Por: José Virgilio León.
Estos
tiempos de crisis humanitaria venezolana actualiza el Discurso de Angostura
Dos
tribunales supremos, dos fiscales, dos asambleas, dos presidentes… retratan a un
pueblo pobre, perseguido, que muere a causa de enfermedades endémicas, hambre, y en la cárcel.
En
este sentido, es claro el llamado que de diversas instituciones se le hace al gobernante
Maduro y su equipo como por ejemplo la Conferencia Episcopal Venezolana.
“El pueblo venezolano vive una situación
dramática y de extrema gravedad por el deterioro del respeto a sus derechos y
de su calidad de vida, sumido en una creciente pobreza y sin tener a quien
acudir. Es un pecado que clama al cielo querer mantener a toda costa el poder y
pretender prolongar el fracaso e ineficiencia de estas últimas décadas: ¡es
moralmente inaceptable! Dios no quiere que por el sometimiento a injusticias
sufra el pueblo. Urge, por tanto, asumir el clamor popular de un cambio, de una
concertación para una transición esperada y buscada por la inmensa mayoría”
(CEV, 2019)
Sin embargo, si
a alguno le parece exagerado cabría
recordar con el canal de Observatorio venezolano de la conflictividad
social que en el año 2017 “Con el Plan
Zamora se exacerbó la represión y la violencia en Venezuela. Se han
registrado extraoficialmente 163 muertes desde el 6 de abril
hasta el 13 de agosto”
Ciertamente, si
aún queda duda, basta con mirar a los ojos de la madre de Geraldin Moreno
cuando velaba el cuerpo de su hija asesinada o si queda duda sobre la crisis
humanitaria en nuestro país se puede entrevistar a la hermana de nuestro jefe
de departamento cuyo sobrino de 19 años murió el viernes pasado de cáncer sin
poder hacer ni una sola quimioterapia. Todo ello lleva a releer luego de 200
años el discurso de Bolívar en Angostura para que se actualice su mensaje en el
país.
Es
por ello que, frases y críticas del Discurso de Angostura abren horizontes de
esperanza a la realidad venezolana
actual.
Ahora
bien, debemos persuadirnos que los centenares de muertos de estos años: de
arrojar por una ventana a un diputado muerto, o encarcelar a diputados de la
Asamblea Nacional, o jóvenes muertos en la cárcel sin audiencia por el solo
hecho de protestar, o de millones de venezolanos huyendo de su patria nos deben
hacer persuadir que “más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que
soportar el peso de la tiranía” (Castellano, 1983 p. 72). Por ello, para que esta tragedia no
sea en vano y más pronto que tarde se vea a la patria caminar por sendas de
justicia y de paz nos hace falta como pueblo interiorizar que “nada es tan
peligro como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder” (Castellano, 1983 p.76) y los venezolanos
han experimentado el sufrimiento que cuesta para sacarlo del poder.
Por
ello, para que no se repita esta historia se debe insistir en lo nuestro en
aquello que decidimos fuese nuestra
profesión: educar, pues “La esclavitud es hija de las tinieblas; un pueblo
ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.” (Castellano, 1983 p.78), persuadir a cada
venezolano que vale más que una cajita CLAP, o un bono, por el Congreso de
Angostura. Si, ciertamente hacer brillar las palabras de los jóvenes
universitarios en la protesta “Patria, patria querida no hay papel, tampoco
comida” es el sentido recto de la república que busca el bienestar de sus
ciudadanos.
En
este sentido, necesitamos la práctica de hábitos, virtudes y usar lo mejor de
nuestra inteligencia para avanzar como pueblo ya que “Moral y luces son los
polos de una república; Moral y luces son nuestras primeras necesidades” (Castellano, 1983 p.84)
Y
finalmente, lograr que el ruego de Bolívar, no oído en ese congreso, y negada
por cuarenta años más “yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de
los esclavos, como imploraría mi vida y la vida de la república” (Castellano, 1983 p.87) se haga real en
el pueblo de Venezuela. Puesto que, solo como iguales y libres podemos educar
en la libertad y en la justicia.
La igualdad y libertad, habilitan el
intento de organizar a Venezuela.
La “civis”, “polis”, “república” organizan la
sociedad, desde la aproximación filosófica.
Desde
luego, para comprender el discurso de Bolívar es imprescindible entender como
los humanos nos organizamos en sociedad, es decir vivimos en “polis” y por ello
se entiende de manera tradicional por política “todo los que los actores políticos
inician e imponen por la acción”
(Massing,O.1979 p. 90) sin embargo los hechos, lo dado no es suficiente por la tensión latente en todo lo humano entre el
ser y el deber ser, entre lo dado y el ideal, sino resultara indigesto se diría
la relación teoría-praxis, por ello la otra cara de la política es el
“esfuerzo intelectual y sistemático por un esclarecimiento de la pregunta de por qué
razones determinadas realidades sociales merecen designarse como política y
otras no” (ídem).
En
definitiva, en el trasfondo de la constitución de polis, o de república, en
Venezuela hasta el día de hoy se encuentra el problema de los “bárbaros” es
decir, a quien considerar gente que tienen derecho, sujetos capaces de vivir en sociedad como iguales. Todos
están de acuerdo que todo hombre inhumano y cruel es “bárbaro”, pero donde no
hay acuerdo es entre los que no entienden lo que el otro habla, no tienen
grafía, escritura y en el discurso de Bolívar el color de piel.
Más allá de Rousseau y Montesquieu apuesta
de la modernidad
Por
consiguiente, lo que está de guía en los discursos de la modernidad es un
humanismo naturalista, el hombre como ser de la naturaleza y no un ser social
como en Aristóteles. Por ello “en su estado original natural, el hombre es un
individuo aislado; en su estado secundario, artificial, civil, se agrupa”
(Moreno 1995 p. 253) Y si un individuo es igual a otro individuo entonces todos
los hombres son iguales en capacidades y esperanzas de conseguir el fin y se
vuelven enemigos al no poder conseguir los dos las mismas cosas. En tal sentido
la sociedad será un pacto primero entre los individuos, luego en Rousseau entre
el pueblo y el soberano o entre los individuos y el estado.
Una libertad conquista de la guerra, pero incompleta
En
otras palabras, en el proceso de la guerra de la independencia, en el choque de
la sociedad colonial y las repúblicas nacientes, están unidas bajo la misma
mirada moderna por ello, si en la sociedad colonial los intentos de reconocerlos como políticos son abortados por el
colonialismo interno, sólo cristaliza el modo de constitución es el llevarlo a ser ciudadano pero como
siervo y los únicos que se reconocen como señores es a los criollos. La
institucionalización que se da, en la sociedad colonial, es una sociedad
jerárquica, organizada, donde el poder,
la autoridad corre de arriba hacia abajo ello no cambiará en las repúblicas
nacientes solo los criollos son libres, solo los blancos son ciudadanos, la
libertad conseguida por la sangre de muchos negros, mestizos, pardos será
incompleta.
Solo con la igualdad, la libertad tiene
raíces venezolanas
Por
esta razón, Bolívar insiste en clave moderna, en la superación de la desigualdad
por naturaleza al decir “la naturaleza hace a los hombres desiguales en
ingenio, temperamento, fuerza y caracteres. Las leyes corrigen estas diferencias” (Castellano, 1983 p.76) en este sentido “la igualdad entre los
hombres debe establecerse, no para obedecer al orden natural, sino para
reducirlo a un orden legal más adecuado al buen desarrollo de la colectividad”
(Mijares A. 1987 p.344) y saca todas las consecuencias de la igualdad así
entendida, cuando en su propia práctica emancipa a sus esclavos y en 1816
decreta la libertad de los esclavos en Carúpano y Ocumare de la Costa. Y por
ello propone en el discurso en Angostura “vosotros sabéis que no se puede ser libre y esclavo a la vez, sino
violando a la vez las leyes naturales, las leyes políticas y las leyes civiles.” (Castellano, 1983 p. 86)
El
ciudadano perfila una nueva institucionalización del poder.
El concepto de ciudadano usado en el
Discurso de Angostura.
Hoy
por hoy, el problema más acuciante para construir nuestra patria Venezuela es
el de ciudadanía, se nos pide a nosotros educadores preparar al ciudadano capaz
de asumir los retos de un país en crisis. En tal sentido conviene releer el
discurso desde esta perspectiva y nos encontramos que el término ciudadano es
usado por el Libertador en 18 oportunidades en su discurso. Referido a si mismo
explícitamente en 4 oportunidades. Ciudadano referido por el cargo de
gobernante en 3 oportunidades. Ciudadano en cuanto referido a personas ilustres
2 oportunidades.
Ahora
bien, cabe destacar el uso de ciudadano referido al resto de la población que
no es ilustre, que no es gobernante, en
7 oportunidades y en 4 de ellas de manera negativa: para mezclar su sangre, negligente, débiles. Podríamos decir ¿realismo del Libertador, o
heredero de la modernidad?
La Libertad de los esclavos Un ruego
no escuchado
Y
con todo ello, es capaz de confiar en que la igualdad legal puede lograr de
todos: blancos, pardos, negros, indígenas, ciudadanos y por ello “Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma o la revocación de
todos mis Estatutos y Decretos; pero yo imploro la confirmación de la libertad
absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida y la vida de la República.” (Castellano, 1983 p 87) toda una
oración gritada, por siglos de crueldad y desprecio: la libertad de los
esclavos. Ciertamente, un ruego no escuchado por los que detentan el poder.
El tiempo de la República de
Venezuela consagra una sociedad para
propietarios.
Ciertamente,
en Valencia, con la aprobación de la constitución, se crea una Nación para los
Propietarios y por largos años, en la constitución de 1830, se consagra la desigualdad.
Una
gran porción de los venezolanos fue
declarado inhábil para ejercer los derechos políticos porque se derivó la
ciudadanía, es decir la capacidad jurídica de ejercer los derechos
políticos, no de la nacionalidad sino de la propiedad, de los bienes de
fortuna que se posean. La distinción
mayor entre ser venezolano y ciudadano en donde sólo los venezolanos ciudadanos gozan de los
derechos políticos, queda convertida así en venezolanos y propietarios donde
sólo los venezolanos propietarios pueden ejercer los derechos políticos.(cfr. León
2005)
Finalmente,
El Congreso de Angostura queda resumido en una lejana copla:
¡Negros no hubo en la Pasión;
Indios, no se conocían;
Mulatos, no los había:
De blancos fue la función!
No
sin razón dirá Mijares, “En realidad, el problema no enfrentaba a blancos y
pardos, como burlonamente lo sintetizaba la copla; pero si a dirigentes y
dirigidos; a los hombres que por su
cultura y su posición tenían el poder,
el saber y el deber, y a los que llegaban a la vida pública solamente con sus
miserias y esperanzas” (Mijares A. 1987 p.349)
Sin embargo hay que decir que el problema de
raza está presente, que el problema de clase está presente, y que lo envuelve
todo ello el poder y que solo con la negación de mismo se puede avanzar, ello
pasa en definitiva en reconocer al pobre,
como persona y lograr una ruptura
epistemológica que se distancia del
orden vigente. Buscar una
institucionalización no de la sociedad jerárquicamente organizada, donde el poder, la autoridad
corre de arriba hacia abajo sino donde igualdad y la libertad sea realizada en
la fraternidad.
BIBLIOGRAFIA
Castellano, Rafael R (1983) Bolívar.
Documentario de la libertad. Colección Bicentenario Bolivariano. Tomo 15
Ediciones de la Presidencia de la República, Caracas.
En Krings, Hermann y otros. Conceptos
fundamentales de filosofía. Voz “Politica” Editorial Herder Tomo III, Barcelona 1979
Mijares, A 1987. El Libertador.
Academia Nacional de la Historia, Ediciones de la presidencia de la República.
Caracas.
Moreno A. (1995), El aro y la Trama,
episteme, modernidad y Pueblo. Centro de investigaciones Populares, Caracas
León J. (2011), El desarrollo de la
modernidad en Valencia y el mundo de vida popular. Caracas: Fondo Editorial
del IPASME