Autor: Franklín León

RESUMEN
Esta propuesta pretende plantear las bases para
una pedagogía que surja de las valoraciones concretas que el pueblo
venezolano hace en la
cotidianidad; esto será posible desde
un análisis epistemológico,
por tal motivo este trabajo
surge en la distinción de “mundos de vida”
hecha por Moreno (2005), diferenciando “el mundo de vida popular venezolano” del “moderno”, para proponer desde
la episteme popular, otra pedagogía en la enseñanza de las Ciencias Sociales en Venezuela, partiendo de la cultura
del pueblo y no de modelos
elaborados desde otros mundos de vida. La metodología usada fue la
hermenéutica, aplicada a las distintas
fuentes bibliográficas consultadas, deconstruyendo y reconstruyendo
significados desde el mundo de vida popular, para poder elaborar
el constructo pedagógico que aquí se ofrece.
Palabras clave: pedagogía relacional, vivirse-relación, mundos de vida; episteme popular, modernidad.
SUMMARY
This proposal aims to set the
foundations for a pedagogy that emerges from the specific
ratings that the Venezuelan people
make in everyday
life, this will be possible
from an epistemological analysis for that reason
this work arises in the distinction of “life worlds” made by Moreno
(2005), differentiating “the world of popular
Venezuelan life” of “modern” to propose the following popular episteme, another pedagogy in teaching social
sciences in Venezuela, based
on the culture
of the people
and not models
developed from other life
worlds. The methodology used was hermeneutics, as applied to various literature sources consulted, deconstructing and reconstructing meanings from the world
of popular life in order
to develop the construct teaching
provided herein.
Key words: relational pedagogy, lived-relationship, worlds
of life; epistem popular, modern.
I. ¿POR QUÉ LA PEDAGOGÍA RELACIONAL?
Esta investigación pretende
plantear las bases para una pedagogía que surja de la identidad del pueblo venezolano, de las valoraciones
concretas que éste hace en la cotidianidad de su vivir; esto será
posible desde
un análisis epistemológico, por tal motivo este trabajo surge en la distinción de “mundos de vida”,
diferenciando “el mundo
de vida popular venezolano” del moderno (occidental), para proponer desde la episteme popular,
la episteme relacional, otra pedagogía en la enseñanza de las Ciencias Sociales en Venezuela
partiendo de la cultura del
pueblo, de sus
prácticas de vida, y no
de modelos elaborados desde y en otros
mundos de vida, ajenos
al pueblo venezolano.
Se pretende, en este estudio, promover una pedagogía desde las prácticas de vida del pueblo, y cómo éstas se fundamentan en la relación que acaece, se habla aquí de pedagogía relacional. Se trata de reconocer el propio mundo de vida, distinguirse del mundo que se ha impuesto como el único y valedero y dialogar con la episteme moderna, tomando de ella elementos positivos para repensarlos desde el mundo de vida popular.
Al abordar esta propuesta de la pedagogía relacional, se parte
de una realidad concreta: la venezolana, donde
se vive y se valora
desde unas coordenadas muy distintas a otros mundos
de vida, como los llama Habermas (1990). Basado
en los estudios del Centro de Investigaciones Populares (en adelante: CIP), dirigido por el Dr. Alejandro Moreno,
se afirma junto con ellos (Moreno,
2005) que en Venezuela co-existen dos mundos
de vida distintos: el moderno y el
popular. El Primero se ha desarrollado desde el pensamiento griego, haciéndose más fuerte desde la burguesía incipiente de la edad media y consolidada desde
el renacimiento, en la edad moderna (S. XV en adelante); suele
pensarse desde el individuo y actualmente
está articulado desde la práctica
tecno-económica. El segundo
es el mundo de vida popular, aprendido desde la relación con la madre, pues se ha constatado por diversos estudios hechos por el CIP, que
la familia venezolana es una familia “matricentrada”. Desde esta
relación primera y fundante de la praxis de vida del venezolano se aprende a vivir,
a pensarse y existir como relación
que antecede al mismo ser (Moreno, 2005, p. 526). Esta distinción de mundos es fundamental para entender el porqué de esta propuesta, pues lo que se pretende con esta investigación es pensar y producir una pedagogía para las ciencias sociales
que responda a un mundo
de vida: el popular.
En Latinoamérica se ha adoptado la propuesta desarrollista como filosofía de la Educación que orienta toda la praxis educativa, basada en la filosofía positivista de Comte,
donde sólo el último
estadio, el científico, es capaz
de darle desarrollo, paz y progreso
a la humanidad. El mundo se ha tecnificado y hoy más
que nunca se abren las brechas
entre ricos y pobres (Fazio-Fernández, 2004). La humanidad sigue
padeciendo sus mismos
dramas, sin negar
que la ciencia y la tecnología hayan ayudado en parte a mejorar la calidad
de vida en algunos aspectos de la existencia humana.
Es necesario, pues,
dejar de copiar
modelos educativos provenientes de otras
realidades. El pueblo
se vive desde
coordenadas muy distintas y reclama ser reconocido como otro, y plantear otra educación, y otra pedagogía. Por estas
razones se habla
de pedagogía relacional, porque
desde el estudio
de historias de vida en Venezuela hechas por el CIP por más de 30 años, el hombre y la mujer
de pueblo se han manifestado en sus relatos
como relación, hablan de sí como
relación concreta
sin más, como constitución de su ser persona.
Moreno (2005,
p. 384) describe al venezolano como un “homo convivalis”, o un hombre
de la convivencia. Las historias de vidas estudiadas coinciden en lo mismo, en narrar la historia
personal desde la relación
y convivencia concreta
con muchas personas
que aparecen y desaparecen. En la episteme popular las personas son el valor. Y es desde
la relación que
se piensa, se vive, se siente, se percibe, y se es pensado en Venezuela; ésta es, pues,
una realidad social. Por eso,
esta investigación se atreve a pensar y generar pautas para una pedagogía relacional, que forme al ser
humano desde, en y
por la relación, y que promueva los aprendizajes necesarios que la misma convivencia dictamine o reclame hay que repensar
la problemática educativa desde la distinción epistémica de mundos de vida, de manera
que se pueda conocer profundamente las propias
raíces y distinguirse de la modernidad, para entrar
en diálogo cultural sabiendo lo que se es, y así no ser
exterminados culturalmente por otra episteme –la moderna–, que no reconoce a otros. Se está, no ante un problema educativo que requiera de nuevas
tecnologías; sino ante un problema de desencuentros de dos mundos y de pretensión de universalidad por parte
de la episteme dominante. Es necesario repensar
desde dentro del pueblo
la educación popular,
y dentro de ella la pedagogía. Dado el desencuentro cultural modernidad-pueblo en la educación y la ausencia de una propuesta pedagógica que parta
de la episteme popular, este trabajo
quiere plantear una alternativa para poder
superar este desencuentro desde
la educación, concretamente con el aporte filosófico y pedagógico que aquí se ofrece.
Insertarse al contexto
mundial bajo los parámetros de la globalización,
siguiendo los pasos
de las sociedades económica y tecnológicamente más avanzadas, ha sido en las últimas décadas
el fin de la educación venezolana. Actualmente el fin es hacer
resistencia ideológica al capitalismo y educar en los valores
socialistas, sin percibir que en la episteme popular
las condiciones están dadas
para promover valores “sociales”. ¿No hay
otros caminos de desarrollo y paz social más allá de las propuestas de la modernidad: capitalismo o socialismo?, ¿porqué
no pensar otra
política, otra organización social, otra educación (y dentro de ella otra pedagogía de las ciencias
sociales), desde
lo que es y vive
el pueblo? Es ésta
la intención de las consideraciones filosóficas de esta investigación.
Ante esto surgen las siguientes interrogantes: ¿existe un
problema educativo?, ¿lo que se ha llamado problema
educativo no será en
realidad el problema
de la incompatibilidad entre el proyecto
modernizador (asumido por las élites dirigentes) y la realidad vivencial del pueblo?
¿Por qué la pedagogía relacional? hasta
ahora en el país sólo se han conocido modelos educativos bajo una estructura rígida basada en
asignaturas separadas, fragmentando el saber y la vida, bajo
la concepción individualista o colectivista del
aprendizaje, siempre
entendiendo al hombre desde su individualidad o masificación. La pedagogía relacional ayuda a promover la con-vivencia, propia del mundo de vida popular,
y puede capacitar para el diálogo
y adquisición de manera instrumental, no de forma ideológica, de los
saberes y habilidades propias
del mundo moderno,
con los que se
tiene que convivir en un mundo globalizado. También hace posible la promoción de un ser más
humano, no encerrado en su yo,
para comprender el mundo
y vivir en él; la existencia de un ser-en- relación desde sus raíces
culturales, que busca
expandir esa relación en armonía
para darle sentido
a su existencia desde la convivencia.
II. LA PEDAGOGÍA RELACIONAL EN LAS CIENCIAS SOCIALES
Es importante resaltar
que la pobreza no define al mundo de vida popular
venezolano. ha habido
un intento en la filosofía latinoamericana, iluminado por
la tradición marxista y su comprensión
del mundo, de interpretar al pueblo
latinoamericano como oprimido económicamente (filosofía de la liberación de Dussel
y otros). En las historias de vida estudiadas la pobreza se vive como algo circunstancial, por muy
fuerte que sea.
El hombre del
pueblo no se identifica ni habla de sí como pobre ni como rico,
se identifica en la
trama de relaciones humanas. Al respecto
Moreno (2005) expresa: “La pobreza es un problema, pero no una
estructura inevitable a la
que se pertenece sin más.
La historia de vida de Pedro
confirma que en los
sectores populares la pobreza no genera violencia de por sí” (p. 345).
El mundo de vida popular no puede entenderse sino como relacional, es el afecto (no el interés ni la utilidad
racional) la cualidad específica de esta relacionalidad. Afecto
positivo en cuanto
apego, es lo que
impregna y define la trama
relacional. “La relación afectiva
es el soporte sobre
el que se construye todo el mundo
de vida. La falta de afecto es identificada con
soledad aunque haya
compañía de gente.
La orientación positiva en la vida se juega entre
afecto positivo: apego, cariño, solidaridad; y negativo: rechazo, humillación, exclusión” (p. 347). Las experiencias
relacionales de profundo significado afectivo determinan el cambio de rumbo,
esto va en coherencia con la estructura relacional afectiva del mundo de vida popular.
Lo determinante para orientar la conducta no es la idea, el ideal, la convicción racional, sino la relación personal
afectiva. Esta relación significativamente afectiva
es la que educa, la que orienta,
la que produce cambios.
ANTROPOLOGÍA POPULAR: EL “HOMO CONVIVALIS”
Una vez descrito
a grandes rasgos
el mundo de vida popular
venezolano, se hace referencia al hombre
que surge de esta práctica y
comprensión del mundo.
Toda filosofía de la educación persigue formar un tipo de hombre. Así la educación
científica técnica busca crear al hombre recurso, el naturalismo de Rousseau busca formar
al hombre natural,
inclinado a la naturaleza personal
y ambiental, entre otras
teorías que pudieran
servir de ejemplo. La pedagogía
relacional busca fomentar
un tipo de hombre que se da de forma espontánea en las prácticas de vida del venezolano popular, fruto de su comprensión y vivencia del mundo. Ya antes
se ha explicado cómo es la cultura venezolana, al hacer referencia al mundo de vida popular. El venezolano habla
de sí en las historias de vida abordadas
como un ser-en-relación, no como un hombre
individuo, ni recurso, ni naturalista, ni como
un ser de cognición, ni de estímulo-respuesta. Esto es lo que quiere hacer
la pedagogía relacional en las ciencias
sociales que aquí se vislumbra, desde
las bases que se ofrecen para construirla y ejercitarla, promover
la consolidación del venezolano como hombre de la convivencia, y expandir
esa misma convivencia más allá de la frontera
de la propia familia o comunidad local. A continuación, las características de ese hombre de convivencia que es el venezolano popular, de manera
que pueda comprenderse hacia qué tipo de hombre a de apuntar
la pedagogía que aquí se propone.
El primer lugar
de la convivencia en Venezuela es la familia, que deja en los sujetos
para toda la vida la estructura del convivir propia de
la cultura. Para comprender el significado presente
en la mujer- madre y en el hombre-hijo éstos deben pensarse
como relaciones, no como seres. Sólo desde
este ámbito son comprensibles, porque
así se viven a sí mismos.
Afirma Moreno (2005), “madre-hijo es en sí misma una existencia-relación, una
relación conviviente. La mujer no es madre sino
que vive madre,
el hombre no es hijo,
vive hijo; el hombre popular no es ni está
en relación, sino
vive relación. Vivir es
el verbo que posibilita el lenguaje popular”
(p. 466). Esta relación no se comprende sino como transida
de humanidad, se vive como relación desde y en humanidad, es lo que
Navarro (1997) ha llamado
humaneza.
Para el venezolano, comenta Moreno, vivir relación es el ejercicio originario y básico de la vida, es la “practicación” fundamental del hombre popular,
es la práctica primera, originaria
y básica, anterior a toda práctica, en la que
sucede sin decisión previa alguna el propio vivir.
Esta practicación, afirma el autor,
pone las condiciones de posibilidad para todo el mundo de vida popular.
Así, el hombre
popular es relación
no dada sino continuamente
acaeciente, está sucediendo desde su origen
que es la vida misma
tal y como
se vive en las familias
y en la comunidad popular. En Venezuela, la vida real no es vida de individuos, sino vida convivida.
La convivencia es intrínseca al venezolano. Por eso “el venezolano
viviente-en-madre, sólo es comprensible como relación-viviente”
(p. 467). Por eso Moreno lo define como “homo Convivalis”, para resaltar todas las connotaciones
del latino convivium, que en castellano suele llamarse
banquete y en venezolano “sancocho”. “Epa convive”, es muchas veces el saludo del venezolano popular. Vivirse convive es vivirse relación-afectiva, como coviviente
del mundo de vida popular, no
entendiendo el afecto sólo como dimensión
amorosa,
sino también como dimensión agresiva, dependiendo de las personas y las circunstancias. Por eso
afirma el autor
“la relación y no el ser ni la individualidad constituyen al venezolano, la relación
es su estructura. Esencia,
ser, no tienen existencia en la matriz
de representaciones y símbolos
constitutivos de la cultura venezolana. hombre está al principio; mundo está de segundo, derivado” (p. 468).
El hombre
popular es un práctico
de la relación
conviviente, un viviente- relación. El proyecto
y fundamento del mundo
de vida popular
es estar en la relación
humana. Este hombre vive primaria
y fundamentalmente un mundo humano,
y sólo secundaria y derivadamente un mundo físico. Esto implica un modo de conocer
radicalmente distinto al moderno.
El hombre popular venezolano conoce en la relación sujeto-sujeto, no en la
clásica sujeto-objeto. Y esto postula
una episteme totalmente distinta, que será explicada
a continuación.
LA
EPISTEME POPULAR
De lo expuesto
en el punto anterior se concluye que el hombre
de pueblo en Venezuela se vive como
relacionado, vive en la relación matricentrada-afectiva, una relación donde es
concebible la singularidad, no
la individualidad. Cada
persona es una
manera singular de ser relación. El individuo produce
sus relaciones; “la persona-relación
está en un mundo de relaciones a su manera singular de estar” (p. 484). No se está hablando de la conducta
de la relación, sino de la relación en la que acontece toda conducta.
El mundo
popular se define
a sí mismo como vivir-la-relación. Este mundo
de vida pone las condiciones del conocer,
la episteme, que en el pueblo
venezolano es un conocer desde
la relación y por
relaciones. La relación es, pues, el fundamento de todo conocer. Este fundamento epistémico, además de ser una realidad popular
en Venezuela, es una
exigencia profundamente humana,
más allá de todo producto
histórico, como lo demuestra el esfuerzo por elaborar
otro pensamiento distinto
que hace Buber,
Levinas, Dussel, Freire,
entre otros.
La relación que aquí se plantea no es un concepto, y no se puede
hablar de ella con palabras en lógica
discursiva. La relación se presenta como una
raíz epistémica de origen y consistencia matrial.
Su lenguaje propio
es el vivir, el mito
y el símbolo. El concepto que aquí se construye es la obra
post-hermenéutica del símbolo, y pertenece a otro mundo de vida, a una exigencia académica, a una manera necesaria de explicar
el mundo de vida popular por los
caminos de la modernidad para su reconocimiento y distinción. La relación es misterio y nunca se agota por
más que se le investigue y trate de
describírsele. Sólo puede comprendérsele vivenciándola sin más, sin buscar
otro fin que la relación
misma, sin categorías ni juicios previos.
El hombre del pueblo no es un ser en el mundo, sino una relación viviente. No es subjetividad, ni racionalidad, ni individuo, sino relación.
La pedagogía relacional en las ciencias sociales no sólo
quiere superar el individualismo, sino al individuo como punto de partida y raíz fundante
de todo un mundo de vida: el occidental.
Se trata aquí de plantear la relación misma como entidad primera, y no como un derivado
del individuo que
la construye. Para cada hombre popular, la relación es su acaecer en el mundo, no algo que él entabla como algo pre-existente y pre-concebido. Su ser persona singular es derivado
de su ser relación. La relación
se convierte en un pensar primero y fuente epistémica de un conocer distinto. De esta episteme emana un saber popular del que es posible construir otra educación, otra
manera de enseñar, otra ciencia, otros saberes.
Cuando se habla
aquí de relación
popular se hace mención a la relación viva, que se vive.
No es una relación ideal
o abstracta, producida por la razón o por un pacto de individuos. En la modernidad toda relación es extrínseca.
En el pueblo venezolano la persona se vive
intrínsecamente como relación, ésta
es su existencia concreta. No necesariamente
comunión, la comunión es una
posibilidad de comunicación, no la única. El odio es también otra posibilidad. De aquí la necesidad de la
ética para que
la persona pueda
realizar su proyecto relacional liberado.
Vistas así las cosas,
lo social, la sociedad, las ciencias
sociales, dejan de tener
sentido en la episteme popular, dejan de ser
nombrables, hay que nombrar
lo comunitario. La sociedad, lo social, es fruto
del pacto de personas que se conciben
y se viven como individuos. Entonces habría que
redimensionar en Venezuela las ciencias
sociales en ciencias relacionales o comunitarias, y potenciar el vivirse-relación
desde ellas como instrumento para la
convivencia. Pensar desde y en una episteme centrada
en la relación es hacer una crítica radical, en el acto mismo de conocer,
a todo el mundo producido por la modernidad. Es optar por otra humanidad. Es una episteme liberadora ante cualquier proyecto
individualista o masificador que oprima al ser mismo del hombre venezolano al negarlo como relación y como proyecto
de comunidad y comunión,
alienándolo con el proyecto
de individuo o masa.
III. HACIA UNA PEDAGOGÍA
RELACIONAL EN LAS CIENCIAS
SOCIALES
EL ENFOQUE CO-FORMATIVO RELACIONAL
Aclarada la gran
diferencia de mundos de vida y
discursos epistémicos, uno basado en el individuo como práctica de vida fundante (el moderno), otro en el vivirse-relación (el popular), no queda más que
optar. La opción
es ética, y esta pedagogía para las ciencias sociales opta éticamente por el mundo de vida popular, ethos de donde proviene
el autor de esta propuesta. Por eso se plantea la formación
de las personas desde este vivirse-relación en un ambiente educativo que la facilite
y la promueva. Se habla de enfoque co-formativo relacional
(ECR) como un conjunto de lineamientos guías (flexibles y adaptables a las circunstancias) que pretenden generar las condiciones pedagógicas esenciales para facilitar la formación de las personas desde
y en la episteme popular en las ciencias sociales. La co-formación indica lo que
sucede a diario
en el mundo de vida popular:
nadie se forma
solo, se aprende
desde y en un sentido relacional. Y en este
vivirse-relación como opción
ética primera, la formación humana, técnica, cognitiva, psicomotora, ecológica, física, ética;
en fin, la formación integral
de las personas, está posibilitada, transida y definida
por la relación concreta vivida.
El ECR tiene
como función esencial facilitar y expandir la relación
como práctica fundante del mundo de vida popular
venezolano, desde el establecimiento de recursos y espacios dentro
de las asignaturas de sociales
y más allá de ellas, tomando como norte la construcción en conjunto de un proyecto
ético comunitario de vida, donde
las personas son el valor. El docente de sociales se asume como un
co-viviente que facilita
la convivencia y en ella el aprendizaje.
La formación humana se ha concebido desde
la educación siempre desde el individuo, con
una perspectiva rígida, descontextualizada y fragmentada del conocimiento, concebido desde la razón
y por ende, desde las reglas epistémicas modernas. La co-formación que aquí se plantea hace referencia a la construcción comunitaria de capacidades, habilidades, conocimientos, actitudes y valoraciones que promueven la relacionalidad del hombre de pueblo en Venezuela desde
y en las ciencias sociales, trabajando en conjunto con las demás asignaturas desde la metodología de
proyectos, ya implementada en Venezuela recientemente en la primera
y segunda etapa
de educación básica.
La co-formación implica que la comunidad posibilita espacios, recursos estrategias, apoyo, normas,
finalidades, demandas, expectativas y valoraciones para el vivir-relación y en ella formarse relacionalmente. La educación entendida como co-formación es una opción
ética por las prácticas de vida del pueblo,
mediante la cual se trata desarrollar o facilitar el plan de vida que comparten todos los venezolanos: la convivencia, y en ella formarse integralmente para bien propio
en relación a los demás, de la familia, de la comunidad, del País. Por ende, se realiza durante
toda la vida del hombre desde
que nace hasta que muere, siendo la institución educativa
un espacio de formación
permanente aún cuando se ha terminado la escolaridad y ya se han aprobado las ciencias sociales. Para esta pedagogía relacional desde las ciencias sociales, se privilegia
y se promueve el ser-relación y desde este núcleo
organizador de sentido
(mundo de vida popular; ser-relación), se unen las asignaturas de sociales y sus contenidos propios de cada grado
de la tercera etapa de educación básica
y en el nivel medio y diversificado de la educación venezolana, a través
de proyectos que de ser posible abarcarían las demás asignaturas del
pensum actual, para reconstruir desde
los significados populares, en un proyecto de aprendizaje, los
contenidos en función
de la formación popular
en/desde y para la convivencia.
EL
PROYECTO ÉTICO COMUNITARIO DE VIDA
Actualmente las instituciones educativas de la tercera
etapa de educación
básica y media-diversificada en Venezuela, se plantean un P.E.I.C. –Proyecto Educativo Integral Comunitario– (M.P.P.E., 2007), que define los objetivos a perseguir por la comunidad escolar en uno o varios años
académicos. En esta
investigación se plantea la elaboración de un Proyecto
ético comunitario de vida, que
teniendo en cuenta
la episteme y el mundo
de vida popular, responda a los
significados culturales del pueblo venezolano. Este proyecto ético-comunitario podría insertarse como parte del P.E.I.C., siempre y cuando
surja de la investigación convivida que aquí se propone
y de la implicancia en el mundo
de vida popular. Éste consiste en un plan
consciente e intencional, emanado de la convivencia significativamente
afectiva, que realizan un grupo de personas
relacionados entre sí desde y en la misma episteme relacional, con el fin de dirigir proyectos convividos y proyectar la misma convivencia en los diversos campos del desarrollo humano comunitario, buscando satisfacer necesidades y deseos
vitales desde la propia
cultura, que están
en la estructura de su ser popular,
con el fin de avanzar en la plena
co-realización de la comunidad. Son de vital importancia, porque de las
metas éticas-comunitarias que se
planteen dependerán la elección y dinámica
de los proyectos co-formativos a desarrollarse en los espacios de las asignaturas
de sociales correspondientes a cada grado.
EJES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UN
CURRÍCULO RELACIONAL
A> La
investigación convivida:
El mundo de vida popular, mediado
por el apalabramiento y la interpretación-comprensión de esta investigación continua en el tiempo con estudiantes, familias y con toda la comunidad escolar en general en la propia
vida-en-relación. Se trata
de un proceso compartido de co-reflexión en la vida convivida, para detectar necesidades y exigencias que
reclama el mundo
de vida popular, donde todos están implicados desde los mismos códigos de vida comunitarios en el que se valora,
partiendo de la reflexión desde
la historia de vida propia.
La investigación convivida
no abarca sólo el estudio
hermenéutico y convivido de las historias de vidas de los estudiantes, sus familiares
y profesores, también –y sobre
todo– se nutre
de la misma vida convivida, en la que se ha de generar
espacios de reflexión en el aula de
clases para la reflexión sobre
la co-formación-en-relación que se
lleva a cabo.
COMPONENTES DE LA INVESTIGACIÓN CONVIVIDA (IC)
Se propone orientar
el proceso curricular de IC teniendo
como base la convivencia concreta y la co-reflexión desde
las historias de vidas de los implicados en el proceso
educativo. Para ello se proponen cuatro etapas en la construcción del currículo
relacional:
1. Convivir: consiste en evaluar desde
la convivencia que se
da en la institución y fuera de ella, la estructura del currículo en las ciencias sociales y sus asignaturas que posee la institución y su pertinencia a las necesidades del mundo de vida popular.
2. Deconstrucción:
Se emprende un análisis
del currículo en el área de sociales, con
el fin de determinar sus
aportes, vacíos, insuficiencias, episteme en la que fue producido,
entre otros, de acuerdo
al nivel en el que se aprende.
3. Re-construcción:
con base al análisis de las virtudes y carencias del currículo que
posee la institución en sociales, se procede a una re-construcción-transformación de
las
asignaturas de las ciencias
sociales, pero también del resto del currículo, porque la relacionalidad no se promueve desde ámbitos separados, sino como un todo, como se vive la vida misma
en el mundo de vida popular. Y en esta reconstrucción el área de sociales lleva
la voz cantante, el liderazgo, porque son los docentes formados en esta área los que deberían tener
las herramientas para comprender e interpretar el mundo de vida popular
venezolano.
4. Aprendizajes y saberes relacionales: una vez reconstruido el currículo desde la episteme relacional, se procede
a poner en práctica
el nuevo diseño curricular en la institución educativa, desde la opción ética
por la promoción y expansión de la convivencia, lo que a su vez
permite su continua co-evaluación y reacomodamientoa las exigencias cambiantes del mundo de vida popular
venezolano. Los aprendizajes relacionales constituyen la articulación de los requerimientos del contexto comunitario en cuanto a la
co-formación demandada. Más que contenidos, destrezas, procedimientos, actitudes, son espacios para
la convivencia que promueve
el docente de sociales
y la comunidad escolar,
donde se aprende
de manera instrumental requerimientos para el mundo del
trabajo, o donde se potencia el propio mundo de vida popular cuando
se responde a una necesidad específica de éste,
de acuerdo al proyecto ético
comunitario de vida que se ha trazado. La comunidad
escolar, trama de
relaciones, ha de identificar en la misma
convivencia los aprendizajes y saberes
relacionales necesarios que requieren en las ciencias
sociales. Estos se estructuran en los proyectos co-formativos, donde se plantean las metas y los espacios y modalidades de convivencia a seguir. Luego
se pueden describir los saberes convividos necesarios (ser- relación; conocer
en relación; hacer
en la convivencia), reconstruidos
desde los significados propios del
mundo de vida popular.
LOS
PROYECTOS CO-FORMATIVOS EN SOCIALES
Son conjuntos articulados de aprendizajes de vida, saberes convividos y estrategias en torno a las necesidades del mundo de vida popular venezolano, para promover y expandir
la relación desde y
en las asignaturas de sociales de cada grado
(de séptimo grado al último año
del diversificado). Son
ejes dinamizadores que
integran y articulan aprendizajes de vida convivida, con los saberes
que reclama el mundo
de vida popular venezolanos, para facilitar y mejorar la convivencia (incluye aprendizajes y
saberes propios del mundo moderno, necesarios para sobrevivir en él). Se dan en los espacios de convivencia donde se inscriben las instituciones educativas y donde vive la trama relacional, pero también en el tiempo
estipulado para el aprendizaje de las ciencias sociales. Tales aprendizajes y saberes
se establecen con el fin
de comprender y potenciar el propio mundo de
vida relacional, detectando en la misma
convivencia con sentido crítico las necesidades que se presentan, lo que significa que aunque hay cierta
sistematización de contenidos, el énfasis no recae en éstos,
ni en el saber,
sino en la opción ética
por las personas en relación.
El Proyecto ético de vida de una comunidad se operativiza a través
de
los proyectos co-formativos en una Institución educativa, desde la promoción de la relacionalidad en las ciencias sociales
y más allá de ellas. Los proyectos co-formativos se caracterizan por tener un conjunto de aprendizajes y saberes comunes
y por ser la base de
la transdisciplinareidad curricular. En cuanto a su metodología se sugiere agrupar los aprendizajes y saberes requeridos por su similitud.
Una vez acordados los proyectos co-formativos que orientan la estructura curricular y programática en el área
de sociales, se procede
a conformar equipos
docentes encargados de gestionar dichos proyectos en conjunto con determinado grupo
de estudiantes y sus
familias, con
el apoyo y la participación del resto de la
comunidad escolar. Estos
proyectos reemplazan las tradicionales asignaturas en sociales y consisten en procesos mediante los cuales se conforman
de manera específica los aprendizajes y saberes seleccionados desde el mundo de
vida popular venezolano. Se trata de
promover la formación humana desde el ser-relación, desde y en la convivencia, a través de la metodología de proyectos,
deconstruyendo y reconstruyendo en la misma
vida convivida las ciencias sociales, desde la episteme popular
venezolana.
Los PC quieren
facilitar la co-formación desde la relación
acaeciente en el mismo
mundo de vida popular, para promover la convivencia
en armonía, en amor; de manera que comprendiendo el propio mundo de vida popular se pueda construir desde dentro lo que la convivencia dictamine como faltante
o necesario.
Instrumento de planificación para los Proyectos
Co-formativos (PC) en las ciencias sociales.
Nombre del PC
|
Definido en
común acuerdo.
Ejemplo:
“necesitamos padres” (Para Primero de Diversificado)
|
Necesidades abarcadas
|
Surgen de la
Investigación convivida.
Ejemplo: la
necesidad de padre en la familia popular.
|
Justificación de la necesidad
|
Las historias de vida pueden
justificar o la misma
convivencia llevada como registro.
|
Asignaturas de
sociales abarcadas
|
Ejemplo: en
Primero de Diversificado; Psicología, historia de Venezuela, Instrucción
Pre-militar.
|
Aprendizajes
relacionales a facilitar
|
Ejemplo:
Comprensión de la familia popular venezolana desde la propia familia.
Necesidad afectiva y vital
de padre en el mundo
de vida popular. Actitudes necesarias para formarse como padre o para
formarlo.
|
Saberes
esenciales a reconstruir (desde las asignaturas de sociales del grado o
año)
|
Ejemplo: La
familia Tradicional.
La
estructura afectiva del individuo.
Las necesidades humanas según Maslow. El Estado como Padre.
El paternalismo de los gobiernos
venezolanos a lo largo de la historia.
|
Saberes reconstruidos
|
Ejemplo: La familia; necesidades humanas; afectividad; el Estado; paternalismo político.
|
Estrategias
(modalidades y espacios de convivencia )
|
Ejemplo:
Convivencias familiares; reflexiones grupales dentro y fuera del
salón de clases; convivencias escolares.
|
Actividades
|
Ejemplo:
representación de la historia de Venezuela; debates; estudio de material bibliográfico; deconstrucción grupal; videos, análisis de prensa, otros.
|
Recursos
|
Ejemplo: prensa, tv, visita a las comunidades e instituciones,
lecturas, material digital,
salón, pupitres, patio
|
Logros
esperados por la comunidad
|
Ejemplo: valoraciones y esfuerzo por ejercer la paternidad de parte de todos los miembros (hombres y mujeres).
|
Logros alcanzados por el grupo
|
Ejemplo:
Concientización, charla en los hogares, reflexión continua, trabajo con
los propios padres.
|
Tabla
1: elaborada por el
autor.
ASIGNATURAS A INTEGRAR EN LOS PROYECTOS CO-FORMATIVOS POR GRADO O AÑO
GRADO
|
ASIGNATURAS
|
SÉPTIMO
|
historia de Venezuela
|
Geografía General
|
|
Formación ciudadana
|
|
OCTAVO
|
Educación Artística
|
historia Universal
|
|
historia de Venezuela
|
NOVENO
|
Cátedra Bolivariana
|
Geografía General de Venezuela
|
|
PRIMERO DE DIVERSIFICADO
|
Psicología – Filosofía
|
Instrucción Pre-Militar
|
|
historia de Venezuela
|
|
SEGUNDO DE DIVERSIFICADO
|
Geografía Económica de Venezuela
|
Instrucción Pre-Militar
|
Tabla 2: elaborada por el autor.
Se propone, al
igual como se hace actualmente en Venezuela
en los proyectos de aprendizaje, unir de manera
transdiciplinaria las
asignaturas de sociales
del grado o del año, y globalizarlas en un
proyecto co-formativo, que apunte a la formación del ser-relación,
de acuerdo a las necesidades que surjan
del propio mundo de vida popular venezolano, detectadas en la investigación convivida que aquí se
propone, para deconstruir y reconstruir los contenidos actuales
de las ciencias sociales desde la episteme
popular venezolana.
Para la ejecución de los PC los estudiantes, con apoyo y mediación del docente en sociales
y demás miembros
de la comunidad
escolar, ejecutan el proyecto diseñado, involucrando como aprendices a todos
los participantes del proceso, buscando comunitariamente el logro de las metas acordadas. Para ello es necesario analizar
desde y en la convivencia cómo se está dando la ejecución
del proyecto como vivido, como
práctica de vida, y detectar las dificultades surgidas
para superarlas o
comprenderlas en caso que de inmediato
no puedan superarse por tratarse de condiciones establecidas de vida en el tiempo; además de coordinar los espacios y
recursos requeridos. El diálogo grupal es fundamental para brindarse apoyo en el proceso de aprendizaje, pudiendo participar la familia en sesiones
de clases y demás miembros de la institución. Puede establecerse como un Proyecto
para sociales o mejor
aún como un proyecto
del grado que integra de manera
transdisciplinaria todas las
asignaturas y áreas
del saber, de ser posible.
También es necesaria la valoración (que ocupa el papel de la evaluación tradicional), puesloquenoseevalúanotieneposibilidadesdemejorarse. En todo PC debe realizarse una co-valoración continua (que involucre a
todos) con el fin de reconocer las dificultades para enfrentarlas en conjunto, desde la misma convivencia, y poder redimensionar procesos. La valoración del PC es necesario
hacerla en cada sesión y al final del mismo, y fuera de toda sesión, más allá de la institución educativa. Se sugiere diseñar en conjunto (estudiantes, docentes, familia, vecindario, comunidad, institución) un plan de valoración del proyectoy ejecutarlo, siguiendocada quien el proceso del compañero, con sus avances y retrocesos, para realizar la co-valoración
durante y al final del PC. Nadie mejor
que los mismos convivientes para
valorar los aprendizajes relacionales alcanzados y
los saberes adquiridos, en los espacios
y modalidades de convivencia facilitados. Esto en un proceso
de continua realimentación sobre la co-formación de la que todos son responsables, no sólo de la propia, sino de la del otro. La idea es que las ciencias sociales –más bien relacionales o comunitarias–, promuevan ese ser-relación propio del venezolano popular, y expandan
esa relacionalidad integrando y reconstruyendo los saberes y las asignaturas de la episteme
moderna, a través
de proyectos de co-formación, que se dediquen a formar en la convivencia.
MODELO
INSTRUCCIONAL RELACIONAL
Siendo la relación
la práctica de vida primera y fundante del mundo
de vida popular
venezolano, socialmente compartida, se propone un modelo
instruccional relacional para
las ciencias sociales, que promueva el aprendizaje desde,
en y por la relación y que eduque,
en la misma convivencia, a convivir con
los otros, de manera positiva, armoniosa, en amor.
Se propone que
el diagnóstico surja
de la misma convivencia, que sea
un diagnóstico convivido de la realidad
escolar y comunitaria, a través de la investigación convivida. No desde fuera,
sino desde dentro, compartiendo con los co-vivientes de ese mundo de vida los mismos códigos significativos, sus mismas valoraciones. De esta forma se podrá detectar
entre todos cuáles
son las necesidades de todos,
siendo el maestro-investigador-co-viviente uno más de la
comunidad. Así todos
podrán redactar un diagnóstico fruto
de la convivencia, y no una percepción alejada
de la realidad de un investigador externo que describe
lo que ve desde códigos
valorativos muy distintos al topos
de comprensión donde
se encuentra.
Surge una planificación dialogada, que no es lo que un intelectual
piensa que deben aprender
esas personas sin luz que debe enseñar. Es
redescubrir la realidad
en función de humanizarla, tal como lo
planteaba Freire. Y eso se hace, en Venezuela, desde
la misma episteme popular,
desde la convivencia, viviendo-relación.
De la
mismamaneraseasignanestrategiasyrecursos,construyéndolos y proponiéndolos entre todos, con la ayuda de la comunidad, buscando los más idóneos de acuerdo
al proceso educativo
que se quiere
facilitar.
Por tanto, llevado
así el proceso educativo, convividamente, es necesario que la misma
evaluación responda a lo que
se ha hecho. Las valoraciones del proceso educativo
involucran a toda la comunidad de manera
constructiva, buscando aciertos y desaciertos en el proceso, que fortalezcan la misma educación
convivida, y para la
convivencia, que se ha facilitado. La misma comunidad y familia evalúa y se co-evalúa en los logros
que se quieren
alcanzar.
Todo esto es un
proceso de re-evaluación continua que permita
entender que el aprendizaje vital alcanzado debe reforzarse y pulirse
siempre en la misma vida convivida.
LOS SABERES EN LA PEDAGOGÍA RELACIONAL
Partiendo de la propuesta de la UNESCO
(1990) y del informe
de Delors (1996),
que va más
allá de los conocimientos e introduce en el
ámbito de los
saberes en la educación: saber
ser, saber conocer y saber
convivir, se plantea
en la pedagogía relacional (PR), la promoción de estos saberes
en, desde y por la convivencia, siendo éstos instrumentos en función
de esta última.
Así, la meta de este modelo no es propiamente el conocer,
el ser-individuo, el hacer, o el
convivir visto como un pacto
de individuos; sino la promoción del ser-relación, del hombre popular venezolano, desde la
convivencia afectiva, significativa en amor, en
armonía. Lo demás son instrumento que vienen
a fortalecer, ampliar,
promover, la trama de relaciones donde vive y valora el venezolano popular.
El saber ser-relación se aprende en la familia popular
venezolana, aquí sólo se insiste en la promoción del ser-relación en la convivencia en la Escuela o Liceo, desde
donde se toma
conciencia en el diálogo
y desde la misma vida convivida (desde la co-reflexión originada y promovida en la construcción del Proyecto Ético
comunitario de vida y en la vivencia
de los Proyectos co-formativos dentro
y fuera de la
institución educativa), de la singularidad, de lo personal,
del reto de construirse a sí mismo
como ser humano
referido a los
otros. Se trata de promover espacios,
momentos significativos de convivencia
para la construcción de la identidad personal
desde y en la relación, en función de metas comunitarias. Desde este ser-relación que es el venezolano popular se da la relacionalidad que constituye la trama,
la comunidad; falta, pues, desde
la construcción de unas ciencias
relacionales (deconstruyendo desde y en la convivencia las actuales ciencias sociales), promover la relación-amor en el mundo
de vida popular venezolano.
El saber conocer
ha de basarse en la concientización y comprensión
de las propias
prácticas de vida como pertenecientes a un mundo
de vida, al popular,
para promover desde
esta conciencia los elementos
faltantes, las carencias que
se tiene, como
las tiene cualquier cultura. Más que introyectar conocimientos, el énfasis debe
colocarse en la formación en y para
la convivencia en las ciencias sociales, donde también se adquieren de manera instrumental
conocimientos teórico-prácticos necesarios para el convivir (conocimientos mecánicos,
filosóficos, artísticos, físicos, matemáticos, entre otros) de forma transdisciplinaria, relacionados entre sí en los proyectos de co-formación, en la misma vida convivida. Se trata de colocar
siempre en revisión reflexiva la misma vida convivida para mejorarla desde y en los
códigos culturales en el que
se ejerce la valoración
concreta. Es un conocer para la relación, pero también desde
ella, posibilitado en el mismo
convivir. Se trata
también de adquirir
y potenciar los conocimientos instrumentales modernos necesarios para el convivir.
Por último el saber
hacer. Las acciones responden siempre a una intención, y éstas provienen en Venezuela de un sentido
comunitario en el que se valora;
no de abstracciones, ni de conceptos. Así, el
mundo de vida popular venezolano tiene implícito, desde
sus prácticas de vida, un proyecto: vivirse-relación. La propuesta de acordar desde y en la convivencia un proyecto ético comunitario
de vida en la Institución educativa, no es más que
un esfuerzo por concientizar y promover lo que de hecho ya sucede en la vida diaria
de los venezolanos, para optimizarla, perfeccionarla, desde dentro de la propia cultura.
Dewey decía que la mejor
forma de aprender algo
era haciéndolo. Cuando se hace algo-en-relación en Venezuela, se aprende; la toma de conciencia de los errores
desde la reflexión compartida ayuda a perfeccionar la acción convivida, y de esta forma
se avanza en la mejora
de la calidad de la convivencia
en amor. Consiste
en buscar la consecución de metas compartidas, establecidas en la misma convivencia como necesidad de la misma. Queda excluido el hacer
por hacer, o los criterios modernos de eficiencia y eficacia, sin que por ello se esté diciendo
que el hacer relacional deba carecer
de calidad. Pero el criterio de valoración de la
acción son los
otros, las personas concretas con las que se convive
y a
las que se promueven con tales acciones. El saber hacer
consiste en saber actuar en función de los otros
y de sí mismo, desde
y en el sentido comunitario de vida en el que se valora en Venezuela.
LA
DOCENCIA RELACIONAL
Consiste en la comprensión que los docentes
de sociales realizan de su
propio mundo de vida: el popular, con
el fin de poder enseñar
y promover procesos de aprendizaje desde
y en la misma cultura, para expandir la relación popular,
teniendo como guía la formación en la
trama relacional desde las actuales ciencias
sociales (Proyecto ético comunitario de vida - Proyectos co-formativos) para la convivencia
en amor. El énfasis
está en la práctica de vida fundante del
mundo de vida popular: la relación, la cual vive en el docente,
y desde ella el educador ha de promover el aprendizaje. Hay dos conceptos que dan cuenta de los pasos
esenciales por medio de los cuales
se da la docencia relacional en las ciencias
sociales: la concientización y la co-regulación. Concientizar implica que el docente ha llevado a cabo y sigue llevando un proceso de re-
identificación con su propio mundo
de vida, el popular,
a través de la reflexión que debe llevarse
desde las universidades, desde
la formación del educador. Es un proceso
que está constantemente haciendo referencia a la vida convivida en el día a día y que
lleva al docente a reflexionar sobre las necesidades educativas del propio mundo de vida popular venezolano. Proceso de reflexión permanente y constante, además
de inacabado, pues no tiene
fin nunca. Se trata
de colocarse en el mundo
de vida popular desde
dentro, tomando conciencia del rol que se tiene en la trama como maestro. La co-
regulación implica planear
junto a otros,
revisar constantemente en la convivencia y valorar-en-relación. La planeación parte
de la comprensión del propio mundo de vida popular
y de la reflexión compartida en el proceso
de investigación convivida. Orienta cómo, dónde, cuándo y con qué medios
se van a facilitar los aprendizajes y saberes convividos en las ciencias sociales.
Luego, convividamente, se ejecuta
entre todos lo planeado y se revisa constantemente desde la
co-reflexión. Esto permitirá
introducir cambios o reorientar la co-
formación “social”
si es necesario. Por último, se valora de forma
continua el proceso de formación desde y en la relación
que se ha promovido desde el área de sociales, y la puesta
en acción de las estrategias docentes, teniendo en cuenta los
resultados táctiles y auditivos que la convivencia emite, los cuales
se dialogan teniendo como referencia los propósitos
iniciales, contenidos en el PEC (proyecto ético comunitario) y en PC (proyectos co-formativos).
A diferencia de la docencia tradicional, la
pedagogía relacional implica la deconstrucción y reconstrucción continua,
en la práctica pedagógica de las ciencias
sociales actuales, a partir de la reflexión
que hace el docente
con la comunidad y sus estudiantes, sobre
su proceder. Se trata,
en primer lugar,
de concientizar y comprender
sus prácticas de vida populares y la de quienes le rodean, para ubicarse epistemológicamente en el lugar adecuado de comprensión hermenéutica: el mundo de vida popular, y desde ahí, desde sus significados,
comprender-interpretar junto a los suyos, las
necesidades y urgencias de aprendizaje del
propio mundo de vida.
Sólo así obtendrá junto a otros un diagnóstico acertado, fruto de la misma
convivencia, para planear
en la misma relación con los demás, las experiencias y espacios a facilitar, para mejorar la misma
convivencia comunitaria y promover la relacionalidad
requerida; primero dando
cabida a la opinión de la comunidad en la conformación del
PEC, luego escuchando más concretamente a sus
estudiantes y a sus familias en la construcción de los PC, que
generarán experiencias de convivencia para potenciar el vivirse- relación en amor desde
las ciencias sociales. Aquí
las estrategias docentes se elaboran
de acuerdo con un determinado sentido de vida –el popular–, que marca el rumbo del aprendizaje que se va a
generar. Esto genera el verdadero propósito
de las ciencias sociales: un ser más social;
en este caso:
más relacional, dispuesto a expandir la
convivencia en el ámbito regional
y nacional.
Se propone la creación de comunidades de vida y aprendizaje, para la transformación estructural de las prácticas pedagógicas de las
ciencias sociales en las instituciones
educativas, con el fin de formar auténticas comunidades de crecimiento, donde todos aprenden de todos mediante
la reflexión compartida en la misma vida convivida.
Lipman (1993) y Brown y Campione (1996), proponen las comunidades de aprendizaje e investigación con un fin
instrumental y cognoscitivo: la resolución de problemas y elaboración de proyectos. Aquí se propone
como medio para promover la relación, la convivencia, y desde este encuentro de vidas entramadas generar comunidades y convivencia en armonía, que de
manera instrumental producen
ciencia, conocimientos, saberes, habilidades, destrezas,
aptitudes, entre otros. Estas Comunidades pudieran funcionar dentro de los espacios
de las asignaturas de sociales en la implementación de proyectos, o como actividad extra- cátedra, reforzadora de los proyectos co-formativos que se llevan
desde las ciencias
sociales del grado
o año que se cursa
(7° grado a 2°
de Diversificado).
Fomentar personas-en-relación no es posible
a partir de acciones didácticas originadas en otro lugar de comprensión
distinto al popular; tampoco
es posible si las aplica un docente relacional de manera aislada de la comunidad o de la familia a la que pertenece el estudiante. Se requiere de
comunidades donde las personas comparten unos significados de vida, se necesita
del mundo vivo en
el que acaece la vida de las personas en convivencia.
LA
VALORACIÓN POPULAR DEL APRENDIZAJE
Teniendo en cuenta el modelo pedagógico propuesto, se propone el concepto de valoración para resaltar el carácter apreciativo de la evaluación y enfatizar que
es ante todo
un procedimiento para destacar un valor (reconocimiento) a las personas que juntas aprenden en
la convivencia. La valoración, aunque
constituye un juicio
de valor, se regula desde
un sentido comunitario de vida, tomando en cuenta las metas
planteadas en el proyecto ético
comunitario y en los
proyectos co-formativos elaborados para las ciencias o asignaturas
sociales. Consiste
en un proceso de re-alimentación mediante el cual los estudiantes, los docentes, las instituciones educativas y las comunidades, ponen a prueba la validez –en
la misma vida convivida– de los aprendizajes en y para-la-relación que se han conseguido. Es la base
para que los
estudiantes estén continuamente informados sobre
su proceso co-formativo relacional, con el fin de comprenderlo y regularlo en la misma
convivencia junto a otros. A la
vez, la valoración permite al docente
comprender y seguir el proceso
singular y grupal de aprendizaje relacional en las ciencias
sociales, con el fin
de brindarles a los estudiantes y a las familias asesoría y apoyo desde el mismo sentido
en el que se valora
en el mundo de vida popular venezolano, desde la implicancia en el mismo,
ajustando el proceso a las necesidades de las personas-en-relación.
La valoración se caracteriza por ser un proceso dinámico,
convivido y multidimensional, que realizan estudiantes, docentes, la institución educativa y la comunidad de familias.
Tiene en cuenta tanto el proceso como
el resultado, aunque
hace más hincapié en el primero. Tiene
como guía el proyecto ético comunitario de vida acordado, y se basa
en criterios compartidos y evidencias acordadas comunitariamente. La valoración inicial se lleva a cabo al comienzo del proceso educativo y es de diagnóstico convivido; la valoración
procesual es continua y consiste
en valorar en la convivencia los avances, logros y aspectos por
mejorar; por último,
la valoración final, es la que se hace una
vez que concluye determinado proyecto
co-formativo en el área de sociales, y consiste en valorar los logros
que se obtuvieron, teniendo
en cuenta los propósitos iniciales.
CO-VALORACIÓN
Es el proceso
mediante el cual los
estudiantes valoran entre
sí los aprendizajes convividos que están llevando
a cabo o que ya han
concluido en sociales, de acuerdo a unos criterios previamente definidos. De esta manera todos reciben
re-alimentación de sus co-
vivientes con respecto a su aprendizaje y desempeño.
LA HETEROEVALUACIÓN
Consiste en la valoración que hace una persona sobre
el aprendizaje de otros
en el área de sociales, teniendo en cuenta
los logros y los
aspectos a mejorar de acuerdo a unos parámetros previamente acordados. El acto de valoración de los
aprendizajes y saberes relacionales es ante todo un proceso de comprensión in-vivido, el cual implica (al docente y a otros
evaluadores externos: comunidad, directivos, personal
de ambiente, familia a la que se pertenece, entre otros) hacerse
parte de éste,
involucrarse en la convivencia desde
los mismos códigos significativos como un co-viviente más, colocarse en el lugar del estudiante sin perder el rol que la comunidad le asigna (profesor, padre, director, coordinador, encargado de la limpieza, cantinero). De aquí que
valorar es un acto de amor,
por cuanto consiste en reconocer el aprendizaje convivido del estudiante y su
esfuerzo por ser mejor persona,
en función de sí mismo
y de la trama de relaciones en la que vive. Por lo tanto, valorar
implica respeto a la diferencia, discrecionalidad y
confidencialidad de la información sobre la vida del otro.
LA
VALORACIÓN PERSONAL
Es el proceso
por medio del cual la propia
persona valora la co-
formación
llevada a cabo, desde su compromiso y responsabilidad singular en
dicho proceso. Desde
su ser-relación, la persona
construye su autonomía, asumiéndose como gestora de su propia educación en la convivencia como
modo de vida. La valoración personal tiene dos
componentes centrales: el conocimiento personal y
la propia regulación. El primero es un diálogo
reflexivo continuo de cada ser humano
consigo mismo desde
la escucha y el tacto
con otras personas significativos en el convivir, que construyen y ayudan
a la formación personal, desde la toma de conciencia en la relación concreta de los aspectos
faltantes por construir, en función de sí
mismo, para potenciar el ser-relación desde las ciencias sociales. La segunda es la intervención sistemática y deliberada de la propia persona-en-relación, con el fin
de orientar la propia formación convivida, en función de potenciar la
convivencia concreta. La singularidad de la persona y su construcción continua
es asumida desde un sentido comunitario de vida: vivir-relación.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Setratadepartirdeloquehay, delcurrículoylasasignaturasdesociales que se tienen, pero para
deconstruirlo desde
las prácticas de vida
populares en Venezuela, de manera que pueda
surgir otro currículo
desde la vida del pueblo. Aquí es importante la concientización y la asunción personal
de las raíces personales en las que se fue formado.
La vida de los venezolanos discurre por caminos muy distintos a las teorías
sociales aprendidas en el discurso académico. ¿Qué hacer? El camino
comienza consigo
mismo. Cada quien, más
si es docente en sociales, ha de iniciar
un viaje de re-identificación con las
raíces populares, si éstas
se han olvidado o enterrado. Pero están
ahí, no desaparecen. Todos estos planteamientos sobre el mundo de vida popular venezolano han de tomarse
para contrastarlos con la propia
vida y pronunciarse sobre la validez de los mismos.
La opción es ética.
Optar por el pueblo es optar por una manera distinta
de ejercer la educación en
la acción pedagógica. Y aquí, en esa decisión de vida, es donde tiene
cabida esta pedagogía relacional en las
ciencias sociales. Es sólo una propuesta, que desde la misma investigación convivida ha de ser evaluada, mejorada, perfeccionada.
En tiempos actuales
en Venezuela se habla del poder popular.
Es hora de darle
poder al pueblo.
La construcción de un hombre
con comportamiento cívico es posible en este país
si se toma en cuenta estos datos culturales y se educa
desde el sentido
de vida que comparten los venezolanos.
La educación en Venezuela, y en ella las ciencias
sociales, ha de hacerse un examen autocrítico a fondo.
¿Es el hombre igual en todas
partes?, ¿quién es el venezolano?, ¿si el venezolano habla
de sí como un ser-relación por
qué seguir promoviendo una
sociedad basada en el pacto de individuos? Este
auto examen debe llevar
a todos, al mundo académico principalmente, al reconocimiento de lo que se
es desde y en la propia cultura
y a optar éticamente por el mundo de
vida popular. Los contenidos de sociales están
por reconstruir, pero esta tarea no será posible
sin la distinción epistémica que se
ha hecho en esta investigación. Y todo comienza
con la formación universitaria. Los docentes de sociales en
Venezuela han de iniciarse, ayudados por las Universidades, en el re-encuentro de sus raíces y en la concientización de su mundo
de vida: el popular.
Son los docentes los líderes
de este proceso
de concientización y de
creación de la comunidad de comunidades llamada Venezuela, donde se entrelazan muchas
tramas relacionales, con un hombre
pre- dispuesto culturalmente a convivir en amor.
Esto sólo es posible con la
aplicación de esta pedagogía relacional desde las ciencias sociales.
Lo más importante aquí es la concientización, la opción ética y la implicación en el mundo de vida popular.
Los saberes
de siempre, los modernos, aquellos que llenan los libros de sociales, pueden
re- definirse cuando
estos elementos están
presentes.
Cuando se opta éticamente por la convivencia, por el otro como valor supremo, surge en la misma relación
la necesidad de alcanzar
metas comunitarias, para eso se propone
el proyecto ético
comunitario de vida, como un instrumento que quiere potenciar la convivencia, no un fin; el fin único
es el vivir-relación significativa desde
y en la afectividad, porque así vive el pueblo venezolano. Igual pasa con los proyectos co-formativos: son otro instrumento para promover desde y
en la institución educativa, en las asignaturas de sociales y más allá de
ellas, experiencias formativas,
educativas, que desarrollen aún más ese “homo convivalis” que es el venezolano popular.
De manera que los contenidos
de sociales sean deconstruidos y reconstruidos desde las mismas
prácticas de vida comunitariamente compartidas en Venezuela, para que adquieran significado y dejen
de ser abstractos y ajenos al pueblo. En la convivencia venezolana están las bases
para lo que sueña la socialidad occidental. Otro mundo
más humano es posible en Venezuela con la implementación de esta pedagogía.
Con esta propuesta pedagógica no se está
excluyendo ni menospreciando los saberes
que ha producido el mundo a lo largo de su historia. Sólo
se está indicando que dichos saberes
han de ser instrumentos para la propia cultura, para promoverla y expandirla.
Pero es necesario que la educación venezolana promueva desde
la pedagogía una formación desde las propias prácticas de vida que se tienen y que forman
la identidad del venezolano popular.
El docente popular
ha de convertirse en un investigador implicado en la convivencia. Todo lo que pasa
a su alrededor ha de ser motivo de
reflexión personal y comunitaria, desde
la conciencia de su
mundo de vida. Sus acciones, inmersas
en la trama, han de buscar
promover la cultura a la que pertenece desde las ciencias sociales. Sin la investigación convivida tal como se ha planteado, es imposible
esta pedagogía relacional ha llegado la
hora de optar. ¿Cuál es su opción pedagógica?
REFERENCIAS
Delors (1996). La educación encierra un tesoro. España. Ediciones UNESCO.
Dussel (1977). Filosofía
de la liberación. Argentina.
Edicol.
Fazio - Fernández (2004). historia
de la Filosofía Contemporánea.
España.
Palabra.
Feyerabend (1981), Contra el método,
España. Ariel. Feyerabend (1989), Límites de la ciencia,
España. Paidos.
Feyerabend (1985), Diálogos sobre el conocimiento,
España. Cátedra. Freire (1973). pedagogía del oprimido. Argentina.
Siglo XXI. Gadamer (1984),
Verdad y
método, España. Sígueme.
Habermas (1990), pensamiento
postmetafísico, España.
Taurus.
Kuhn (1975), La
estructura de las revoluciones científicas, México. FCE.
León (1999), La casa
del pueblo, sentido
en el que se valora en el mundo de Vida popular Venezolano. Tesis
de
Grado no publicada. UCAB. Caracas. Venezuela.
Levinas (2006), Totalidad e
infinito. España. Sígueme.
M.E.C.D. (1995) reforma
Curricular para la tercera etapa de la educación
básica. Venezuela. Sin
Editorial.
M.P.P.E. (2007) Diseño Curricular del sistema educativo bolivariano.
Venezuela.
Sin Editorial.
Moreira (1990). “Cultura
e Identidad Nacional”. pedagogía, 7, pp. 25-
38.
Ecuador.
Moreno (2005), el
aro y la trama,
Caracas. CIP. Moreno (1994). ¿padre y
madre?, Caracas. CIP.
Moreno
(1995). “La familia como horizonte epistemológico” en
heterotopía 1, pp. 8-30. Venezuela.
Moreno (1997)
.“Pueblo y educación” en heterotopía 5 pp. 11-24.
Venezuela.
Moreno
(1997). “Intervención” (Editorial) en heterotopía 6 pp. 5-9.
Venezuela.
Moreno (2007). “Y salimos a matar Gente”
(tomo i-ii), Venezuela.
Universidad
del Zulia – C.I.P.
Morín (2002) “La
cabeza bien puesta”. Argentina. Nueva Visión. Morín (2008) “introducción al pensamiento Complejo”. España.Gedisa.
Navarro (1997)
.“De la relación como realidad al currículum comunitario, ¿heterotopía posible
en el mundo de vida popular?” en heterotopía 5 pp. 44-60. Venezuela.
Oramas-García (1998). Consideraciones
en torno al sentido de la educación
para el trabajo a partir de la historia de vida de una muchacha popular,
Tesis de Grado no publicada. Venezuela.
Rodríguez (1997). “La implicación investigativa” en Heterotopía 6
pp. 39-52. Venezuela.
Rodríguez. “¿Educación o crianza?”
en heterotopía 5
(1997) pp. 25-
34.
Venezuela.
Tobón (2008). Formación basada en Competencias. Colombia. Ecoe. Wittgenstein (1993). Los cuadernos azul y marrón, España. Tecnos.
FRANKLIN LEÓN: Profesor de la Universidad de Carabobo y de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Licenciado en Educación, Mención
Filosofía. Especialista en Planificación y Evaluación Educativa. Magister en Educación Mención
Enseñanza de las Ciencias Sociales.
DISPONIBLE EN: ARJÉ Revista de Postgrado FACE-UC. Vol. 3 Nº 5. Junio
ResponderBorrar