Imaginemos un
libro sobre antropología filosófica: “El infierno te espera”, si se trata de
una novela de terror puede ser un Bestseller,
pero si es un texto filosófico sobre el sentido teleológico de la existencia
del hombre, no lo leerían ni siquiera los religiosos que predican de puerta en
puerta. ¡El infierno! ¡Por Dios!, leer un libro sobre el infierno daría
flojera. Además, quién piensa en esas cosas.
¿Qué expondría un sociólogo
positivista sobre el infierno?“¡El infierno! ¡Qué pendejada más grande!”. Sin
embargo, en una cultura occidental nutrida desde sus raíces por el cristianismo,
la existencia del infierno como posibilidad de una condena eterna para aquellos
que se apartan de Dios, tendría que ser un tema central de las reflexiones
filosóficas.
¿Qué es el hombre? La
pregunta central de la filosofía antropológica, a lo sumo inspira una sonrisita
burlonaa esos positivistas europeos y a sus seguidores latinoamericanos. Los
“filósofos positivistas” actuales que recorren los pasillos de las
universidades de todo el hemisferio occidental arrojarían a las papeleras las
reflexiones filosóficas sobre el sentido de la existencia del hombre. ¿Qué es
el hombre? Una pregunta que arruga neuronas, un estorbo intelectual, un juguete
de la Edad Media, un problema de esos religiosos, una muestra de la filosofía inútil,
pérdida de tiempo. Sin embargo, todo educador vive desde una antropología de la
Esperanza. La educación es en sí misma fe en el Hombre, fe en Dios.
Desde el positivismo del
Mercado, ¿Qué es el hombre? Interrogante para empezar una conferencia sobre el
éxito en los negocios; el punto de partida para justificar una dictadura con
ropaje de revolución, una tontería para hacer interesante una conversación de
amigos, el título de algún artículo para impresionar a los lectores;
finalmente, sería valorada como una pregunta para adornar la portada de un
libro de Filosofía antropológica, destinado a los seminaristas católicos que
todavía creen y enseñan esas tonterías para engañar a la gente.
La filosofía que promociona
el Mercado en función de las ganancias económicas, no compromete, ni siquiera
entretiene. La filosofía del Mercado habla del “poder de los cristales”, “los
números de la lotería”, “la personalidad y los astros”, “el color del aura”,
“el color de tu ángel protector”. Desde el paradigma del Mercado, los que son
considerados pensadores y escritores de éxito, generalmente tienden a proponer
“éticas mínimas para la convivencia”, “relativismo epistémicos”, “paradigmas
mágicos”, “nihilismos éticos, epistémicos, espirituales”, “el dinero y la ética
de la felicidad”, “amor y paz”. La educación no es una moda; es un compromiso
vocacional, un modo de vida.
Desde la cultura del
Mercado, el pensamiento se ha convertido en un bien de consumo, algo para
vender a todos. Se escribe para el agrado, con la finalidad de contentar al
lector, para que todos queden satisfechos y felices, cómodos en sus lechos
nocturnos leyendo de todo, libros con sabor a éxito, lecturas que alejen de
cualquier compromiso, reflexiones que permitan alimentar el capricho
intelectual. Se compra un vestido, zapato, un libro que me guste. Al final, el
gusto, el movimiento económico del mercado determina lo que se escribe.
Hasta escribir sobre la “liberación
del empobrecido” se ha convertido en un artículo de consumo en función de la
ganancia económica, elaborado por intelectuales “socialistas radicales y
revolucionarios” que viajan a las capitales más hermosas y lujosas del mundo,
exponiendo la filosofía de la liberación a personas que no tienen idea de lo
que es un barrio de los suburbios
latinoamericanos. Ninguno de estos intelectuales revolucionariosviven en los
barrios, ninguno dicta conferencia en las escuelas de los barrios o en las
escuelas de los pueblos olvidados. Ninguno de estos pensadores liberadores de
los pobres se ha sentado para hablar de esperanza al viejo que se muere en la
plaza. Ninguna está al lado de los que sufren, al lado de los hijos de los
campesinos y de los obreros…, los educadores sí están, no por temporadas, sino
toda la vida en actitud de encuentro y de compromiso vocacional.
****
El viejo se levanta, camina
hacia otro banco de la plaza, verá la vida desde otra perspectiva. ¡Ah!, está
leyendo sobre el espíritu mágico de los ángeles, se convertirá en un verdadero
maestro de sabiduría. No está leyendo estupideces, se trata de los increíbles
secretos del “más allá”, que solamente pueden entender los elegidos yavanzados
como él; ahora piensa que tal vez Marx se equivocó y tal vez existan los
espíritus de los muertos. Los muertos que vienen cada noche, después de la
primera botella de aguardiente de caña, le explican todas esas cosas
espirituales del otro mundo.
Pero, ni siquiera eso lee
con seriedad, se conforma con sostener el texto frente a su cara y mirar de
reojo las piernas semidesnudas de las mujeres de la plaza; aunque sabe que es demasiado
tarde, la vida no volverá a llevarlo a los placeres de la cama con una mujer,
se acabaron las píldoras; le esperan sus amigos, allá cerca del horizonte
oscuro, al lado de aquellas cruces. No tiene dinero, no es nadie, se está
apagando, tiene miedo de ir a dormir ¿Y si no despierta?, ¿si amanece y sus
ojos siguen cerrados, rígidos?, no quiere dormir; estará en la plaza hasta que
llegue la noche. El materialismo jamás le habló de esperanza.
Según el materialismo, el
miedo a la muerte lo diferencia de aquel perro que camina buscando restos de
miserias para calmar la muerte, sin encontrar nada, sin ladrarle a nadie, sin
agua, sin comida, sin saber que se desintegra lentamente hasta convertirse en
un montón de carne inerte. Los animales no saben que se mueren, para ellos la
experiencia de la muerte es como la de comer, dormir, parir; no tienen
preocupaciones trascendentales, no rezan a los dioses, simplemente viven y
mueren. La revolución que nunca llega, lo está convirtiendo en un perro de
plazas, en un ser que solamente piensa en comer lo que haya, lo que encuentre,
lo único que le falta es ladrar.
Desde la Filosofía de la
Trascendencia, el viejo no es igual a ese perro, nunca lo ha sido. Él es un
hombre, un ser especial, con dignidad, “imagen de Dios”, no habrá revolución que nos robe la dignidad. Sin embargo, el
miedo a la muerteconsume la poca conciencia vital del viejo, representante antropológico
de toda la humanidad. Si la vida del Viejo Agustín no tiene sentido, tampoco lo
tiene el Hombre, ni la Humanidad. El perro parece feliz, indiferente, solamente
está pendiente de comer lo que sea. El ser del hombre, el ser de Agustín no se
reduce a la materia. El hombre es trascendencia espiritual. El hombre es imagen
de Dios Padre.
El viejo se desploma
existencialmente, se hunde en el lodo de su terror, le teme a desaparecer, a lo
desconocido y profundamente negro de la muerte, a la seguridad objetiva de la
muerte; teme a la oscuridad de la fosa, a los dos pétalos de algodón que
colocarán en su nariz, le teme al infinito, a la lejanía del cielo, al demonio,
al infierno, le teme a Dios. El perro se cansa de caminar y se duerme bajo la
sombra del araguaney. La tarde muere.
Desde el Positivismo
antropológico y ontológico, todo muere. Según el materialismo, esa es la ley
del existir, del estar ahí, del sentido…, todo muere. La muerte es un hecho, la
gente que conocemos se desvanece ante la mirada indiferente de la Conciencia
Universal. La casa, el auto, el título universitario, los amigos, los padres,
los hijos, la pareja que amamos, el conductor del transporte público, el señor
de la panadería, todo se desintegra en el espacio y en el tiempo. Desde el
Nihilismo existencial y ontológico, el Ser
del universo se hunde, no hay espacio que sostenga al espacio, ni tiempo que
retorne eternamente sobre sí mismo, no existen líneas rectas, ni dirección
alguna, izquierda, derecha, norte, sur, lejos, cerca. La Filosofía de la
Esperanza Trascendental se hace opción antropológica de compromiso social, la
Filosofía de la Esperanza es un rotundo NO al Nihilismo de izquierda o de
derecha. La muerte no es el final del ser humano.
Según la antropología del
Nihilismo el universo se hunde, el vértigo existencial se convierte en la
sensación de la Nada bajo nuestros pies, un cosquilleo que estremece. La
solución sería cerrar los ojos, la mente, la razón, ignorando todo, lanzar por
la ventana ese libro negro: “El infierno espera”. El viejo se hunde en el lodo,
puede ver a los gusanos que surgen de sus calzados, como asesinos desesperados
por comerse sin compasión la carne nauseabunda y desagradable de la
pielcarcomida por la hambruna y la marginalidad extrema. De nada han servido
los años de narcisismo, los años dedicados los placeres del sexo libre y del
vino. Sin Dios la vida se apaga, y al final surgen los gusanos.
Ahí, en el absurdo caos de
la plaza están los objetos, las cosas que no sirven, esas partes de la realidad
que nadie toma en cuenta, un recipiente vacío de cerveza, un papel blanco y
sucio, el viejoque se está muriendo, una botella triste de color ámbar; una
prostituta borracha, con el vientre hinchado, deforme; las famélicas palomas
rutinarias, los árboles sin frutos, los mismos rostros de cada mañana, nadie
toma la vida en serio. Un perro persigue a una de las ardillas, todos miran
como si se tratase del espectáculo del día. La prostituta borracha se queda
dormida en el banco más escondido de la plaza, a nadie le importa que se esté
orinando. Aquí no hay revolución. Los hombres y mujeres empobrecidos de América
Latina son el rostro humano del compromiso al que estamos llamados; ahí están
arrojados pidiendo nuestra ayuda, la mano amiga de todos los educadores, los
maestros, los profesores.
*****
¿Qué es la vida? ¿Cuál el sentido de todo
esto? ¿Existe Dios? ¿Todo es materia evaporándose para siempre? ¿Qué significa
“siempre”, “nunca”? ¿Por qué puedo cuestionarlo todo? ¿Qué es la conciencia?
¿De dónde la razón como cualidad interpretativa? ¿Azar? ¿Así de simple? ¿Es el
comunismo marxista lo que nos espera? ¿El comunismo es cristiano? ¿Hacia dónde
nos llevan estos comunistas?
No puedo caminar con una lámpara en la mano y
preguntar a la gente sobre la esencia del ser humano. Aquí no hay personajes
imaginarios, todos los héroes se quedaron en las bibliotecas y en la mente de
algunosprofesores. La plaza es la puerta al despertar filosófico, ahí camina el
ser y el ente, la nada y la totalidad. Aquí se entreteje la trama ética de los
pueblos, se transforma a cada instante el principio espiritual del alma humana,
el absurdo deja de ser una novela melancólica y descolorida. El rostro de cada
persona ya no es un concepto, o una metáfora, ni un simple símil literario, ni
se reduce a ser una inspiración poética, tampocose trata de la imagen de algún
ángel que da esperanzas de reencarnaciones cíclicas.
El rostro de los pobres
tiene nombre y apellido, se han estado muriendo de hambre desde el mismo día en
que nacieron, casi sin esperanzas, no saben de metas, de objetivos para
alcanzar el éxito; ahí están… abandonados, rezando. Aquí la filosofía es una reflexión
sobre la tristeza que se alojaen la mirada de esas mujeres, parecen caricaturas
propias de pesadillas nocturnas y dementes. La vida en estos pueblos es un mal
sueño de alguna divinidad atolondrada y sin corazón, o la consecuencia funesta
de una Antropología de la Muerte ya sea de izquierda o de derecha. Esas
mujereseran las niñas del mañana cuando empezó esta revolución, y le llenaron
el corazón de cantos y promesas, sin embargo, se quedaron esperando; a veces
llega el camión de los pollos a Mercal, eso es todo.
Lo paradójico es que en esta
plaza se encuentra la fría realidad del sentido de la vida, no hay lugar para
el engaño, “Imagen de Dios”, “el hombre del éxito” “el socialismo”. Las
preguntas surgen: ¿Tiene sentido filosófico, teológico, sociológico la
existencia de estos personajes burlados por los espíritus extraterrestres y por
los revolucionarios del nuevo milenio?, ¿la dignidad espiritual del ser humano
se vincula de alguna manera al vientre enfermo de esa prostituta?, ¿de la boca
abierta de la mujer que ronca surge el espíritu, la dignidad, el lenguaje, el
pensamiento, el alma, el “Yo”, la conciencia, la cultura, la religión, la
filosofía, la ciencia, sabiduría o la muerte?, ¿el rostro de esa mujer, la del
anciano “nos hablan del hombre”?, ¿dónde está la esperanza?, ¿dónde está la
fe?, ¿qué significó la frase “te amo” del primer hombre que se acostó con
aquella mujer?, ¿para qué hizo la “primera comunión” el viejo que se muere?, ¿quién
besará los labios de la mujer que ronca?, ¿cuál de ellos es sujeto?, ¿cuál de
esos seres es objeto?, ¿libertad?, ¿fraternidad?,¿igualdad?, ¿revolución ?,¿éxito?,
¿engaño?, ¿burla?, ¿lejanía?, ¿tristeza?, ¿muerte?, ¿nuevos compromisos?
El calor es tan húmedo que
el pensamiento se evapora, se hace sustancia única con la náusea de la mujer
que vomita. El perro corre desesperado para alimentarse, no dejará nada, come
apurado antes que lleguen los otros animales. La vida en sí misma, desde las
leyes del Mercado será siempre lucha por sobrevivir, alimentándose de las
miserias que salen de las entrañas de la mujer. Nunca habrá que olvidar que
Jesús de Nazaret optó por esta gente, por los pobres, por los olvidados. Jesús
de Nazaret es la Esperanza, y fuente realdel compromiso existencial de
trascendencia.
Desde el campanario de la
iglesia se puede observar la totalidad infinita de la plaza, es una soledad
densa, igual en cada una de sus partes, sin diferencias significativas entre
sus elementos. La materia se manifiesta en movimientosde múltiples colores, sin
combinación, nada de sistemas, ni de relaciones sistémicas infinitas e
incontables.
El viejo sigue ignorado como
de costumbre, no tiene con quien compartir, ni siquiera las palomas comen esas
horribles migas de pan, no quieren contaminarse de esa vejez. Para el Mercado,
el Viejo no vale. Para el Positivismo, el Viejo se muere. Para el Marxismo, el
Viejo estorba. Para la Revolución que no llega, el Viejo es un voto que se
puede comprar.
Para cualquier materialismo,
la vejez es la verdadera y triste esencia antropológica que no aceptaron los
filósofos espiritualistas, se nace viejo, se nace para la muerte. El
materialismo siempre tiene el mismo mensaje: ¡Atención, todos vamos a morir!
¡Todos envejecemos muy lentamente! ¡Nos apagamos! ¡Seremos arrojados como
cualquier basura! La muerte absurda es la eterna promesa de todos los revolucionarios
materialistas.
Las tres mujeres parecen
muñecas mal maquilladas, los muchachos limpiabotas caminan en círculos,
mendigándole a la vida cualquierlimosnas para justificar las horas absurdas y
monótonas. ¿Cómo se puede ser educador y no inquietarse existencialmente, al
ver tantos niños abandonados al azar de la miseria y de la pobreza extrema?
El cura bendice a todos con
un ritual casi mudo, “Dios los bendiga”. ¿Existe la bendición divina en
aquellos rostros? ¿A ese viejo le interesan las bendiciones de los curas? ¿Qué
es la vejez? ¿Etapa final de qué? ¿La vejez de un pobre? ¿Nacer, vivir,
envejecer? ¡Qué horror! ¡Manos temblorosas y mugrientas! ¡El Destino de los
dioses! La vida es la vejez. Sin Dios, la vida es la muerte.
Sin Dios, todo desaparece al
morir, no hay espacio, sensaciones, sensualidad, dinero, poder, sexo, tiempo,
respiración. Sin Dios, en la muerte se acaba el momento decomer, viajar, te
esperará un puñado de tierra amarillenta y pegajosa que te asfixiará eternamente.
***
***
Aquí todo es caótico, descolorido, una materia
homogénea, sin sorpresas, sin sabor, sin sentido, sin nada que la ilumine. La
conciencia no puede iluminar al Ser. La conciencia parece la enfermedad
alienante,droga innata que permite ahuyentar momentáneamente el terror a lo
inevitable. En la plaza conviven los insectos con las iguanas, las prostitutas
con los borrachos, los perros con la basura, los olores nauseabundos con las
flores de las trinitarias, el viejo con los muchachos limpiabotas, todo aquello
que la revolución juró cambiar; sin
embargo, ahí está la miseria evolucionando en proyectos de muerte, pidiendo a
grito solidaridad humana.
No se trata de una escena romántica, de una
comunidad de vecinos que comparten algunos lazos de significados existenciales
del pueblo, o laepisteme popular de una misma historia comunitaria. Nada más
ilusorio que esas teorías de análisis social, de metodologías subjetivas que
pretenden ser válidas; y quepoco tienen que ver con el tormento existencialde
los habitantes de este caserío. Sin duda, la sociología no ha sido, no es y
jamás será ciencia exacta, de resultados objetivos e incuestionables.
Ningún cuadro, ninguna descripción
fenomenológica, datos estadísticos o cualquier otro invento “científico” es
reflejo objetivo de la realidad social. No hay modo de hacer dato objetivo al
hombre,sin convertirlo en cadáver. Ningún cuadro estadístico refleja el absurdo
existencial de los personajes de esta plaza. Aquí no hay ninguna probabilidad
de hacer ciencia. La Filosofía de la Trascendenciaes el único camino que
permite mirarnos en el espejo de la tragedia humana, de un modo
existencialmente válido. La Filosofía de la Trascendencia se convierte enprofeta
que grita las injusticias y las mentiras de los políticos de turno. Por eso, el
pensamiento es el enemigo a vencer de todos los dictadores. Todo el que piensa
es enemigo. El que obedece sería el revolucionario perfecto para los fines de
cualquier dictadura.
Sin el modo existencial, sin
esa cercanía a la vida desde lo real y cotidiano, carecen de sentido la
fenomenología, la hermenéutica o cualquier otro intento cuantitativo o
cualitativo de acercarse a la trama vivencial de los seres olvidados. La
educación es compromiso con la gente que necesita solidaridad humana.
Este modo existencial es la
vivencia que surge en la intimidad de la conciencia, cuando se cuestiona el
sentido de la vida desde lo fenoménico que estalla en la propia historia de
vida y no en una subjetividad vacía, virtual, alienante, inexistenteo producto
de fantasías académicas. Si no hay la capacidad de sufrir lo fenoménico, no
habría posibilidad alguna de reflexión filosófica, ni antropológica; menos, se
podrá vivir a plenitud la vocación docente.
Tal vez, se hará política al
servicio de los políticos de turno, asílo hizo el gran maestro Aristóteles con
aquello del “animal racional”, ¡Claro! racionales eran solamente los griegos de
la élite social dominante, realeza, nobles, generales; por supuesto, animales
eran todos los demás: los griegos ignorantes, griegos del pueblo, esclavos y
todos los hombres y mujeres de las otras culturas, los llamados “bárbaros”. Los
seguidores de cualquier dictadura son revolucionarios y hombres nuevos para sus
líderes; los Otros, los que opinan diferente, serán “enajenados”, “imperialistas”,
“burgueses”, “enemigos”, “judíos”, “latinos”, “musulmanes”.
La única posibilidad de profundizar en los
temas de la filosofía antropológica sería desde la opción existencial y
trascendental, que no se reduce a frases emblemáticas al servicio del nazismo
de Adolf Hitler, “El hombre es un ser para la muerte” ¡Descubrimiento colosal
de Heidegger! Es decir, un animal mortal, como cualquier loro, perro, gato o rata,
con la diferencia de que las personas se saben mortales; en otraspalabras, el
hombre sería un animal triste, melancólico, enfermo por la debilidad y el
terror; además, envuelto irremediablemente en la conciencia de la muerte, o de
la temporalidad finita de su ser.
En lo esencial, para
Heidegger y para Hitler, si un alemán es un ser para la muerte, cuya naturaleza
es saberse mortal, toda historia personal o social sería el proceso de la
muerte personal, comunitaria y social; en consecuencia, la humanidad sería una
manada anónima que se muere, desaparece. En este sentido, poco o nada valdría
la vida de un soldado alemán, nada valdría la vida de un soldado de cualquier
nación. Total, todos hemos nacido para morir, ¿qué podría valer la vida de un
judío?: Nada…, ¡Perdón! Con ellos sefabricaron la grasa para tocino yjabones;
con sus huesos se hicieron buenos y resistentes botones para los uniformes de
los soldados alemanes.
Esa siempre ha sido la etapa crucial de todas
las dictaduras disfrazadas de revoluciones: aniquilar al contrario. Nunca
debemos olvidar las lecciones de la historia. Las dictaduras no dialogan. Las
dictaduras se hacen llamar revolucionarias. Las dictaduras aniquilan sin piedad
y sin escrúpulos. No lo olvidemos jamás. Ningún educador comprometido con los
más necesitados se somete libremente a dictadores de izquierda o de derecha, el
compromiso es siempre con las personas de carne y hueso que viven en cada
plaza, en cada pueblo.
Heidegger despreció
cualquier intento de trascendencia metafísica, por ser la fundamentación
filosófica que sustenta todo tipo de espiritualidad antropológica, nada más
religioso que el pueblo Judío. Era lógico; sin Dios, el hombre es un animal
para la muerte. Heidegger sabía lo que hacía, en su Filosofía no había
ingenuidad, inocencia; por el contrario, fue el perfecto cómplice. ¡La pregunta
por el Ser! ¡Por Dios! Hasta en los cómics se afirman que el hombre es un
simple mortal, no hacía falta cuestionar el ser de las cosas desde el ser del
ser que se cuestiona para justificas
“Los Campos de Exterminio”.
Lo filosófico no es
solamente preguntarse por lo que ya tiene una respuesta, una opción
antropológica y ontológica. Así, la pregunta por el Ser no sería más que un
modo de ensayo literario con algunos términos llamativos, para justificar las
opciones políticas que ya se tenían a favor del nazismo. Heidegger jamás se
preguntó sinceramente por el ser del ser que cuestiona al ser, solamente expuso
sus propias opciones ontológicas y antropológicas. No hizo filosofía, hizo
política al servicio de la aniquilación y la inmoralidad de un régimen asesino
y despiadado, para lo cual redujo a la animalidad mortal a todos los hombres,
aniquilando desde su filosofía toda metafísica trascendental. Heidegger soñaba
con un mundo sin Dios, dominado por la raza aria, así de simple.
***
****
Las vidas se vuelven un
torbellino de infinitas posibilidades en el mundo subjetivo donde reinan las
ideas, ya sea en las visiones virtuales, en los sueños de los poetas y en las
lecciones universitarias; pero aquí, el cansancio se hace pesado y existencial,
es como si todo se estuviese paralizandopara siempre, como si la finalidad de
cualquier acto fuese la quietud mortal, como si todo estuviese definido desde
siempre y para siempre. De pronto, la vida comienza a detenerse, como si el
verdadero ser fuese el objeto, lo que está ahí sin razón, sin lógica,
sinnecesidad de una conciencia, como negación fenoménica, sin signos de vida
humana, desarrollando la capacidad de no existir. No es fácil vivir la
Esperanza.
Desde la Filosofía de la
Muerte, todo se transforma en cosa, en objeto, en basura. La vida humana
cotidiana, su trama, sus sufrimientos, sus angustias, sus alegrías todo es
silencio y vacío, nadie sabe que existimos en esta galaxia, la vejez nos roba
la existencia, nos convierte en zombis. Desde el campanario se respira el
silencio y la oscuridad de la totalidad del Ser, allá abajo todo parece una
misma oleada que se detiene muy lentamente, como la vida del viejo que duerme
en la plaza. No es fácil vivir la Esperanza.
En el área de las
investigaciones de las llamadas ciencias sociales, la hambruna de miles no es
más que un dato numérico supuestamente estadístico, un reflejo matemático y
objetivo de una realidad palpable y perfectamente medible que inquieta
profundamente la conciencia racional, desde donde siempre nacen los discursos
políticos carentes de fundamentación filosófica trascendental. Los datos
estadísticos sobre la hambruna pueden ser la fuente de libros y de ensayos
sociológicos, acompañados de estremecedoras fotografías e imágenes de la
realidad de los desamparados. Todo un panorama que haría surgir ensayos académicos; y, tal
vez, una que otra poesía, cuentos literarios, novelas preciosas productos dela
conciencia afectiva, sentimental y amorosa…, pero enajenada, sin compromiso
real con una situación siempre ajena a los científicos sociales. Es difícil
vivir el compromiso de la vocación docente.
Los escritores de novelas y los sociólogos
generalmente son observadores enamorados de la dignidad espiritual o cultural
de los seres humanos. Los sociólogos, poetas, novelistas y narradores
literarios muy pocas veces viven en los
pueblos aislados y moribundos de estos llanos cubiertos de miserias y lejanía,
ellos se visten de lujo, y acusan a todos de imperialistas; ¡Ah, cómo les
encanta el whisky! El investigador de éxito no se ensucia el perfil de su
conciencia con la peste de esta gente, llamada “el pueblo”.
El rostro de la prostituta
cuestiona la intimidad de la existencia, no es una idea abstracta, un número
imaginario, una inspiración literaria que motiva lágrimas. El sentido existencial deja de ser
transparente, surge de las sombrasirracionales. El sentido existencial no es
producto de una acción subjetiva en la conciencia racional, ni en la conciencia
afectiva, la escena de la mujer dormida está ahí, como una vivencia trascendente
al ser de la conciencia, pero no hay posibilidad de neutralidad subjetiva. La
pobreza es la llamada a la vocación docente desde el Compromiso Trascendental.
La conciencia existencial se
convierte en el rostrodesesperado. El rostro empobrecido vuelve y vuelve en
cada recuerdo, se hace parte elemental de la propia historia de vida. La
tragedia del rostro adolorido sacude las entrañas de la Filosofía abstractaaprendida
en las aulas de la universidad.La fenomenología teórica captada en aquellas
lecturas formó el intelecto lógico y racional. Sin embargo,en esta vivenciaes
cuando realmente comienzo a descubrir su verdadero sentido y se inicia el
proceso de hacer fenomenología de lo existente, se cuestiona el mismo sentido
antropológico o la posible razón de ser de la existencia de las personas y de
la humanidad. El rostro del Otro es un llamado, es vocación de ser persona. Se
da vueltas y vueltas… y el mareo lo invade todo hasta perder la noción de la
vida misma. El Otro es el modo humano de la Trascendencia.
De hecho, desde la
preocupación racional suelen ser elaborados los discursos políticos,las
narraciones románticas, el amor a los pobres, la poesía revolucionaria y la
literatura de este nuevo milenio. La política comprometida con el poder de lasrevoluciones
del nuevo milenio y la literatura alejada de la vida concreta, siempre surgen
de la lógica racional al servicio del Mercado y para el beneficio económico de
los autores. En el fondo, sin importar los estilos literarios utilizados, la
lógica del animal racional tiene múltiples e ingeniosas máscaras ideológicas de
dominación.
¿A quién importa la
existencia de esta plaza?, ¿al imperio?, ¿a la oligarquía?, ¿a la revolución?,
¿a los animales del bosque?, ¿a los peces del mar? Tal vez, alguno de esos filósofos
de la liberación muestre interés, curiosidad por esas fotografías, imágenes de
las escenas vividas en las plazas pobres de América Latina, quizás se inspiren
para hablar de la pobreza de las miserables víctimas del imperialismo salvaje,
dictarán charlas y conferencias en los lujosos hoteles de Londres, Roma,
Madrid. ¡Así suelen ser ellos! ¡Tan liberadores y revolucionarios! ¡Tan
bolivarianos!
Desde el materialismo, nada
humano importa a las estrellas, ni a los planetas, ni al universo, todo se
reduce al polvo cósmico, la conciencia es polvo, la sangre es polvo, la
historia es un montón de cenizas, los pueblos son cúmulos de cadáveres
olvidados, he aquí la Antropología de la Muerte, no hay esperanza, no hay fe,
no admiten a Dios y se hunden en el Nihilismo.
Desde la antropología
nihilista, en la insignificancia de la existencia se revela la Nada, comocondición material y
manipulable del ser del policía, del limpiabotas, de esas mujeres y del pobre
viejo que se muere de tristeza. Desde el nihilismo existencial, la soledad lo
envuelve todo. Un filósofo nihilista, que estuviese sentado aquí, probablemente
sentiría que la respiración se hace cada vez más enferma, las gotas de sudor le
fastidiarían, sentiría el desespero en el recorrido de las gotas de sudor por
la espalda húmeda, la vida sería aburrida, no podría sentir ninguna novedad. El
Nihilismo intelectual es un lujo de filósofos de las plazas del viejo
continente.
Para el Nihilismo, toda la
realidad ontológicauniversal sería lo mismo con el Sol o sin él, con la Tierra
o sin ella, sin la plaza o con la plaza, con el policía, con los limpiabotas,
con las mujeres, con el viejo Agustín o sin ninguno de ellos. ¿Qué puede
importar la vida de ese viejo?, tal vez nada, pero en el fondo, se podría
afirmar lo mismo de todas las personas del mundo. Si una vida no tiene
sentido,todos vivimos en el absurdo existencial. Entonces, todo vale, lo bueno
o lo malo da igual, total nada tiene sentido. Dios es el sentido del compromiso
vocacional de todo educador.
La revolución materialista
de algunos dictadores sería un canto al absurdo existencial y ontológico.Si la
vida de ese viejo no tiene sentido, el universo está demás. Si el hombre es un
animal, para qué la racionalidad. Si el hombre es un animal más de este
planeta, todo lo que existe se reduce a ilusiones alienantes de un simio
parlante condenado a desaparecer como cualquier otro cúmulo de polvo cósmico
perdido en la oscuridad del espacio. ¡Ah, a ellos les gusta la piscina y el
whisky! ¡Dios está en la plaza, no en esas piscinas! Con una botella de un vino
lujoso, sería hasta cómodo filosofar para el Nihilismo. Lo difícil es hablar de
Dios, de Esperanza y de Trascendencia a la gente de esta plaza.
Aquí estoy navegando como
fantasma nocturno en el mundo de las ideas de Platón, en esa realidad perfecta
que sólo existe en las mentes. Ahora puedo tocar con estas manos la idea absoluta
de Hegel ¡Claro que ese alemán tenía razón! La idea absoluta es real y
palpable, se mueve allá en la plaza, ¿o más bien en mi conciencia? ¿Será que el
mundo de las apariencias sensibles despreciado por Platón es lo único que está
ahí abajo? ¿Esa idea absoluta que sehace conciencia absoluta en la negación de
lo “Otro”, es el reflejo de la desesperación de una subjetividad animal que se
muere?
Ahí está lo “Otro”, la
apariencia, lo sensible, la quietud, la insignificancia de la plaza, del
planeta, del sol, de la historia, de la razón, de las ideas. ¡Sin Dios, no hay
significados existenciales, ni trascendentales! El mundo de las realidades
perfectas e ideales se lo está tragando la tuberculosis de ese viejo. Aquí sólo
hay casas olvidadas entre el monte y el calor de los llanos inmensos y eternos,
como el dolor de la muerte. Si Platón y Hegel viviesen en este pueblo, tal vez
morirían de tuberculosis.
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****
Me siento en uno de los
bancos de la plaza, comienza un nuevo proceso en mis vivencias,las cosas se
acercan, están ahí, me miran, me acechan. Los árboles me observan, los
limpiabotas juegan con una pelota de goma, puedo sentir la presencia del hambre
que crece con los años, ellos son la miseria real que se hace historia, la
negación del porvenir. Sin embargo, esos niños son la verdadera razón de la
vocación docente, ellos son el llamado al compromiso y a la responsabilidad de
todos los educadores.
El hambre tiene rostro,
tiene como catorce años, un cuerpo famélico, de pielenferma, de estatura
mediana, casi sin estudio. ¿Sabrán esos muchachos de esperanzas y de libertad,
autoestima, vocación profesional? Sin educación, simplemente, crecerán, se
reproducirán, se enfermarán y morirán bajo el imperio de la revolución que no
llega. Seis muchachos con los zapatos rotos, de ropa vieja y sucia. ¡La
inocencia, Dios! Son felices, juegan, gritan, corren.
La Nada no ha llegado a la
conciencia de estos muchachos, para ellos el Ser es la total plenitud y
felicidad. Los adultos se encargarán de entristecerlos, algún día no tan lejano,
tendrán conciencia de sus existencias, se compararán con otros jóvenes, se
arrugarán, beberán licor barato hasta la locura, algunos se quedarán aquí para
siempre, con un mundo pequeño de pocas calles; los otros irán a las ciudades y limpiarán la basura,la mugre,
hasta quedar sin dientes y con las manos moribundas de tanto trabajar; tal vez,
cuan do estén viejos, se acordarán de la belleza de esta plaza, de los días
felices a pesar de la hambrunaenfermiza, recordarán a los borrachos y a las
mujeres de la plaza, y sabrán que la revolución que nunca llega fue una ilusión
y nada más.
Los muchachos son el futuro,
la promesa de la patria, de la humanidad, son el destino, la esencia del ser
personal que se desarrolla dialécticamente. Los seis están arrojados en la
plaza, con sus gritos, sus alegrías ingenuas, su desdén frente al hambre
matutina, parece que quisieran destruir el peso de lo real con la inmediatez de
su juego de pelota. Lo material, lo que está fuera de la conciencia no
desaparece, es todo el tormento del hambre que les marcará hasta borrar
cualquier destello de imaginación de una vida feliz, no habrá proyecto político
que les engañe para siempre.
Sin solidaridad humana, que
les brinde una oportunidad, seguramente el hambre se convertirá lentamente en
la naturaleza que se nutre de sus cuerpos infantiles y dejará profundas heridas
en cada uno de esos cuerpos, de esas mentes. Sin educación
adecuada, la inteligencia quedará reducida a la supervivencia. Entonces, en lo
real, la persona es el hambre. La ética de esta revolución que no llegaes el
hambre. La política revolucionariaparece ser el hambre. A la conciencia
revolucionaria del nuevo milenio parece no importarle el hambre de estos niños.
La moral de algunos políticos es el hambre. La religión de algunos políticos es
el hambre. La filosofía de algunos políticos es el hambre. La plaza de estos
muchachos es el hambre, es la América Latina, es la filosofía popular de las
revoluciones militarizadas que se han dado en la historia de nuestros pueblos, es el imperio de los falsos
revolucionarios, ha sido la revolución que engaña.
Aquí en la plaza, los
muchachos corren de un lugar a otro, sin saber que su realidad, en el mejor de
los casosllegaría a ser un número, un dato estadístico que a nadie importa,
“37% de población menor de los dieciocho años vive en estado de pobreza
extrema”. La sociedad de informes sociológicos destruye el rostro verdadero de
las personas. La conciencia racional se justifica a sí misma.
El poder no acepta el
compromiso. No existen nombres, rostros, tamaño, madres, hijos, amigos. No
existe el vecino, el compadre, el amor, el odio. Los sentimientos no existen.
Para algunos políticos, el universo es realidad material, medible,
probabilidad, totalidad anónima. Aquí no hay seres humanos, nadie sufre, llora,
come. Aquí las tumbas no tienen almas. Todos se van al infierno del consumismo
animal. Para estos líderes políticos, el hombre de éxito consume a los más débiles. Para ellos, la
humanidad es un profundo y lúgubre océano donde los peces inferiores no tienen
derecho a la vida, sino al hambre, a la esclavitud, a la muerte y al anonimato
de una encuesta sociológica.
Según la Filosofía de la
Muerte, el pez grande cuando cuida a los más débiles, solamente se asegura de
tener comida a la mano, pregunten a los diputados de la Muerte, ellos siempre
nos han protegido. El cuidado es más intenso, cuando el amo supremo es militar.
Siempre, en América Latina, el amo militar se convierte en rey, su familia en
la realeza, sus hijos en príncipes y sus amigos en la nobleza.
En la política de la Muerte,
el pueblo es la comida, el sufrimiento del pueblo es la bebida, el hambre del
pueblo es la riqueza del rey, príncipes y nobles, ¡claro!, las propinas siempre
sonpara los seguidores fieles. Todas esas revoluciones giran en torno al poder
central de un rey semidiós que todo lo sabe, que todo lo puede, que salva a
todos y a quien todos deben adorar. Los adversarios son traidores y merecen las
más horribles de las torturas.
Hace poco, un señor de traje
lujoso llegó a esta plaza, reunió a todas las personas del pueblo. “Seguro
tenemos cincuenta y cinco votos”. Eso era todo lo que valían las personas, nada
más. Las prostitutas eran cuatro votos, los borrachos como cinco, claro y también
sumaron el voto del viejo moribundo. Las realidades cotidianas de cada persona
no llegabana ser consideradasni siquiera como objetos. Los salvadores políticos
se preocupaban por los galones de gasolina, las franelas, el equipo de sonido,
las cervezas, por la hora, el clima, el calor, la oscuridad, los zancudos…, el
viejo, las mujeres y los niños nunca tuvieron rostros humanos para ellos.
Cualquier cosa era más
importante que el rostro de la gente. Para ellos, esa gente no era más que un montón de votos. Para estos políticos, apretar
la mano de aquellos moribundos era un acto vergonzoso, daba asco el contacto
con gente tan enferma y hambrienta. La ignorancia y la melancolía sin esperanza
se vestían con una nueva camiseta, con el rostro del líder políticode turno. Lo
mismo hicieron sus padres, sus abuelos, todos los espíritus de la noche que
ahorase lamentan por las calles de este pueblo. Cada uno de ellos se llenó el
corazón de la revolución social
prometida; ahora vagan por las copas de los árboles, según el decir de los
abuelos solitarios. Todos los muertos se cansaron de coleccionar camisetas
revolucionarias.
El sol calienta la brevedad
de la mañana. El tiempo no existe en el corazón de este pueblo. Las preguntas
sobre el sentido de la existencia carecen de sentido y de existencia para
cualquier líder político descomprometido. Aquí el pensamiento está demás. Sin
embargo, es la humanidad en sus más enigmáticos secretos que se revela en estas
vidas tan comunes en América Latina.
Esos muchachos jugando, el viejo que se muere,
las mujeres agotadas por el degaste de la miseria, los borrachos impertinentes
y delirantes, los políticos mesiánicos que a veces aparecen, las camisetas
revolucionarias, el calor, el polvo amarillento que agobia, el sudor que
recorre todo el cuerpo, las ganasde huir hacia la nada, esa es la existencia,
ahí está el sentido, ahí está el absurdo en que nos están hundiendo los
revolucionarios y políticos de turno.
Así es la vidadesde la
política y la lucha por el poder, sin nada especial, arrojada al torbellino
negro de la muerte, las personas poco importan, la lucha es por el poder, tener
y placer. Desde la antropología de la Muerte, y desde el Nihilismo, no hay
sorpresas, la esperanza es un concepto alienante. Para ellos, el ser lo
determina la calidad de la alimentación, si comes porquerías, en eso te están
convirtiendo; ellos se alimentan con los manjares más lujosos que el Mercado
les proporciona, quieren ser dioses.
****
*****
La existencia no es una
poesía romántica, no se trata del trinar de las aves, de los bellos ojos de la
mujer amada, el canto de la sirena, las almas en el cielo, los hermanos de la
sociedad sin lucha de clases, de la suavidad de la espuma de las olas, del amor
entre dos corazones entrelazados en un mismo destino. La mujer de piel
arruinada me está mirando y su esencia antropológica es el hambre en su sangre.
Ella me acusa, me asusta, me describe perfectamente la trama humana. Ella es
madre de uno de los muchachos que está jugando en la plaza. Los dos están ahí,
respiran, sufren, mueren de hambre.
Tal vez, a la hora de
dormir, la madre le enseñe algunas oraciones para que los espíritus los
protejan de todos los males. Si tienen suerte, tomarán algo de café con algún
pedazo de arepa, eso será todo, lo mismo de ayer, de hace años, lo mismo que
cenaba la abuela, la otra abuela; siempre han comido lo mismo en este pueblo,
las sobras de la revolución que nunca llega.
Ninguna de esas mujeres
vende su cuerpo por elegancia, no se trata de cambiar de vida, convertirse en
una modelo de fama internacional, de vivir con un hombre millonario que la
lleve a mundos imaginarios. Aquí el sexo se vende por cualquier enlatado
sobrante, o por una cerveza a media noche, por una botella de aguardiente de
caña, la revolución lejana se quedó en promesas.
El cuerpo carece de valor, ¡Ah, los filósofos
y la dignidad del cuerpo humano! ¡Los filósofos y la dignidad del espíritu
inmortal del hombre!¡La dignidad de la mujer!¡Hasta tiene fecha la dignidad de
la mujer para ser celebrada en todo el mundo! La carne del ganado se compra y
se vende a mejor precio. El alma, la conciencia, el yo, el espíritu, la dignidad,
el respeto, los derechos humanos, nada de esas cosas pertenecen a la intimidad
existencial de esta gente. Sin embargo, ellos son imagen del Dios Vivo y no de
letras muertas.
Así, pues, desde la cultura
del Mercado, la dignidad del ser humano es un bien de consumo que se compra y
se vende. Si no tienes dinero… no eres un ser humano, no tienes alma. Si no
eres un líder político de prestigio…, entonces tu cuerpo vale menos que la carne de pollo. Ni
siquiera los espíritus o las ánimas milagrosas cuidan de esta gente pobre. El
ser esencial y digno de la humanidad no es más que una mentira para los falsos
políticos, la verdad está en la mirada de esa prostituta, en la inocencia de
esos muchachos, en la idiotez de los borrachos, en la falta de vida del anciano
que acaba de abrir los ojos para mirar las mismas nubes incoloras de siempre.
Todo me asusta, no se trata de una angustia teórica que se describe, mientras
se fuma pipa y se bebe vino, me asustan porque es mi propia historia,me hundo
con ellos, me desespera no ver el final de esta pesadilla llamada liberación
socialista.
Aristóteles se inventó la
más grandiosa de las ideas metafísicas, ideales, virtuales, el Motor inmóvil. La explicación última de
todo movimiento. El fantasma que aparta el absurdo infinito de la inercia
eterna. Este Motor inmóvil ha sido elevado a la divinidad espiritual. En el
fondo, esa cosa sería la presencia Omnipotente y Omnipresente del Ser Absoluto.
En otras filosofías, este Motor Inmóvil ha sido considerado la prueba más
fehaciente de la existencia del mismo Dios. Nada más absurdo, pretender que la
posible existencia de Dios se deba a la lógica racional de loshumanos, que
habitan un planeta que pertenece a un
sistema solar cualquiera. Aquí no hay Motor inmóvil que valga, la razón lógica
se hunde en la desesperación del hambre y de la miseria.
Un excelente profesor me
dijo hace tiempo, “la miseria y la pobreza no definen a esta gente, ellos
trascienden esas necesidades y buscan la esperanza más allá de cualquier
desesperanza, ese es el misterio, esa es la dignidad del alma y del ser
espiritual del hombre”. En el cementerio de este pueblo se levantan cruces y
cruces en honor a la esperanza fallecida. El reloj de aquel profesor
revolucionario y bolivariano cuesta más y es mejor apreciado que una noche de
sexo con cualquiera de estas mujeres. El Compromiso es con esta gente, y nunca con
la idea abstracta de la pobreza. Dios está en la historia de esta gente, no
está en la definición de la pobreza. Dios es Vida, Dios es Amor…, Dios no es
una idea, o un teorema.
Margarita es una de las
mujeres de la plaza, parece alegre, contenta; algo extraordinario le está
ocurriendo, ya casi la convierten en la sirvienta, en el coleto, en la esclava
de alguna familia en la ciudad de Valencia. Ella siempre ha soñado con salir de
estas tierras, para conseguir untrabajo decente y digno, de esos que le
prometieron los políticos de turno.
Los señores tendrán una nueva televisión,
refrigerador, aire acondicionado, a Margarita, una cocina, un juego de muebles,
todo a buen precio. Esa es toda la esperanza de Margarita, hasta ahí llega la “dignidad
del día mundial de la mujer”. Para la cultura del Mercado, Margarita es una
cosa a buen precio, tan útil como una aspiradora, tan valiosa como el
lavaplatos, tan humana como la basura que tendrá el honor de sacar a la calle.
Sus tres hijos quedarán aquí en el pueblo, hasta que el destino se los lleve a
la marginalidad de los barrios de las ciudades importantes.
La mujer es el objeto más
despreciado de los políticos de la Muerte, de aquellos que engañan al pueblo,
se trata de arrastrarla hasta la desesperación. Margarita no sabe nada de
autoestima, ni de respeto por la dignidad de la mujer. Los escritos filosóficos
de Simone de Beauvoir nada tienen que ver con la realidad antropológica de las
mujeres de este pueblo.
Margarita saca un viejo
espejo de su bolso, se mira fijamente, no le gusta lo que ve. Ahora, en ese
momento infinito, la brujería del espejo la invade, la sociedad le acaba de
transmitir el virus de la vejez. Margarita se siente horriblemente enferma, fea,
desgarbada, no sabe si reír o llorar; se da cuenta de lo terrible que es la
miseria, la mala alimentación, las noches sin dormir, las gripes curadas a
media, el sexo violento durante su niñez, los vestidos y pantalones recogidos
de las sobras de esta humanidad. Así se siente, como una sobra que se seca bajo
el sol absurdo de esta plaza.
Margarita se olvida de
todos, mira su rostro; piensa que ese detalle puede ser una ventaja. Esa es la
verdadera razón por la cual la eligieron para ser una sirvienta desvalorizada.
De eso se trataba todo, su valor social era su propio rostro, su apariencia
enferma.La señora de la casa, la dueña de todos los objetos, tenía que comprar
a una mujer poco atractiva, para evitar cualquier problema afectivo y sexual
con el marido. Ese señor Pedro se adueñaba de todo, manipulabacuanto había en
la casa a su antojo.
Margarita tenía el trabajo
asegurado,tenía todo para fracasar en la vida, hasta convertir su existencia en
la negación de cualquier teoría del amor y de la esperanza en el espíritu y la
verdad. Margarita era pequeña de estatura, delgada hasta la enfermedad,
dentadura descuidada, mirada perdida, hablar campesino, su vida ha sido un
largo caminar entre espinas, una fe que destruyó la revolución que no ha
llegado.
La enajenación es la
felicidad en los ojos del hambre. Margarita es feliz. Ella espera que pronto le
den la buena noticia de su contrato. Se marchará lejos, “más nunca volverá para
este pueblo”. Si Dios le ayuda, enviará algún dinero a sus hijos. El hijo mayor
se llama Francisco, juega con sus compañeros. Los juguetes son un palo de
escoba y una pelota hecha con la cabeza de una muñeca que encontraron en la
basura.Él se quedará con la abuela y los otros dos hermanos, Ramón de ocho años
y Mary de apenas cuatro años. Francisco se ha pasado la vida entre el trabajo,
el hambre y el juego. A nivel de estudio hizo lo que pudo, llegó a sexto
grado,no fue un alumno mediocre. Lo malo es que en el pueblo no hay un liceo.
Parece que su vida ya está escrita, como la de todos sus compañeros. Algunos de
ellos sueñancon ir a la milicia,si tienen suerte llegarían a ser policías. Para
esto muchachos no existe la universidad, ni vocación profesional según sus
aptitudes. Ellosson herederos de la dignidad de los que se mueren lentamente de
hambre bajo el yugo de la dictadura de esas que siempre han existido en la
América Latina.
Por Agustín…, quiero ser educador.
Por Margarita…, quiero ser
educador.
Por Francisco y sus
hermanos…, quiero ser educador.
Por todos los pobres de
América Latina…, quiero ser educador.
NON NOBIS DOMINE, NON NOBIS,
SED NOMINE TUO DA GLORIAM
“LA VIDA DE JAIME STEVEN”
*
La muertedel ser humano condiciona las
reflexiones sobre el sentido de la existencia enlos sistemas de filosofíasantropológicas.
Desde luego, no se tratade una descripciónde la muerte en cuanto hecho biológico
y natural que consistiría endejar de respirar para siempre; además, como seres
conscientes, se experimenta profundamente de esa experiencia de saber que nos
convertiremos en gusanos inservibles, en humedad que se transforma lentamente
en cenizas olvidadas, hasta que la conciencia de ese “Yo”íntimo y personal se
haga unidad con la nada deforme yanónima, esamateria absoluta que tal vez sirva
de abono para las rosas de un tristejardín. El hombre sin Dios es una cosa más,
tan cosa coma la más sencilla piedra en el desierto. Sin Dios la muerte es el
final. El hombre del nuevo milenio propuesto y formado por el materialismo de
izquierda o de derecha, es una cosa, es un animal de consumo, que destruye al planeta
y odia a todo aquel que no piensa como ellos. Dios Padre nos hace hermanos; la
lucha por el tener, el placer y el poder nos
transforman en enemigos. Son dos paradigmas, uno de Amor, el otro de
Muerte.
La conciencia de saberse y entenderse mortal
atormentala quietud del alma del serhumano y lo diferenciaradicalmente de los
animales del ecosistema planetario. Los animales solamenteviven, comen se reproducen y dejan de
vivir. La angustia oscurahace al hombre un ser extraño, inconforme,
melancólico, creyente, con esperanzas, pesimista, alegre, triste, devoto,
rodeado de imágenes de todo tipo que le prometan la vida eterna, o la felicidad
plena y terrenal. El hombre es un ser de fe, de esperanza. El Hombre es “Capaz de
Dios”, de buscar la trascendencia no por miedo a la muerte, sino por fe, una
dimensión misteriosa que conforma el Amor en el corazón de todos los seres
humanos.
El hombre vive la muerte en
su realidad más íntima, desde ahí cuestiona la vida como afirmación o negación
de la fatalidad que siempre asecha para destruirlo en cualquier instante, bien
seaentre sábanas blancas olorosas a ese alcohol etílico de los hospitales
horrendos, o la muerte inesperada y sorpresiva bajo la inclemencia del hampa.
La enfermedad es muerte. El dolor es muerte. La violencia es muerte. La
tristeza es muerte. La cotidianidad muchas veces se hace muerte cercana y real.
Pero, ahí, en lo más oscuro de lo cotidiano, se encuentra el Amor que se
manifiesta en los seres queridos, la madre, el padre, los hijos, los hermanos,
los amigos, el vecino, la maestra, el profesor de educación física, la novia,
la vida el Amor y encuentro con el Otro; y es ahí en el encuentro con el Otro,
donde surge la luz de Dios; en el encuentro con
el Otro, Dios está presente como Padre amoroso, como luz que ilumina,
como fortaleza que sostiene.
Sin Dios, los cumpleaños
serían un paso más hacia la tumba. La muerte es la entrada a lo desconocido. La
muerte es despedida inédita. La muerte es el significado de la palabra “nunca”,
un adiós a los seres queridos, a los que dieron calor a esos momentos hermosos
de la vida. La muerte es universal. La muerte está en cada uno de nosotros,
desarrollándose suavemente, devorando una a una las células de nuestro cuerpo.
Sin Dios, el hombre es un animal que se muere. Dios es vida eterna; con Dios el
Hombre es un ser para la eternidad.
Cuando rechazamos a Dios, al
final,solamente quedará el grito de auxilio, moriremosesperandoque cualquier
amigo nos consuele. Si rechazamos a Dios, todo será oscuridad y absurdo
cósmico, lodo orgánico, cielo sin luz, nubes grises y sinprimavera, morirán
todas lasestrellas infinitas. Si rechazamos a Dios, desapareceremos en un
universo sin memoria, sin sentido histórico, sin conciencia, sin espíritu. Sin
Dios, navegaremos en las aguas de unarealidad idéntica a la nada, al caos, a la
totalidad inmóvil. No habrá espacio para las mentiras existenciales. Si Dios no
está, entonces, las aguas del Ser serían
indiferentes y oscuras, donde se hunden todas las conciencias humanas e
inexistentes.
Si Dios no está, ElSer y La
Nada carecende conciencia; el ser de la conciencia sería la muerte de un “Yo”
que se apaga lentamente. Esto es todo lo que nos ofrecen los comunismos
teóricos; este el final de la historia que nos prometen los líderes de la
izquierda revolucionaria. La revolución sin Dios, nos promete la muerte; y
cumple con sus promesas; la muerte absurda y vacía se hace cotidiana; tan
común, que ya ni lloramos a nuestros muertos. El Comunismo se alimenta de fosas
comunes.
Si Dios no está, en lo
esencial,nos parecemos a esos animales atropellados que se pudren en las
autopistas. Ahí, bajo el intenso calor del verano,se consume la esperanzade las
mascotas o de cualquier animal del monte. ¡Y eso puede ser todo!¿Qué importa el
modo de morir? ¡Siempre es lo mismo paralos animales del planeta! ¿De dónde la
eternidad del espíritu? ¡Mejor sería la inconsciencia! El Dios vivo es la fuente de Vida y de
Esperanza.
Sin la fe en Dios Padre, la
muerte es el misterio que frustra todo intento de justificación racional o
filosófica. ¡La muerte opaca a la razón lógica! La muerte sería el vacío
después de la fiesta y sus locuras alcohólicas, ese cansancio tan rutinario que
nos deja solos y silenciosos, con náuseas y deseos desesperados de llegar al
lavamanos para descargar toda la basura, hasta quedar desnudos bajo la
regadera, esperando que el agua fresca nos anime para vivir la mentira de otra
noche de músicadesenfrenada, hasta que vuelva el otro amanecer,la locura se repita,
y al final, los pulmones dejarán de respirar y el corazón se detendrá. Sin Dios
la vida es una locura, un absurdo. Sin Dios el hombre está demás.
La guerra y el odio han sido
los verdaderos protagonistas a lo largo de toda la historia social, la muerte
es el significado final de la existencia personal y social de los socialismo
militares. De nada sirven los placeres, el dinero y el poder. La muerte lo
destruye todo, lo consume todo, lo olvida todo y no quedará ningún alma
solitaria llorando entre las sombras de la noche eterna de un universo
petrificado y absurdo. ¡Sería profunda la tristeza del último fantasma, que
asustado y perdido se vaya apagando como una vela nocturna en la oscuridad
infinita!
**
El profesor Jaime, ensayista
e investigador en el área de la filosofía, de la psicología y de la sociología
con un doctorado en “ciencias epistémicas” se acomoda en el sillón de la
oficina, acaricia el retrato del líder socialista, como si fuese parte de un rito;
toma café, mira las hojas marchitas que caen a lo lejos, el otoño apacible
llega a su final. El frío delinvierno se acerca.El universo será blanco y
húmedo, como la vida misma, tan monótona, tan helada, igual a las flores que
desaparecen como aves sin rumbo. Sin embargo,la vida se ve hermosa y apacible
como la noche que se desliza entre las cortinas.
No hay nada como las ráfagas prematuras del
invierno para inspirar profundas meditaciones ontológicas y hermenéuticas: ¿Qué
es el Ser?, ¿qué podemos conocer?, ¿porqué más bien el Ser que La Nada?, ¿cuál
es el “puente epistémico” entre el sujeto y el objeto? ¡Preguntas eternas,
celestiales, angélicas, divinas e inmortales!Él es una promesa intelectual
delmarxismo latinoamericano ¡De su mente fluirá la nueva ciencia revolucionaria
en contra del imperio yanqui!
Sin embargo,el entornonoes
tan inspiradordentro de la oficina, mirar el techo blanco,las paredes eternamente
verdes. El ambiente en su oficina es una experienciaaburrida, pegajosa,
absurda. Hacer Filosofía sentados como cadáveres religiosos, carece de
emociones alocadas y sensuales. Se necesita la música interna, casi poética,
tan necesaria para escribir el mejor libro de filosofía antropológica sobre el
amor perfecto inspirado en las enseñanzas del socialismo obrero.
El movimiento vital, la
fuerza de la energía mágica del universo, todo ese descontrol animal está más
allá de esa ventana. La vida real está esperando ser admirada por una mente
única y brillante. Esa vida virtual en la laptopes
pesada, en blanco y negro. Él necesita el calor del pueblo.
En efecto, dentro del mundo
de la Internet, la humanidad camina hacia la quietud histórica; como si de
pronto, la sociedad estuviese llegando al desfiladero oscuro y tenebroso. La
computadora le parece fría, sin calor, ni emociones. En cierto modo, dentro de
esa pantalla, el hombre se convierte en un patético receptor de mentiras, de
ilusiones, de fantasías creadas por mentes mercantiles y manipuladoras del imperio.
Lossabios del nuevo milenio saben solamente
una canción, “la historia ha muerto”, “ya no hay mensajes políticos
universales”, “se derrumbó el muro de Berlín”, “ya no hay proezas que narrar”
“no hay religiones”, “murieron las ideologías”. Ahora, el mundose reduce a lo
visto enla pantalla virtual. La verdad la establece una máquina. El secreto es
la energía eléctrica que engaña y enajena. Pero, Él, el profesor Jaime Steven
conmocionará al mundo con el mensaje del socialismo del nuevo milenio,
inspirado en la vida y obra de Carlos Marx.
Él conoce el futuro, pronto
el hombre será solamente un centro nervioso con ojos y pocos dedos, lo demás
rasgos corporales serán eliminados por la evolución, seremos unas cuantas
células nerviosas alimentadas por la realidad virtual. Hasta la fe religiosa tiende
a desaparecer, el mundo es lo mirado, el hombre es una imagen, una moda, ojos
azules, cuerpo atlético, licor, sexo y poder. Según su fe marxista, “la
religión es el opio del pueblo”; y Dios ni siquiera ha muerto, simplemente
nunca existió.
¿Quiénes viven de verdad esa
realidad prometida en los sueños ofrecidosen las redes virtuales o en el cine?
¿Quiénes viven el placer, tener y poder a plenitud al estilo de esosactores
virtuales? ¿Acaso, los siete mil millones de seres humanos que habitan el
planeta? ¿Mil millones? ¿Quinientos millones? En la pesada realidad cotidiana,
la vida plena de licores, dineros y orgasmos la disfrutan solamente algunos
elegidos o semidioses de cuerpos perfectos. Él quiere ser uno de ellos; por
eso, escribe y escribe. Los otros miles de millones de terrícolas contemplan y
sueñan, algunos zombisgozan de las imágenes virtuales. Ya no se hace el amor,
se conforman con fantasear frente a una imagen virtual.
El mundo de placer está
siendo suplantado por las imágenes en una computadora. Entonces, ¿Qué es el
hombre? Un ojo con cerebro ¿Qué es el mundo? ¿Cuál es el valor de las otras
personas? Simplemente lo mirado; somos un par de ojos atrapados en un universos
de imágenes irreales. Desde luego, la otra alternativa es la miseria, el hambre,
la muerte, hacer cola todos los días persiguiendo durante largas horas un poco
de harina de maíz.
¡Muerte o enajenación!Estas
son las dos alternativas que nos brinda el materialismo marxista, o el
materialismo de la cultura del Mercado. Jaime sabe lo que quiere. Él sabe que pocos son los que viven el placer prometido, y
muchos los que mueren de hambre sin tener ni siquierala oportunidad de un mundo
enajenado y virtual.Y si Él, el profesor, Jaime Steven tiene que escribir
libros de fantasías revolucionarias y de mentiras históricas, lo hará; nadie
verá al profesor Steven pasando hambre, ni haciendo colas para comprar un jabón
o rollo de papel higiénico.
***
Jaime había soñado conel título del primer
capítulo de su nueva novela filosófica: “El hombre es la náusea”, donde
presentaría una crítica radical a la antropología del consumo propuesta por el imperialismo
salvaje. Se trataría de la historia de un filósofo que viveprofundamente todas
las dimensiones del amor sin fronteras. Mientras Jaime se imagina las escenas
de su personaje, las hojas secas de los árboles grisesse hunden en el lodo
frío, una lluvia tímida se escucha a lo lejos. La novela promete ser otro éxito
de reflexión esotérica, masónica y revolucionaria, de esas enseñanzas que leen
algunos líderes políticos. También tomará en cuenta como probables lectores a
esos jóvenes que estudian filosofías orientales,
escritas por ancianos que alguna vez fueron los hippies de la década de los
sesenta del siglo pasado.
Jaime intuía que el amor
perfecto y sin fronteras era la nueva etapa de la evolución del hombre del
siglo XXI, la única alternativa para superar la virtualidad de las computadoras
y el desenfreno consumista. Por supuesto,para crear nuevos caminos de
esperanzas tenía que volver a lo natural, al canto, la poesía, el amor
silvestre y sin ataduras, dar placer a todos los sentidos, segúnel hedonismo
más puro, vivir de un modo totalmente libre como las aves, las flores y el viento;
la revolución de acuario.
La filosofía novelada es la
imaginación de un poeta sensible que se cree y se proyecta como un ser medio
angelical, sin sexo definido. Jaime es un ejemplo vivo de los ensayistas
sensibles, refinados, con ese modo tan peculiar de hablar, caminar y de mirar
de algunos intelectuales. Ahí, frente a su alma, estaba escrita la frase, “La
religión es el opio del pueblo”. Esta frase tan original ymagistral está en el
centro de la pantalla de su computadora. El profesor Jaime Steven siente en su
piel la apatía del otoño.
El cielo es gris, las aves
han perdido su encanto. El horizonte es gris. La mañana es gris. La vida es
gris. No hay una flor colorida en todo el jardín. Jaime siente intensos deseos
de componer un poema; tan tiernocomo el brillo triste de la montaña, algunas
letras que estremezcan a los lectores tan sensibles como él, esos que
pertenecen a redes de poetas: “Poemas de amor”, “Poesías del corazón”, “Pozos
del deseo”, “Oasis de amor”, “Encuentra lo tuyo”. La revolución intelectual es
un canto poético que quiere surgir de las entrañas del poeta Jaime Steven.
La tarde gris le produce nostalgia existencial
y la niñez del filósofo renace en su alma. Jaimepuede ver con claridadal
niñoque hace años jugabaen las llanuras de su pueblo natal, en las lejanías de
los Andes. Lo recuerda casi todo, el padre y el abuelo siempre descansaban con
las pipas humeantes, la madre y la tía tejiendo preciosos calcetines de los que
se usan en el invierno. En aquellos años de infancia, el secreto de la vida era
la ingenuidad, la sencillez, la aceptación del ser en su estado más puro, sin
el juicio sucio de la conciencia adulta de los humanos.
El aire siempre fresco, las
montañas hermosas, la campiña de los sueños, el canto de las aves. ¿Acaso los
animales se entristecen? La vida era la negación de lo gris, la primavera
eterna, la leche tibia de las vacas, el canto matutino de los gallos, los
perros fieles y contentos, el florecer eterno de la campiña ; padres amorosos,
abuelos paternales; sus dos hermanas mayores siempre hablando de “los novios
bellos”, fiestas, vestidos, maquillajes, revistas de farándula y de modas. Por
cierto, los zapatos de sus hermanas eran preciosos, los zarcillos, las muñecas.
En fin, aquellos días de la infancia marcaron su sensibilidad vital y el gusto
por las cosas rosadas y esplendorosas. La belleza eternadel universo le daba a
Jaime esa energía especial que pocas veces vio en los amigos de la escuela, tan
hostiles, sucios, mal educados, bárbaros y rudos.
El biscocho con la taza de
chocolate mostraba el rostro tiernode la humanidad. Por eso,el encuentro con el
Otro era fácil en el seno familiar;entender el amor como centro del proyecto
humano, vivir plenamente el concepto de libertad desde el corazón que crecía en
el calor de una familia iluminada, su mundo real, su entorno vital, su
existencia concreta; todo sus recuerdos eran fantásticos.
¿Qué es el hombre? El padre,
la madre, los abuelos, las hermanas, ¿qué es la sociedad? la dignidad del
espíritu familiar, tan alejado de todo lo feo y horrible. En su infancia
aprendió que el hombre esencuentro fraternal,relación personal y comunidad
unida. Le enseñaron que la vida siempre tiene sentido, que sus hermanas eran
ejemplos de amor perfecto y de belleza sensual. En su corazón siempre hubo
amor. El amor era su aporte a la filosofía del socialismo del nuevo milenio.
Ahora entendía que la
relación entre los hombres constituyeel centro de significados existenciales
antropológico y la oportunidad para el crecimiento personal, el Otro es el
camarada. El amor se hacía realidad al ver a sus hermanas besándose con los
“novios bellos”. Desde luego, desde estas vivencias amorosas y afectivas,la filosofía
del encuentrotenía sentido. El hombre vuelve a ser el centro del universo. El hombre
es la imagen de todas las revoluciones del nuevo milenio.
Cuando Jaime piensa en la
esencia de la humanidadsocialista, revive la habitación de sus hermanas, el
rostro de sus hermanas, los vestidos de sus hermanas, el modo de hablar de sus
hermanas, los novios de sus hermanas. La persona es un valor eterno y universal
para el socialismo del nuevo milenio. La vida consiste en la felicidad. La
felicidad se encuentra en la relación entre los camaradas. Se nace, se vive, se
muere en comunidad. La humanidad entera es una gran familia de hermanos
revolucionarios, en donde todos somoshijos de los mismos líderes de siempre,
sin límites afectivos marcados por el sexo biológico. ¡Qué viva la libertad del
socialismo del siglo XXI!
Ahora, Jaime ve el inicio
del otoño con la mirada de un filósofo profundo, silencioso, capaz de encontrar
la luz en la oscuridad del atardecer, para iluminar con sus pensamientos el
camino de salvación a todos los hombres y mujeres que esperan sus maravillosas
reflexiones filosóficas y sensuales. De pronto, sus manos dejaron el teclado,
el corazón estaba paralizado.
Del otro lado de la ventana,
lo inesperado se hacía fatalidad. El destino le recordó la soledad de la noche,
un gorrión pecho amarillo quedó muerto, fulminado por el frío, sus alas dejaron
de moverse, el canto se perdió en la oscuridad. La muerte siempre estaba del
otro lado de la ventana, más allá de la conciencia iluminadora de la
existencia. La conciencia íntima tiene dos caras, ilumina la belleza de la
vida, y se atormenta con el silencio de la muerte oscura, desgarradora.Jaime
Steven es sin duda, un intelectual de la izquierda revolucionaria.
Jaime volvió a deprimirse,
todo lo bello se transformó en oscuridad, quería llorar de tristeza amorosa,
como lo hacía la abuela enferma. La noche era la amenaza de la existencia, la
espesa tiniebla lo envolvía todo, igual que hace años, allá en los Andes. La
Nadaeterna y oscura sobrevivía en las aguas del inconsciente, apareciendo
solamente para acobardar y paralizar, la muerte era el recuerdo del rostro de
la abuela fría y pálida, tendida sobre una mesa de madera de pino silvestre. La
abuela se convirtió en un fantasma, en la hada de los sueños infantiles.
La muerte del ave disolvió la belleza de los
días de infancia. ¡Esa muerte tan cruel de la más hermosa de las aves! ¡Tanta
tristeza era demasiado para seguir escribiendo! ¡El rostro de la abuela muerta!
Jaime encendió su pipa, salió a caminar para despejar los sentidos; tal vez,
con algunas copas de vino, la inspiración regresaría a nutrir su sangre
filosófica. La muerte de un ave era tragedia que el alma sensible de un
filósofo de izquierda como Jaime, no podía soportar sin que apareciesen algunas
lágrimas de solidaridad existencial y holística con la muerte de ese pobre
gorrión. ¡Cruel y desgraciado universo! ¡No hay escape ni para los dioses! ¡Oh
filosofía, calma la tristeza mía! ¡Abuela muerta deja de atormentar la
existencia universal! Si la muerte le llega a un padre de familia en manos de
la delincuencia… ¿Qué importa? ¡Hombre o pájaro…da igual! Jaime llora frente a
la muerte.
****
La mejor época para escribir
reflexiones filosóficas en torno a la importancia de los seres humano es la
primavera, ese momento en donde toda la naturaleza se convierte en un himno
triunfal y revolucionario. La vida se hace colores de arcoíris, el mar es más
azul, el cielo más transparente, y el amor, ¡ah, ese sentimiento de los dioses!
colmaría de placeres cualquier atardecer. Jaime pensaba en la esencia antropológica
universal: la felicidad. ¡La inspiración inmortal había vuelto a la mente de
Jaime!¿Qué es el hombre? La felicidad, la primavera, la negación de la muerte
del gorrión; la abuela cantando y tejiendo con alegría vital, una marcha
infinita de camaradas.
Jaime se sentía luz entre las sombras,
esperanza en la soledad, estrella en el firmamento, el punto más alto de las
olas del mar. El ser humano es la dignidad espiritual, la trascendencia y la
belleza de todo cuanto existe, un alma capazde sufrir la trágica muerte de un
ave inocente y pura; un alma que construye esperanzas en donde las rapiñas
imperialistasdevoran cadáveres.
El ser humano es superior a
la muerte. La revolución es superior a
la muerte. ¡Qué viva el socialismo eterno! La raza humana vivirá para siempre,
hasta alcanzar la espiritualización total del cuerpo mortal. Seremos ángeles en
la tierra y revolucionarios infinitos. Nada podrá detener la evolución de seres
elegidos por los dioses extraterrestres y seremos como dioses y reinará para
siempre el socialismo del siglo XXI, en todos los confines de la Tierra.
La novela de Jaime se desarrollabaal mismo
ritmo que el vino en su sangre. Al final triunfaría el éxito de la vida sobre
la tristeza del otoño. A cada noche le sigue el día más esplendoroso que se
pueda imaginar. “El cielo es el límite”.Lo mejor siempre está por venir. La
mente siempre abierta a lo positivo. “Somos lo que pensamos”, “la mente
controla al universo”, “concentrarse es aprender a vivir”.
Cada día es una aventura inmensamente
formidable. La vida es el río de los placeres inimaginables.Vivir es ser feliz.
La vida misma es el verdadero secreto de la juventud eterna que prometen las
revoluciones. El milagro de la felicidad está en el corazón, esperando que lo
descubramos. ¡Todos viviremos felices para siempre!¡El socialismo llegó para la
eternidad! ¡No volverán los lacayos del imperio!
A los treinta y cinco años
sentía que por su conciencia fluía toda la inteligencia de la energía
universal, podía sentir en cada una de sus células la sabiduría del pensamiento
filosófico legado por Marx y Lenin, tenía que escribir sobre la belleza de la revolución,
sobre el amor y la felicidad, también sobre esos tristes momentos de muertes
inevitables de las aves, mascotas, flores del campo, la muerte de la abuela.
Aunque el tema central
siempre sería la felicidad del universo, la luz de la revolución universal, el equilibrio perfecto de un
universo que se mueve al ritmo de ese amor puro que sólo podía ser descubierto
por un corazón enamorado de la belleza, de la luz, de lo perfecto, por un
escritor que comprendiera el secreto sexual delmensaje de losdioses griegos.
Jaime escribía su filosofía de
izquierda desde el espejo existencial de su historia de vida. El mundo era
comprendido desde sus vivencias, sus recuerdos, la imaginación, sus ideas, su
licor, el humo de la pipa.No tenía hijos,esposa, novia, comunidad, padres; pero
tenía patria. Su compromiso consistía en escribir libros, aquí aislado de la
vida mediocre. Jaime vivía en sus novelas, en el perfecto mundo de los treinta
y cinco años, buen trabajo en la Universidad, hermosa y confortable casa en una
urbanización de buen estilo, moderno automóvil. Él era ejemplo de lo bien que podía vivir el nuevo
revolucionario del siglo XXI.
Las reflexiones filosóficas
surgían a borbotones, como la espuma de esas copas de la media noche.Él estaba
destinado por los ángeles a iluminar con sus ideas a ese mundo confuso de los
jóvenes revolucionarios. Todos sus escritos giraban en torno al mensaje eterno,
“La filosofía de la revolución socialista del siglo XXI”. Lo más importante era
prolongar para siempre el espíritu de la primavera, mantenerse firmes en la
actitud positiva frente a las adversidades y las guerras económicas del imperio.
Los problemas de la existencia se resolvían en la mente, “somos lo que
pensamos”, conclusión increíble que surgía de los genios de la última botella
de vino, de aquella noche de principio de otoño. Jaime se fue a su casa, que
estaba solamente a pocas cuadras. Se detuvo ante la puerta, se dirigió hacia la
parte posterior de la casa, pudo ver el cadáver congelado del gorrión, lo tomó
por una de las alas y lo arrojó al pote de la basura.
La noche era joven, la
laptop había quedado encendida, podía escribir una o dos páginas. La fuente del
conocimiento se encontraba en la intuición íntima, una experienciaque
siempreaflora como una caricia fresca de esos momentos especiales de
inspiración. Recuerda que su primera novela la tituló “El mareo”. Claro, en la
Universidad donde trabajaba todos
aplaudieron la originalidad y lo inédito del tema. Se trataba del diario de un
hombre en París, que planteaba el absurdo de la existencia desde la experiencia
vivencial y cotidiana.
Según la novela de Jaime, la
vida del ser humano carecía de sentido, la existencia era libertad eterna y fastidiosa.
No había ningún manual para la existencia, cada día era inédito y lleno de
conflictos ambiguos y grises. El personaje de aquella novela era un joven
intelectual “Jean Raquetín”, un francés enamorado de una joven tan superficial
y vacía como la vida misma. Al final, “Jean” se descubre desnudo ante el ser en
sí. El ser de las cosas llegaba sin nombre, sin medida, sin lógica, chocaba en
la mente y producía una angustia, un “mareo existencial”, ese mareo era la
intuición íntima que anunciaba la presencia de un ser en sí externo a la
conciencia.
Esta Novela de Jaime recibió
el premio a la “Reflexión filosófica” de la década de los noventa. Según el
jurado, el tema era totalmente original y novedoso, un salto cualitativo en el
torbellino de los pensamientos revolucionarios de la patria. Desde aquel día de
la premiación, la vida de Jaime cambió para siempre. Ya no se conformaría con
una existencia trivial, superficial, común; una familia que mantener, unos
hijos que atender, hermanos, primos, tíos, amigos comunes y vulgares, nada que
tuviese ese olor tan parecido a las plazas de los pueblos olvidados. Su
intelecto era de otro nivel, capaz de navegar por los senderos misteriosos de
la revolución del nuevo milenio y de los
mares secretos del universo.Sin embargo, ya han pasado diez años y todavía no
ha perfeccionado su segunda novela.
El tiempo carece de
importancia para el profesor Jaime, los estudios de filosofía marxista lo han
elevado más allá del tiempo y del espacio. La edad no tenía importancia, siempre
y cuando el espíritu revolucionario se mantuviese fuerte, con energía para
enfrentar y superar los obstáculos de la cotidianidad. Nada en este mundo iba a
perturbar su mente superior.
Ahora, en sus nuevas lecturas buscaba penetrar
los misterios de la otra vida. Él estaba seguro de que su alma había recorrido
varias existencias en el pasado. Las existencias vuelven al inconsciente a
través de los sueños. La última vez se vio a sí mismo con un hábito color café,
como esos monjes sabios de la Europa del siglo XIII. Jaime estaba convencido de
que siempre su destino ha sido el mismo, “el amor a la filosofía y a la revolución”.
Las ideas de la filosofía de
Santo Tomás le parecían tan sencillas, “la diferencia ontológica entre el Ser y
el Ente”, “el proceso de abstracción de las esencias y la actividad sin
movimiento del intelecto agente en la intuición del ser del ente en la
conciencia”, todo le llegaba con facilidad inusitada, la única explicación
lógica apuntaba a sus vidas anteriores, cuando él era probablemente compañero o
maestro de Santo Tomás de Aquino.
Para Jaime, el secreto del
sentido de la vida se encontraba en una especie de sumatoria de las existencias
pasadas, eso se podía observar en los ojos de las personas. El último trabajo
escrito por el profesor Jaime consistía en una descripción antropológica de sus
vidas anteriores y de la posibilidad de encontrar un patrón existencial que
determinase el sentido de la vida de todos los hombres y mujeres de la
humanidad rumbo al socialismo universal y perfecto.
Entre los secretos develados
en su ensayo filosófico expuso la teoría de que “los ojos son las ventanas del
alma”. Las ideas filosóficassolamente pueden ser asimiladas por almas especiales,
por hombres elegidos por los arcángeles fundadores de las civilizaciones
dominantes. Jaime se sentía un arcángel en potencia, un alma cuyo cuerpo era la
cárcel indeseada. Recuerda muchas veces las frases del abuelo, el de la pipa,
el de los anteojos amarillentos, el abuelo de mirada profunda, quien a diario
le repetía, “Jaime, cuídate de los Otros, de manera especialde los seres de
ojos apagados y bajos”.
Jaime fue aprendiendo que no todos estaban en
el mismo nivel de evolución, que existían seres cerca del estado de la
iluminación espiritual y seres humanoscomunes, carnales, de esos cuyo olor a
miseria se percibe a cientos de metros. Él era un líder revolucionario, un
futuro diputado marxista.
Para Jaime no existía nada
más espantoso que el estado de pobreza y de miseria; así, como viven esos
personajes en los ranchos marginales, una vida sin sentido, mejor es morir que
vivir en la miseria. La vida era para disfrutarla, vivir a lo ancho, sin
prisiones mentales, sin compromisos absurdos, sin tareas obligatorias;
totalmente libres de las ataduras de la falsa moral del imperio.
La vida era la libertad
absoluta, sin temores, la libertad de los elegidos por la conciencia revolucionaria
del universo. Lo mejor era el vino, el champagne bien espumoso, el sexo
centrado en el placer de los sentidos, la pipa que heredó del abuelo, las
noches interminables al lado de seres bellos, como los protagonistas de las
novelas románticas. Vivir, vivir el amor, el placer y el poder del conocimiento
marxista.
Jaime es un dios sin
definición sexual, se siente más allá del bien y del mal, trasciende las
ataduras de los órganos sexuales, vive a plenitud, como los dioses libres, sin
absurdas reglas morales y religiosas. Efectivamente, la moral y la fe debilitan
la evolución del verdadero hombre, el hombre en toda la plenitud de sus
potencialidades que lucha contrala falsa moral de los débiles. ¡Qué viva el
nuevo revolucionario, libre y sin ataduras morales ni religiosas!
*****
El ensayo filosófico en que
trabajaba Jaime, trataba sobre la
posibilidad que tienen algunos investigadores de conocer la historia de sus
vidas anteriores a través de la interpretación de los sueños, la exploración
del inconsciente individual y colectivo. En definitiva, sus investigaciones
científicas y objetivas le habían llevado a la conclusión de que los
revolucionarios han vivido muchas vidas anteriores ¡Somos viajeros del tiempo!
En el ensayo había decenas
de descripciones fenomenológicas y hermenéuticas sobre casos altamente
impresionantes yeran pruebas irrefutables de que todos los seres humanos
venimos de vidas anteriores, la cuestión consistía en hacer conscientes estas
existencias que deambulaban en el inconsciente, hasta lograr la conciencia
plena del sentido y del punto del desarrollo espiritual de la propia
existencia, como punto de partida de la creación del socialismo del nuevo milenio.
Jaime, que hace algunos años
había escrito esa gran obra, “El mareo”, no podía creer que sus compañeros de
la cátedra filosófica se burlaran y no pudiesen comprender la intensidad
antropológica de sus disertaciones sobre las vidas pasadas. Nada de eso le
importaba realmente. Ya él estaba cansado de las burlitas de sus colegas
“oligarcas”, profesores mediocres del montón. Por supuesto, nadiehablará jamás
de esos mediocres, morirán en el olvido, sin un epitafio significativo.
Los otros profesores de Filosofía
no tenían la más leve idea de la profundidad filosófica y revolucionaria
alcanzadapor la mente deJaime Steven. Su artículo sobre las vidas pasadas lo
iba a llevar a una revista internacional de gran prestigio científico: “El
tarot de la Nueva Era”. El doctor Pancho Cruz, su maestro, guía y amigo,
director de la revista esotérica, quien le había prometido a Jaime publicarle
el ensayo, “Mi vida en el Tíbet”, un manual de entrenamiento de marxismo místico
para conseguirse consigo mismo en historias pasadas.
En los sueños todo es
posible, la relatividad del tiempo y del espacio nos comunica con la
relatividad de nuestras vidas pasadas. En el sueño todo es uno, y la unidad lo
es todo en un espacio y tiempo espiral y cíclico.He ahí el secreto ontológico y
epistemológico que permite conocerse a sí mismo en las múltiples existencias
del mismo “yo” en perfecta vía evolutiva.
Jaime disfrutaba plenamente
de la vida, era un intelectual refinado, de elegante vestir, siempre a la moda,
nada importaba ciertos murmullos de algunos de sus compañeros. Si algo había
aprendido a lo largo de sus existencias, era el considerar como absurdo los
comentarios de la gente, para nada valoraba las opiniones simplonas de personas
que carecían de sentido de la existencia, esos seres que se parecían a los
animales, solamente nacen, crecen, se reproducen y mueren cargando a los
nietos, siempre se muerende cualquier infarto.
Nada importan esas vidas y esas muertes, son
como los animales de cría, lo único que aportan son la prolongación del absurdo
en cada hijo que engendran. El hombre socialista se sabe superior a esas razas inferiores.
Jaime siente esas miradas cuando camina por
los pasillos de la universidad, todos los ojos están pendientes de su modo de
caminar, del colorflorido y llamativo de sus camisas, de lo ajustados al cuerpo
de sus pantalones, todos parecen burlarse del modo en que acondiciona sus cejas,
su cabello, sus zarcillos, sus sortijas.
Él sabe que todos le critican, pero nada de
eso importa. Jaime vive libre de prejuicios, sin fronteras sexuales, ni
morales. Él es digno representante de la libertad absoluta de los seres
superiores y revolucionarios. Jaime es feliz y eso es lo importante.
La universidad es el
ambiente perfecto para desarrollar todo el potencial filosófico marxista del
profesor Jaime Steven. Lo que no cuadra con su ser espiritual son los alumnos y
las alumnas, jóvenes de origen popular, esos alumnos que se visten con lo que
pueden, zapatos de marcas miserables, vocabulario de barriada, colonias y
perfumes de los más baratos, no saben leer, no saben escribir, vienen demasiado
mal preparados, ninguno de ellos ha leído nunca algún texto de Carlos Marx.
Jaime no hapodido encontrar entre los alumnos a ninguno que haya leído laDivina comedia de Dante Alighieri,
ninguno de esos bachilleresha escuchado jamás Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi, ninguno es
revolucionario.
La mayoría de esos alumnos
son desaliñados, de mal aspecto y de peores costumbres; comen empanadas de
queso y carne en pleno salón de clases, a veces alguna alumna trae al salón a
un niño pequeño, y en plena actividad académica los amamanta. Para Jaime, los alumnos existen arrojados como
objetos inertes, todos son hijos de obreros y de señoras del hogar, ninguno
posee una biblioteca digna en su casa, ni siquiera tienen un estudio en su
hogar. Con estos alumnos se hace imposible entablar un diálogo, un encuentro,
un círculo de aprendizaje. Ninguno es revolucionario.
De lo que se trata es de llegar al salón y
hablar con los espíritus, como si aquellos alumnos no existiesen, ignorarlos;
mejor, soportarlos, sin contaminarse. Si alguno de ellos quiere sobrevivir,
tendrá que fajarse hasta despojarse de su piel mestiza, negando su esencia histórica
y tratando de escudriñar algunas breves enseñanzas de un sabio filósofo como
Jaime. Ninguno de ellos es digno de pertenecer a la “Juventud del Nuevo Milenio”.
Las clases de Filosofía marxista
que enseñabaa esos jóvenes de la no le satisfacían, ni los alumnos, profesores,
estructura de los salones, la biblioteca, la cantina, el comedor, el
transporte, la seguridad, los gerentes departamentales, de cátedra, del
decanato; nada de aquel ambiente llenaba las expectativas del gran sabio y
filósofo marxista.
Por eso, Jaime deseaba
terminar su tercera novela “El cuarto Ojo”, en donde él seríaprotagonista
central, un monje tibetano que viajaba por algunas ciudades importantes de la
cultura occidental, enseñando los secretos de los poderes paranormales que se
lograban con la aplicación de ciertas técnicas de concentración, que le fueron
iluminadas por un monje anciano, que al morir se reencarnó en el cuerpo de un
joven estudiante de Filosofía de la Universidad de Londres, quien después de
ciertas escenas de purificación, se hizo unidad en pensamiento con el alma de
aquel anciano, comenzando así una larga travesía de historias espirituales,
ayudando a los grandes genios y diseñadores de moda a encontrar la verdadera
libertad de espíritu, les enseñaría a todos el proceso de negación de la carne,
de lo corpóreo, de las miserias, del hambre, de la vergüenza, hasta evolucionar
en seres libres y revolucionarios como las gaviotas en las alas de las olas del
mar.
******
En el salón de clases
estaban sentados cerca de cincuenta jóvenes del cuarto semestre de Licenciatura
en Educación. Sin duda, los alumnos de las clases sociales más populares, de
rendimiento de normal a bajo, de hábitos de estudio casi inexistentes;
estudiantes provenientes de las orillas, de esas barriadas; jóvenes de piel
oscura, de ojos pardos, de mirada despistada, falta de concentración, de interés,
de motivación, de cabello resecos.
Definitivamente, aquel no
era el ambiente de un profesor vestido a la moda, que vivía en un urbanización
de alta sociedad, que había estudiado en Londres, que hablaba perfectamente el
inglés, italiano, portugués y francés, a parte de su lengua española.
Comenzaba el semestre,el
primer día de clases, el calorinsoportable, ese aire acondicionado nunca servía
para nada, los alumnos hablaban entre sí, parecía que estuviesen en un
transporte público. Lo peor era esa miradita destructiva de algunos alumnos, como
criticando su modo revolucionario ylibre de vestir, ya él conocía esa sonrisita
maliciosa de los machistas ¡Todas esas alumnas eran ordinarias!, todo el salón
era ordinario, vulgar, pesado, de mal gusto. ¡Dios, las clases eran la peor
pesadilla! Él solamente quería escribir novelas revolucionarias: “El hombre es
la náusea” y “El cuarto Ojo”, no soportaba dar clases a esos alumnos mal
vestidos.
Jaime llegaba al salón,
recorría los rostros y no encontraba esperanzas de sabiduría en ninguno de esos
alumnos. Antes de empezar las clases rezaba una oración especial, una especie
de plegaria repetitiva, un mantra secreto, que solamente algunos filósofos
marxistas del nuevo milenio habían memorizado, para elevar el alma más allá de
los maleficio de la cotidianidad imperialista. Se trataba de la misma oración
escrita por el rey Salomón para implorar la sabiduría divina.
Jaime ya era un profesor de
experiencia. No había nada nuevo, las experiencias se podían predecir, “alumnos
flojos”, “desinteresados”, “algunos de esos alumnos iban a sobresalir”, “le
prestaría especial atención a ese par de jóvenes”, “tal vez hasta les invite a
estudiar en su biblioteca personal, allí donde tiene un ambiente especial para
los alumnos especiales”, “la mayoría de los alumnos y alumnas siempre salen
aplazados con calificaciones mediocres”.
La libertad era la
existencia de Jaime. Poco importaban los comentarios de mal gusto de la gente.
La libertad era lo que distinguía al ser humano de cualquier animal. Esa
libertad se hacía vida en los ojos cristalinos y profundos de Jaime. Los
alumnos que Jaime elegía siempre eran los más altos y robustos. Nunca eran más
de dos por semestre. Ninguna de esas “amistades” duraba más de un año. La
libertad consistía en la ausencia total de compromiso.
Para Jaime, todo compromiso
esclaviza. Todo compromiso es manipulación y explotación. La verdadera revolución
es la libertad plena. Jamás se dejaría
manipular, ni utilizar por los otros seres de este planeta. La libertad no
tiene precio. Se vive a plenitudpara satisfacer lo que el cuerpo y la mente
necesiten, gozar de la vida, del placer de los sentidos, del orgasmo corporal y
espiritual, sentir en la excitación de todo el sistema nervioso, hasta saciar
completamente las ganas de enseñar a esos dos alumnos lo que es bueno y lo que
es malo.
Jaime llevaba años enteros
dando rienda sueltas a sus deseos y el lugar más idóneo era la Universidad.
Nada le ha detenido jamás en su visión antropológica: la libertad encarnada en
un una existencia espacio-temporal, la libertad de un cuerpo sano y joven, la
libertad de la búsqueda del placer más allá de los convencionalismos sociales.
El profesor Jaime Steven era superior a todos
los demás hombres y mujeres comunes de
la sociedad latinoamericana, centrada en el mito de la familia como “célula
fundamental de la sociedad”, no había una afirmación más enfermiza y alienante,
ninguna de esas barreras culturales detenían jamás el hambre de libertad de
Jaime, el profesor de Filosofía marxista.
La casa de Jaime era ideal,
una cocina amplia con vista a un jardín de flores y rosas, una sala adornada
con cuadros de exquisito gusto artísticos, repleta de algunosdesnudos
masculinos y femeninos, una mesa central con varios ceniceros, dos sofás con
múltiples almohadas de colores excitantes; en la pared del fondo había un
amplio “bar de caoba”, con las más variadas botellas de licores para todos los
gustos. Lo maravilloso era el cuarto especial, un colchón que abarcaba casi
todo el piso, las paredes pintadas de un rosado intenso, desnudos de
homosexuales, escenas de sexo entre homosexuales, espejos en el techo, un
refrigerador pequeño.
Toda la casa era un arca del
paraíso sensual, de lo que Jaime entendía por libertad y revolución marxista. En el sexo libre encontraba el
verdadero sentido de la vida. Sin duda, su existenciagiraba en torno a los
jóvenes altos y robustos. El filósofo marxista Jaime Steven era discípulo de
los filósofos griegos, Sócrates, Platón, Aristóteles, Epicuro y todos aquellos
pensadores elegidos por los dioses del sexo sin barreras, el verdadero amor, la
verdadera vida, el verdadero placer, la libertad, la felicidad.¡La revolución del
nuevo milenio había llegado!
Lo que más odiaba Jaime era
la hipocresía religiosa. Los hombres y mujeres que se daban “golpes de pecho”
en las iglesias. Sin embargo, en la vida oculta, en esa dimensión oscura
ysecreta de los seres humanos, esos mismos hipócritas daban rienda suelta a los
más bajos instintos. La vida verdadera, la que no se muestra a los demás, casi
siempre es una orgía vivida clandestinamente en la oscuridad de una vergüenza
culpable y enfermiza. Muy en el fondo, la existencia es la frecuencia de
relaciones sexuales. Para Jaime, Dios era un estorbo, una enfermedad que
impedía la evolución de la raza humana.
El sexo lo es todo para
Jaime. El sexo es el sentido de la existencia y de la revolución. El hombre es
un ser sexual. Hago el amor, luego existo. La salud, el dinero, el poder, el
éxito, todo cobra su verdadero sentido en la cama, al lado de la pareja
deseada. La moral cristiana le estorbaba a Jaime, “¡La religión es el opio del
pueblo!”.
Pero, el sexo tenía que ser
libre, según el propio apetito corporal, sin ataduras, sin prejuicios, sin
nombres, sin familias, sin culpa. La pregunta por la esencia del ser humano se
disuelve en el orgasmo masculino, en el éxtasis del amor entre dos hombres de
la misma raza. Para Jaime, el amor libre es el hombre en sí mismo. ¡Qué mueran
los dioses! ¡Qué viva la juventud sana, alta y robusta! La religión está de
sobra. La moral está de sobra. Las viejas de velos blancos como la muerte están
de sobra. ¡Quéviva el placer sexual y revolucionario, que se desliza como la
cariciade una nube azul sobre la espalda! En la vida de Jaime Dios había
desaparecido. Él era su propio dios. Él era inmortal. Él era el placer, el
tener y el poder, los dioses de la cultura del Mercado.
La moral y la religión, la
cultura de las buenascostumbres, todo esos inventosmediocres de los débiles e
insignificantes,han hecho de la muerte el símbolo negligente de la existencia.
Esas miserables existencias nacen para sufrir esperando la recompensa más allá
del cielo. Jaime dividió la humanidad en dos razas, los revolucionarios y los esclavos de la falsa moral del imperio.
El hombre es un sistema casi infinito de
relaciones físicas y emocionales, un sistema que no tiene límites, que se abre
hacia la eternidad finita de este espacio y del tiempo en que dure la
respiración. La vida es corta y Jaime la disfruta a placer, dándole a su cuerpo
la sensualidad de todos los jóvenes que pudiese llevar a su dormitorio especial.
Para él, la vida se hacía celestial entre las sombras del licor, liberando toda
la energía de la conciencia universal de la Nueva Era.
Jaime estaba profundamente
convencido de que los tiempos cambiaban cualitativamente, que el universo, el
mundo, la humanidad se encontraba a punto de un salto revolucionario y
evolutivo, en donde la pareja concebida como la unión de un hombre y una mujer
no tendría espacio en la Nueva Era. La revolución, la libertad, la igualdad y
la fraternidad tomaban un camino hacia el triunfo de la sensualidad sin
límites, hacia el máximo placer profetizado por el maestro Epicuro de la
Antigua Grecia.
¿Qué es el la Filosofía?
¿Cuál es el misterio del ser del hombre? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Cuál
es el destino de cada persona? ¿Hacia dónde va la humanidad? ¿Existe Dios? ¿Qué
es la realidad?¿Qué es la revolución del nuevo milenio? Todas las preguntas
filosóficas que se ha hecho el hombre racional en más de dos milenios de
historia del pensamiento occidental, Jaime la ha respondido perfectamente.
Élcomprendía y conocía las respuestas a los
misterios profundos e insondables de cualquier filosofía, sociología, o dela
ciencia en general. La repuesta estaba en el límite del tiempo y del espacio, en
los senderos del placer sexual y en la extensión del poder, del dominio. El
sentido de la vida consiste en el gozo pleno de la sexualidad y en la
explotación del Otro. En este punto, Jaime estaba más que satisfecho, ahí
estaba el secreto de la vida: La subjetividad consistía en llevar el placer sexual
hastael centro más íntimo del Yo. La objetividad era la esclavitud, la
explotación. El Otro es el esclavo, el dominado. La realidad externa era lo
dominado, objeto de consumo, lo que se utiliza y se convierte en basura
desechable.
La filosofía es para Jaimeel
discurso del placer y del dominio. La vida misma consiste en gozar al máximo lo
sexual, en esclavizar al Otro y consumir todo. Se trata de destruir a los
animales, las plantas, los minerales, el agua, el sol, las nubes, en utilizarlo
todo, en transformar y destruirlo todo, nada es más valioso que la “voluntad de
poder”. El sentido de la vida está en el poder. La revolución bolivariana sin
Poder, carece de sentido.
Para Jaime, el poder lo es
todo. La llave maestra de todo ese poder de destrucción, placer y dominio es el
dios dinero, dios de dioses, verdadero ser trascendental, sin tiempo, sin
espacio, sin límites, perfecto, inmortal, todopoderoso, invencible, fascinante,
precioso, rey de reyes, amo y señor de toda criatura. Sin dinero no existe el
ser humano. Quien no posee dólares es una cosa sin valor, carente de razón de
existencia. El problema de la existencia de un ser absoluto, se resuelve en la
cantidad de dólares que se maneje. Contar dinero es hablar de los dioses. No se
trata de un simple discurso moralista oculto en metáforas cínicas. Si actualmente existe una verdad objetiva, universalmente válida es
la coronación y el ascenso espiritual del “dios dinero”.
Jaime era fiel a su
pensamiento filosófico marxista y a su modo de vivirse como revolucionario. La
dignidad de la persona se encontraba en el “deber ser”, “en lo imaginario”, “en
el deseo moralista”, “el rostro del Otro”, “un alma inmortal”, “un Yo”, “la
conciencia”, palabras vacías que se refieren a nada, palabras subjetivas que no
son más que fríos e insípidos poemas que ya nadie lee. ¡La metafísica ha
muerto! ¡Perdón! ¡Ha resucitado! ¡Aleluya! ¡Qué viva el dólar! ¡Dios ha vuelto!
El hombre débil siempremuere pobre y podrido, en cualquier catre infernal de
esos barrios populares repletos de seres nauseabundos que mueren solitarios,
abandonados,llorados solamentepor la madre que los parió, la misma mujer
borracha que dormía en la plaza de aquel pueblo olvidado.
Jaime camina triste, fue al
médico…, está muy enfermo.
Jaime camina triste, lo
expulsaron del Partido Comunista…, está muy enfermo.
Jaime camina triste, lo
expulsaron de la Universidad…, está muy enfermo.
Jaime camina triste, pronto
sabrá si Dios existe…, está muy enfermo.