MSc. Virgilio León
Correo: marilinjose@gmail.com
Al iniciar estas reflexiones lo primero en mencionar
es que ante la situación de la educación
en nuestro país es necesario afirmar la urgencia de la ética docente.
Ahora
bien, dejemos que la realidad cotidiana diga su palabra sobre la ética. En un
liceo público de Valencia se oye una música
a todo volumen, como en los buses que prestan el servicio en la UC y camioneticas,
los estudiantes, azules y beige están en una cancha, bailando la música que sus
profesores le han puesto o le han dejado poner, ellas, las alumnas entre 13
años y 18 años, están distribuida en toda la cancha con su pareja de baile,
están en posición de carretilla, es
decir con las manos en el piso y sus glúteos
frotándolo en los genitales de los varones que se mueven sensualmente al
compás de la música la actividad dura desde las 8am hasta la 4 de la tarde.
Otra palabra de la realidad sobre la ética, una
mamá explica porque manda a su hijo al
liceo es por la falta de comida; eran como las 9am estoy en la oficina de
control de estudio del liceo Manuel Vicente Romero García ubicado en Valencia
edo. Carabobo, se presenta una mujer entre 30 y 40 años viene con un muchacho
de camisa azul, imagino que es por la materia pendiente. Informo a la Sra. De
la ausencia de su hijo a las evaluaciones que se han presentado, ella dice que desde
finales del mes noviembre no envía a su hijo al colegio porque no tiene dinero
para el pasaje y tampoco para darle comida, que ella prefiere que se les
desmaye en su casa por hambre y poder socorrerlo y no en el liceo o la calle,
miro sus ojos, llenos de lágrimas, que reflejan impotencia.
Ciertamente,
el valor moral se vive a la luz de estos hechos. Incluso, se podría valorar los
actos humanos implicados en cada situación descrita. Es decir, en el campo de
la ética, el bien o mal implicado en el baile de los alumnos, o el bien o mal
implicado en la decisión de los docentes
al permitir esa actividad en concreto. De igual manera el bien o el mal que se
destaca en la madre ante el hambre de su hijo; o el bien y el mal que se enfatiza
en los gobernantes del país que
propician situaciones de muerte como estas.
Sin
embargo, lo que se quiere afirmar es que la ética docente no es una asignatura
más, que se arregla con una nota, sino que la vivencia ética precede a
reflexión y que el valor moral se vive y luego se tematiza.
En este sentido, se hace necesario analizar la
capacidad de asombro afirmado como el inicio de la filosofía, pues el asombro nos
permite distanciarnos de la vivencia moral para poder tematizar el valor moral.
En efecto, la capacidad de asombro
se plantea como el inicio de la filosofía. Por ello Gaarder (1997) insiste:
¿Dije ya que lo
único que necesitamos para ser buenos filósofos es la capacidad de asombro? Si
no lo dije, lo digo ahora: LO ÚNICO QUE NECESITAMOS PARA SER BUENOS FILÓSOFOS
ES LA CAPACIDAD DE ASOMBRO. Todos los niños pequeños tienen esa capacidad. p.18
Ahora
bien, tanto Platón como Aristóteles plantean la admiración, como el inicio de
la Filosofía pues el comienzo de cualquier saber es extrañarse, asombrarse,
admirarse pues hace surgir la pregunta ¿porque
las cosas son como son? El que no se admira no pregunta y sin pregunta
no hay respuesta y sin ello no hay saber Cfr. Ferrater Mora(2004) p. 43
Por
consiguiente, la admiración es como el heliotropismo de las plantas que buscan
la luz del sol para su sustento y como el girasol lo siguen en su trayectoria;
por ello también nosotros tenemos este poder de asombrarnos, maravillarnos y si
se cultiva la capacidad de admiración nos habilita para filosofar y en caso de la
ética para descubrir el valor y para ello necesitamos un modelo y si este es
equivocado nuestra vida se derrocha; si encuentra un buen modelo vivirá
maravillado, cultivado y cultivando el asombro ante la realidad. Cfr McNabb
(2012)
De
esta manera, el primer paso para la ética docente es la torsión del alma, hacer
consciente el heliotropismo, nuestro poder de seguir la trayectoria del sol,
como en Platón que este sol es la idea de bien, el culmen de las ideas en el
Hiperuranos, de cara a nuestra vida no es otra cosa sino recuperar la capacidad de asombro.
Por
esta razón, la capacidad de asombro que tenemos los seres humanos nos habilita,
en el caso de la ética, para descubrir el valor moral. En un primer momento se
busca entender que es el valor, en la
axiología el valor es lo que hace a una persona o cosa digna de aprecio,
es decir el nivel axiológica supone el nivel ontológico porque el valor mira a
lo interesante, a lo importante ello rompe la indiferencia del sujeto Cfr. Sanabria, J. R. (2005). p.69 y hace síntesis de lo objetivo y subjetivo.
Ciertamente
la persona es el valor moral. Pues, lo que se añade al valor con lo moral es el
bien, es decir el valor moral expresa y condiciona a la persona en su
realización, no quiere decir que “por una vez que maté un perro, soy el mata
perros” sino que la acción libre del hombre, en campo del valor, afecta su
propia estructura interna, pues la acción queda dentro del mismo hombre y por
ello lo definen Cfr. Vidal M.,
Santidrian P. (1980) p.56
En
este sentido, el
valor moral se vive en sus relaciones humanas en los que se realiza, humanizando
o deshumanizando al hombre en sus acciones, pues moldea y configura su
personalidad.
Justamente
por esto la necesidad de la educación, con ella la ética docente pues lleva a
la persona del asombro al hábito.
Desde
luego, la expresión cotidiana de la ética, son las relaciones humanas por ello
la actitud moral comporta como elemento necesario la tendencia dinámica hacia
una perfección absoluta, es decir la realización de propio proyecto de vida, la
felicidad del hombre
En
el caso de los educadores la realización del propio proyecto de vida, pasa por
la realización del proyecto de vida de sus educandos, pues es su modelaje lo
que despierta o adormece la capacidad de asombro. De este modo, la realización
consciente de nuestras acciones, en acto educativo, lleva a congruencia entre
conocer el valor, querer, amorosamente que este
valor se realice en mi existencia y mostrar este valor en mis acciones
habituales.
Como
afirma Simone N, (1993)
Educar
es permitir, por medio de actos concertado, que un ser humano llegue a ser
finalmente lo que es. Educar es personalizar y es humanizar. Educar es, por
consiguiente, conducir a un ser consciente, libre, responsable, al mayor grado
posible de lucidez y de verdad, de autonomía y de voluntad, para llenar
finalmente su vida de unos bienes que
son los bienes propios de los hombres, valores ideales a través de unos
actos que elijan esos bienes, que lo inscriban en la existencia de cada día p.23s
Finalmente,
mirando la ética docente, desde el educando el aprender, en ética implica
conocer, querer y conducta consciente y coherente en la vida de los estudiantes
pues sólo así es un aprendizaje
educativo con valores éticos, personales y sociales. Puesto que, son estos los
que le confieren sentido a la vida considerada globalmente, el amor, libertad, justicia, la solidaridad Cfr.
Gastaldi, I. (1994) p.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
1.
Gaarder
J (1997) El mundo de Sofía. Ediciones Siruela. Madrid, España.
2.
Ferrar Mora (2004), Diccionario de
Filosofía, Vol III voz admiración. Editorial Ariel, Barcelona
4.
Sanabria, J.
R. (2005). Ética. México: Porrúa
5.
Vidal M.,
Santidrian p. (1980) Ética personal.
Ediciones Paulinas, Madrid, España.
6.
Gastaldi,
I.1994. Educar y evangelizar en la posmodernidad.
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