martes, 25 de octubre de 2016

EL PERSONALISMO COMO FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN (FRANKLÍN LEÓN)

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Autor: Franklín León












RESUMEN


Se ofrece una propuesta filosófica que quiere sentar las bases para otra educación, necesaria y clamada a gritos no sólo en Venezuela, sino en todo nuestro Planeta. Rescatar al ser humano como fin de toda acción; entender las dimensiones fundamentales del hombre como su ser relación, trascendencia, subjetividad, persona, historia encarnada, cultura, comunidad; es el objetivo de este trabajo. Se documenta esta epistemología educativa desde lo producido por la corriente filosófica del personalismo, presentando el pensamiento de varios de sus autores. Se ofrece, también, una visión de hombre, una ideología y una teoría política, producto del pensamiento personalista. De manera que puedan darse las estructuras sociales para hacer viable esta propuesta filosófica-educativa.

Palabras clave: Persona. Relación. Trascendencia. Comunidad. Conocimiento.


ABSTRACT

It is offered a philosophical proposal to set up new basis for a different education, which is not only necessary but also worldwide demanded.  The objective is twofold: To rescue the human being and to understand the fundamental human dimensions, as his relationship with himself, transcendence, subjectivity, history, culture and social community. This educational epistemology is reported from different results launched by the Personal paradigm, revealing several writers' thoughts. Such a philosophical model also offers its ideas about the human being, ideology and a political theory as social structures to make feasible the present philosophical-educational proposal.
Key words: Person. Relationship. Transcendence. Community. Knowledge.

INTRODUCCIÓN

Toda Filosofía de la educación representa una epistemología, un sistema de pensamiento desde la cual se piensa y se produce una manera de educar con determinados fines. En la historia de la filosofía son muchas las epistemologías propuestas, que han originado distintas concepciones y actos educativos. Lo que aquí se plantea es que toda epistemología, como sistema estructurado de pensamiento, contiene en sí misma una antropología, una concepción de hombre. Dicha antropología va acompañada de una ideología, es decir, de unas ideas que complementan una visión de mundo, de sociedad, de existencia. Esta ideología da a luz una teoría política, que organiza la sociedad de acuerdo a las ideas que sostiene y defiende. La teoría política es explicitada por el Estado en Políticas educativas que pone en marcha a través del diseño e implementación de un currículo, que se hace práctica en un salón de clases a través de cierta pedagogía (pasos o etapas a seguir) y de una didáctica (modo de enseñar). Siguiendo este esquema se propone al personalismo como epistemología o filosofía de la educación que sustente la educación en el Siglo XXI. De esta manera volveremos a nuestra esencia, a lo humano, al ser; y tendremos otro mundo distinto, el mundo que todos clamamos.



1.    EPISTEMOLOGÍA:

El personalismo es una corriente filosófica que pone en el centro de su atención la persona humana. Surge en torno a los años treinta del  siglo XX, en el período entreguerras. Nace para hacer frente a la crisis de la cultura de la modernidad. Se refiere a los problemas existenciales del hombre. Como manifestaciones importantes de su influjo se da la declaración de los derechos humanos en 1948, y los textos del Concilio Vaticano II. Pretende reivindicar una visión del hombre en cuanto persona única e irrepetible.


1.1    CARACTERÍSTICAS GENERALES:

-          Coloca a la persona humana como centro de la reflexión   filosófica.

-          Posee una visión del mundo de tipo ontológico o metafísico. El mundo es una realidad externa al hombre, con consistencia propia, en las que hay entes con diversos grados de perfección, entre los que destaca la persona.
-          El hombre tiene capacidad de conocer una verdad que al mismo tiempo le trasciende. Admite la posibilidad de un conocimiento objetivo de la realidad, al que se accede subjetivamente. Sin embargo, el hombre no es capaz de conocer toda la verdad, dejando una puerta abierta al misterio y a la  trascendencia.
-          El hombre es libre, con capacidad de autodeterminación, el hombre es dueño de sí mismo, y con capacidad de modificar al   mundo.
                         -          La persona es una realidad sustancial, y no un mero sucederse de                            vivencias sin un soporte ontológico (empirismo,  positivismo)

                         -       El hombre posee una dimensión ética y una dimensión religiosa,                               que se desprenden de su naturaleza espiritual y  libre.
-          Hay una clara distinción entre personas y cosas, por eso es importante tratar a estas últimas con categorías filosóficas   propias.
-          Importancia de la afectividad, considerada parte esencial de la persona. Debe ser considerada como parte de la reflexión filosófica, como se ha hecho con la inteligencia y la  voluntad.
-          La persona está esencialmente ordenada a la relación interpersonal, familiar y social. La persona se realiza a sí misma en la donación, diálogo y comunión con las demás   personas.


-          Sostiene la primacía absoluta de los valores morales y religiosos por encima de los meramente  cognoscitivos.
                            -          Se entiende la persona como un espíritu encarnado y   sexuado.
-          El personalismo ha de ser comunitario, dadas las características relacionales de la persona humana. La reflexión de la filosofía política debe ayudar a superar la alternativa entre colectivismo totalitario e individualismo capitalista.
-          La Filosofía no puede reducirse a un saber academicista y erudito, sino que debe interactuar con la realidad cultural y   social.




2.    ANTROPOLOGÍA:


                       2.1    KAROL WOJTYLA:
          La persona es un universo de naturaleza espiritual, dotada de libre albedrío y constituyendo por ello un todo independiente frente al mundo, ni la naturaleza ni el Estado pueden penetrar sin su permiso en este universo.
          El hombre se realiza a sí mismo a través del otro, alcanza la propia perfección viviendo para el otro. En esta autotrascendencia está su grandeza como hombre. La apertura al otro constituye la base de su perfección.
          Manifiesta una verdadera metafísica de la persona. El hombre no puede ser reducido a un individuo de la especie. El hombre como persona consiste en la capacidad de una vida interior, no reducible a la dimensión física y que es expresión de espiritualidad. Retoma la tesis Kantiana que la persona humana debe ser tratada siempre como fin, nunca como  medio.
          La acción revela a la persona, por eso se debe mirar a la persona por medio de sus acciones. El bien y el mal se manifiestan en las acciones y a través de las acciones se convierten en parte del hombre. Y éste se realiza sólo en el sentido ontológico y   axiológico.
          La participación es el acto de toda persona. El hombre, al actuar junto con otros, es decir, participando, descubre una nueva dimensión de sí mismo. El sello de la característica comunitaria o social de la persona está firmemente impreso en la misma existencia. El hombre, al actuar junto con otros hombres, no pierde el valor personalista de su propia acción.

          La solidaridad es otro de los actos que distinguen la persona. Este acto es consecuencia natural del hecho de que los seres humanos viven y actúan juntos. Es la actitud de una comunidad en la que el bien común condiciona adecuadamente e inicia la participación, y a su vez, la participación sirve adecuadamente al bien común, lo fomenta e impulsa su  realización.


2.2    ENMANUEL MOUNIER (1905-1950):


          Su afirmación central es la existencia de personas libres, que introduce un principio de impredicibilidad en la realidad, que impide la construcción de un sistema cerrado pretendidamente omniabarcador.
          Para él, una persona es un ser espiritual constituido como tal por su forma de subsistencia y de independencia en su ser; mantiene esta subsistencia por su adhesión a una jerarquía de  valores.
          Existen tres dimensiones fundamentales en el desarrollo espiritual  del hombre, en el hacerse de la persona. Estas dimensiones son la vocación, la encarnación y la comunión. La vocación es la que da un sentido unificador a la vida del hombre, con la vocación se descubre el lugar y la misión en el mundo de cada persona. La encarnación es una dimensión omnipresente en la vida humana, por ella nos sentimos arrojados continuamente fuera de nosotros para preocuparnos por  los problemas del mundo y de nuestros semejantes. La comunión es la dimensión social y oblativa de la persona: sólo dándose a los demás el hombre se encuentra a sí  mismo.
          El personalismo de Mounier va hacia lo comunitario, porque la persona misma no se realiza sino en la comunidad. Distingue entre sociedad  y comunidad. La primera es una agrupación de personas, en la que no se ha llegado a una auténtica personalización de las relaciones sociales. En la comunidad las relaciones interpersonales yo-tú forman un nosotros, unido por los lazos del  amor.


3.    IDEOLOGÍA:

Para ofrecer una ideología producto de la epistemología y antropología planteada, se ofrecen las siguientes categorías como fundamento de la realidad personal de cada hombre en particular.


3.1    EL SER HUMANO, PRINCIPIO DE TODAS LAS  COSAS:

El centro de la creación, de la acción y transformación del mundo, del conocimiento. El ser humano en apertura a sus semejantes y a su creador como valor supremo.
Para PICO De La Mirándola, pensador renacentista, Dios puso al hombre en el centro del mundo. Nos dice en De la dignidad del hombre: "Así pues, hizo del hombre la hechura de una forma indefinida y colocado en el centro del mundo, le habló de esta manera: <no te dimos ningún puesto fijo, ni una faz propia, ni un oficio peculiar, ¡Oh Adán!, para que el puesto, la imagen y los empleos que desees para ti, esos los tengas y poseas por tu propia decisión y elección. Para los demás, una naturaleza contraída dentro de ciertas leyes que le hemos prescrito. Tú, no sometido a cauces angostos te la definirás según tu arbitrio al que te entregué. Te coloqué en el centro del mundo, para que volvieras la vista más cómodamente a tu alrededor y miraras todo lo que hay en ese mundo. Ni celeste ni terrestre te hicimos, ni mortal ni inmortal, para que tú mismo como modelador y escultor de ti mismo, más a tu gusto y honra, te forjes la forma que prefieras para ti>.
Quizás un poco exagerado en cuanto a la autonomía que le otorga al ser humano, el pensamiento de este autor nos ayuda a entender cómo el hombre es pues el centro del mundo que Dios  creó.

3.2    EL SER HUMANO ES RELACIÓN:


Superando el individualismo cerrado propio de la modernidad, donde acceder al otro es verdaderamente un problema, es necesario entender que sólo en la relación con otros me reconozco persona y nos construimos juntos. El camino a la realización personal no es individual, sino colectivo.

                     La  filosofía  dialógica  de Martín  Buber (1878-1965):

Según este autor, la persona se realiza a través de tres relaciones: con el mundo, con los hombres y con Dios. Sólo mediante la relación de diálogo con un tú la persona es un yo. Yo llego a ser yo en el tú, al llegar a ser Yo, digo Tú. Toda vida verdadera es encuentro. La relación es una gracia: el tú me sale al encuentro por gracia, no se le encuentra buscándolo, es algo que se recibe gratuitamente y que se presenta como un deber: el hombre no puede conformarse con experimentar el mundo que le rodea, sino que debe entrar en la relación, descubrir al otro, responder diciendo: Tú. Así el hombre habita en su amor.



                         B> Enmanuel  Lévinas (1906-1995):

El otro, para este autor, no es un individuo de una especie, ni una substancia, ni se define por sus propiedades, ni por su carácter o posición social. El otro no es un objeto de conocimiento ni de representación racional o simbólica. El otro es rostro, no en el sentido de un rostro que se puede fotografiar o imprimir en la memoria, sino discurso, expresión. Rostro significa al mismo tiempo palabra, súplica, mandamiento, enseñanza. De aquí que el rostro del otro obligue, pues exige respuesta, ayuda, solicitud, compasión. En esto consiste la ética: en la responsabilidad ante la mirada del otro.
C> Alejandro Moreno (1934-): Para este autor, español de nacimiento, venezolano de corazón, la persona es intrínsecamente relación. La relación antecede al ser. No necesariamente comunión, pues la comunión es una posibilidad de comunicación, pero no la única; el odio es posibilidad también. La relación que es cada persona no es una realidad estática, dada de una vez para siempre; es en cambio una existencia y por lo mismo una historia. La relación existe en el tiempo, se hace históricamente. La persona vive ser-relación-histórica mientras dura su mundanidad, su acaecer en el mundo. Pensar desde una episteme centrada en la relación es hacer una crítica radical, en el acto mismo de conocer, de toda la realidad humana generada por la modernidad, es conocer en sus raíces el corazón mismo de la opresión, afirma Moreno. Tarea que emprende en su obra "El aro y la  trama".


3.3    EL SER HUMANO ES TRASCENDENCIA:

Es también apertura a la esperanza, al más allá de lo empírico y verificable, al misterio, ya que el único conocimiento posible no es sólo el racional y el empírico. La vida es complejidad, perplejidad, y sólo en la apertura al misterio y la trascendencia de ese ser superior y creador, podremos encontrar sentido y verdad.
A> Sören Kierkegaard (1813-1855): entiende la fe como la única vía para evitar la caída ante la desesperación. Según él, la vida se puede vivir en tres estadios diferentes, dependiendo de la elección de cada   quien:
EL ESTÉTICO: es aquella persona que, angustiado ante la imposibilidad de determinar por mismo la buena dirección de su propia vida, suspende sus decisiones para evitar equivocarse. Prefiere todo lo que le produce placer.


EL ÉTICO: confía en que su razón le guíe para evaluar en cada momento lo que debe hacer, y con ello guiar rectamente el curso de su vida. Esta figura queda atrapada en el espacio de lo público, en el que desaparece el individuo.
EL RELIGIOSO: sentirá la dificultad para actuar, pero ante la desesperación no actuará con la razón sino con la pasión que el esteta derrochaba en el placer. Ante el absurdo de la existencia el religioso afirma su fe y con ello se afirma como persona. Se trata de seguir la voluntad y los caminos de Dios, aunque no se le pueda comprender (Gén.22, 1-19 ). Esta suspensión de la ética permite alcanzar un verdadero compromiso con Dios. Para evitar la desesperación la persona debe dar un "Salto de Fe", que se encuentra lleno de riesgos.
Si bien Kierkegaard nos abre, desde la propia existencia humana, la puerta a la trascendencia como sentido de vida, nos deja atrapados en el plano individual. El salto de fe que plantea el autor no lo damos solos, nos acompañan y lo hacen posibles los otros. Es desde la relación interpersonal que trascendemos nuestra individualidad. Y es desde este totalmente Otro, el ser superior y creador, donde se fundamenta la relación humana con lo distinto. Profundicemos en este   asunto.
B> Karol Wojtyla: lo entiende de esta manera, cuando nos traza el camino desde la persona en acción, que es esencialmente acción comunitaria y que termina en solidaridad que conduce a la trascendencia de la persona. La trascendencia de la persona tiene una estrecha relación con la verdad, pues el hombre como persona busca la verdad, y es la sumisión de la mente a la verdad lo que condiciona la mente de la persona. Las pruebas de la naturaleza espiritual del hombre proceden de la trascendencia de la persona en acción, opina el  autor.
C> Martín Buber (1878-1965): encuentra el fundamento de la relación entre el yo y el Tú en el Tú eterno; además plantea que en la misma relación entre personas podemos percibir la presencia de este Tú último, cuando la vivimos desde y en el amor. Según este autor, cuando el hombre entra en la relación con un ser -con otra persona, pero también con la naturaleza- descubre un "soplo" del eterno. Las líneas de las relaciones, prolongadas se encuentran el el eterno. A Dios lo encontramos en este mundo, en las relaciones auténticas vislumbramos que Dios habita en este mundo, aunque no se identifica con él. Este habitar de Dios en el mundo hace que la creación sea sacramento, presencia de Dios. El Tú eterno es para Buber Dios-amigo, amor. En la relación humana yo-tú siempre está el peligro de cosificar el tú, que el tú se convierta en un ello. A esta posibilidad Buber la denomina "sublime melancolía de nuestra suerte". Pero en la relación con el Tú eterno, es decir, con Dios, esta posibilidad negativa se excluye. Si el yo se hace en la relación, la que se establece con Dios es una llamada del eterno que exige una respuesta plena de amor.
D> Gabriel Marcel (1889-1947): admite un conocimiento metafísico, es decir, un conocimiento de la interioridad y de las verdades radicales de la existencia. Piensa que la metafísica no debe resolver el problema del misterio ontológico, pues en su vano intento de aclararlo lo estaría degradando a la categoría de problema. La actitud metafísica ante el misterio ha de ser de disponibilidad y apertura. La distinción clásica que hace entre problema y misterio lo lleva a otra distinción: la del ser y tener. El primado del tener sobre el ser se manifiesta en muchos aspectos de la decadencia de la cultura contemporánea, pues el hombre se objetiviza y pierde sensibilidad para abrirse ante el misterio que envuelve su existencia. El tener nulifica al ser. Sólo convirtiéndose en medio podría el tener construir al ser. El primado del ser es el que se encarna en actitudes vitales que son testimonio del misterio: la fidelidad creadora, el amor, la esperanza. Para Marcel el hombre es siempre un caminante. La vida es una peregrinación en busca del sentido de la existencia. En el camino habrá obstáculos, siempre estará presente la tentación del primado del tener, pero al mismo tiempo el peregrinar terreno se puede estructurar en torno a la esperanza. En la esperanza se nos abre lo trascendente, se afirma la existencia de un ser más allá de todo lo que aparece, que colma las ansias del sentido del hombre. Pero a la trascendencia no se llega a través del discurso lógico, sino por   intuición.
Como bien nos lo han planteado estos autores, la trascendencia es parte de la vida del hombre, de su constitución como humano. Y es yendo más allá de la razón y de lo propiamente empírico que podremos intuir el misterio y la presencia de este ser trascendente: Dios. Ahora, el camino no es individual, partimos de la estructura relacional del ser humano como camino a lo últimamente trascendente, el Tú   Eterno.

3.4      EL SER HUMANO ES SER SOCIAL E HISTÓRICO:

La misma ciencia no puede prescindir de la subjetividad y de las condiciones  sociales e  históricas al momento  de  investigar y  producir conocimiento. Las dimensiones subjetivas, históricas, sociales del hombre, deben ser vistas como condición de posibilidad para conocer y producir conocimiento, pero también como horizonte de comprensión al momento de acercarnos a los conocimientos   científicos.

                    A> EL CÍRCULO DE VIENA:

En 1922 un grupo de científicos austríacos constituyen lo que llamaron "El círculo de Viena", un intento por fundamentar y construir una ciencia pura, unificada. Siguiendo a Bertrand Russell afirman que "El mundo es  la totalidad de los hechos (fenómenos), no de las cosas (Noúmeno, esencia, realidades metafísicas). Parten de una crítica a la Metafísica, desde un análisis del lenguaje dicen que ésta contiene palabras sin sentido, proposiciones mal construidas sintácticamente, pues no hay manera de decidir empíricamente sobre afirmaciones metafísicas. Defienden el positivismo lógico, es decir, el conocimiento basado desde lo que se expone a los sentidos. De esta manera los enunciados universales quedan excluidos de significados, pues habría que hacer un número infinito de observaciones para demostrarlas empíricamente. Desde esta pretensión se erigió la ciencia como el único conocimiento verdadero, y la metafísica entró en crisis. Sin embargo, la historia no permitió a los integrantes del círculo de Viena llevar su cometido, pues estalló la Segunda Guerra Mundial y tuvieron que huir de su País y disolver el grupo. Muchos han continuado este esfuerzo, afirmando hoy en día que el único conocimiento válido y verdadero, del que no cabe ninguna duda, es el científico, por ser verificable en la experiencia.

                     B> UNA CRÍTICA INTERNA A LA CIENCIA: KARL POPPER Y                           LA FALSABILIDAD.

Contemporáneo al Círculo de Viena, pero crítico severo del mismo, fue Karl Popper, quien murió no hace mucho, en 1994. El neopositivismo del círculo defendía el criterio de verificabilidad como criterio de verdad. Popper acerca los límites entre la filosofía y la ciencia. Sostiene que no existe la observación neutra por parte del científico, dice que toda observación está cargada de teorías. En la misma época comienza una crítica importante al conocimiento científico: Heiddegger sostiene que todo conocimiento es llevado por intereses personales, dando origen a la Hermenéutica, que busca comprender el contexto en que surge un descubrimiento o un texto. Cito a Heiddegger porque su movimiento influyó en la crítica de Popper a la ciencia. Este último sostiene que las teorías pasan a ser proyectos interpretativos que no sé si son ciertos o falsos,  por eso propone la falsación; pues, según él, las teorías nunca pueden ser verificadas, pero si pueden ser falsadas. Si digo: "Todos los cisnes son blancos", no puedo demostrar que hasta el último cisne de la tierra lo sea, pero si consigo un cisne de otro color mi teoría queda falsada y por lo tanto carece de verdad. Para Popper, ninguna teoría científica es verdadera, son sólo explicaciones probables de la realidad. Para él, la ciencia utiliza el método deductivo, pues aplican teorías a casos particulares, hasta falsearlos. Antes de observar, el científico es movido por sus propias ideas. Entonces se llega a la explicación más probable, nunca nada llega a ser verdadero. Sin embargo, la crítica de Popper no es tan radical como parece, pues cree en la posibilidad de la ciencia como conocimiento objetivo, aislado de los sujetos y de su historia; las teorías científicas, según Popper, tienen existencia objetiva. Y en esto contradice la hermenéutica de Heiddegger.

              C> UNA CRÍTICA MÁS RADICAL: TOMÁS  KUHN

Kuhn también fue contemporáneo del círculo de Viena, pero contrario a ellos en su pensamiento, y profundiza la crítica de la ciencia al plantear la inconmensurabilidad de las teorías científicas, es decir, dos teorías no pueden ser comparadas. Veamos por  qué.
En su libro "La Estructura de las Revoluciones Científicas" Kuhn hace énfasis en la historia y su desarrollo para comprender los criterios de verdad de la ciencia. En otras palabras, es la historia la que determina el paradigma científico reinante. Para Kuhn, el conocimiento científico no tiene carácter acumulativo ni lineal, la ciencia no evoluciona, sino que una teoría científica suplanta a otra. El encuentro de paradigmas científicos  es de revoluciones, de conflicto entre el uno y el otro. Cuando surgen anomalías en la ciencia normal que no se explican, los científicos revolucionarios explican las anomalías y se convierten en portadores de verdad, de esta manera un nuevo paradigma o teoría científica pasa a ser la nueva explicación de una realidad, sin tener ninguna relación con la teoría científica anterior que derrocó. Es la Historia, según Kuhn, quien decide cuál de los dos paradigmas es mejor, y esta historia es externa a la ciencia. Las teorías son inconmensurables al comienzo, progresivamente se van acercando una a otra, una teoría se va introduciendo en la otra. Aquí la inconmensurabilidad es  relativa.
En discordancia con Popper, Kuhn sostiene que una teoría no es falseada, es sustituida por otra. Las anomalías o lagunas de una teoría no tienen ningún valor si no hay un paradigma nuevo en la competencia que solvente dichas anomalías. Todavía late en Kuhn la posibilidad de hacer una historia de la ciencia. La ruptura no es   total.

              D> LA MÁS RADICAL DE TODAS LAS  CRÍTICAS A LA                        CIENCIA: PAUL                                         FEYERABEND

Pasa por varias posiciones respecto a la ciencia. Al principio de su pensamiento mantenía un empirismo radical (en 1962), es decir, creía en la ciencia como único conocimiento posible y aislado de toda subjetividad. En 1970, en su obra "Contra el método", cambia radicalmente su postura respecto a la ciencia. Desde este escrito sostiene que la vida concreta del científico influye en la investigación. Afirma que el estudio científico nunca está separado de la base histórica, pues el investigador no parte de un problema, sino de una actividad lúdica. Feyerabend niega la sistematicidad y racionalidad de la ciencia al momento de investigar, el científico procede de acuerdo a sus condiciones históricas y subjetivas; su planteamiento se le conoce como un anarquismo epistemológico: en la investigación científica no hay reglas ni método establecido, todo  vale.
Continúa Feyerabend: si procediéramos con la falsabilidad propuesta por Popper no avanzaría ni sobreviría la ciencia real. Plantea la discusión en términos de la cultura contra la universalidad, al momento de hacer ciencia. Sostiene que después que aceptamos o inventamos algo lo justificamos, el proceso racional es segundo; no hay imparcialidad ni ingenuidad al momento de comprobar una hipótesis científica. Cuando se está al frente de una investigación se procede y  ya.
Para Feyerabend la separación entre ciencia y arte es artificial; no cree en la historia lineal de la ciencia. Apunta que los científicos filosofan, tienen principios que orientan parcialmente su investigación. La buena ciencia necesita argumentos metafísicos para que funcione correctamente; sin esta dimensión filosófica la ciencia no habría llegado a donde ha llegado.
El contexto cultural, continúa Feyerabend, es el que da sentido y certeza a los descubrimientos científicos. Existe una dimensión existencial en el hombre, que es la forma en que toda conversación se inscribe en situaciones extremas de la vida real. La ciencia es, pues, para este autor, tan sólo una forma de vida, un modo; más no el  único.
Los juicios personales sustentan a la física, afirma Feyerabend. La equivocación de que no existen en la ciencia es la causante de la impresión de objetividad. Sostiene la inconmensurabilidad total de las teorías científicas y afirma un pluralismo en el conocimiento. Por ende, es necesaria la superación de las bases racionales de la ciencia, pues no es la única forma de hacerla.
Feyerabend afirma que la ciencia es una tradición más, no es una tradición superior. No la discutimos por sus productos, que son excelentes, sino por lo que es. No hay democracia de tradiciones. La ciencia no ha dejado que otras tradiciones se desarrollen libremente. Por consiguiente, la educación se ha convertido en un dispositivo para adoctrinar a las masas desde la tradición científica como la mejor. Es así que nuestro mundo  está construido sobre una racionalidad científica, que hace posible que la brecha entre ricos y pobres crezca cada vez   más.
En la vivencia humana no encontramos fronteras entre filosofía y ciencia. La una es tan débil como la otra, sostiene    Feyerabend.
En nuestro lenguaje cotidiano finalizamos una discusión cuando alguien dice: "eso está científicamente comprobado". Se nos hace ver que la ciencia es imparcial, infalible, portadora del único conocimiento posible. Las críticas de Popper, Kuhn y Feyerabend nos han puesto ha pensar que la subjetividad de la persona y la historia no son ajenas al científico al momento de comprobar una hipótesis; segundo, queda cuestionada la imparcialidad, objetividad y veracidad de la ciencia. El conocimiento es posible y verdadero, pero siempre en unas coordenadas históricas, personales, culturales. Igual sucede con la persona, la relación y la trascendencia. No son éstas entidades abstractas ni categorías filosóficas racionales, existentes sólo en el pensamiento de alguien. Son realidades palpables en la historia comunitaria de cada quien. Ni la ciencia ni el conocimiento científico escapan a estas dimensiones fundamentales del hombre: su ser persona, su ser relación, su ser trascendencia. Optemos, pues, no por un currículo positivista, que nos prometió desarrollo, progreso y felicidad que no han llegado ni llegarán aislados de lo humano; sino por nuestra misma esencia, por lo que nos permite encontrarle sentido a nuestra existencia: nuestro ser persona abierto a la relación con la naturaleza, con el tú, con el Otro  eterno.

4. LA TEORÍA POLÍTICA DEL PERSONALISMO Y DE LA RELACIÓN: A> MOUNIER:

Para este autor, aunque la comunidad personalista esté lejos de alcanzarse, es necesario idear proyectos políticos-sociales que    tiendan a su realización. Sostiene que el Estado debe ser para el hombre y no al contrario. Rechaza el totalitarismo político, pero también el liberalismo capitalista y burgués, por estar fundado en una visión materialista, individualista y egoísta del hombre. La sociedad capitalista es para él el desorden establecido.
El personalismo pide que todas las estructuras sociales sean replanteadas. El hombre, según Mournier, debe descentralizarse: hay que crear las circunstancias adecuadas para que la persona pueda darse a los demás y estar disponible, en comunicación y en comunión con sus semejantes.
La persona existe sólo en una relación social, como miembro del nosotros. Solamente en una comunidad de personas el hombre puede realizar su vocación moral. De ahí que defina su doctrina como personalismo comunitario. Afirma que hay que llegar a un socialismo personalizado. Su personalismo invita a la acción política, superando los totalitarismos  y  el liberalismo.

B> WOJTYLA:

Para este autor el individualismo y el totalitarismo son limitaciones de la participación. Son dos sistemas cuyas implicaciones deben tenerse   en cuenta. El individualismo implica la negación de la participación porque aísla a las personas. El individuo se concentra sobre sí mismo y sobre su propio bien. Proclama la autonomía y la supremacía de los derechos del individuo frente a los de la sociedad y el  Estado.
El totalitarismo se puede considerar como un individualismo invertido en cuanto negación de la participación. Según el totalitarismo, para realizar el bien común no queda otra vía sino aquella de obligar con la fuerza al hombre a actuar en un determinado modo, aniquilando la acción y la iniciativa individual de la persona.
El fundamento de ambos sistemas puede definirse como impersonalista o antipersonalista, ya que el rasgo distintivo del enfoque personalista es la convicción de que ser persona significa ser capaz de participación.
La solución al problema de la comunidad y la participación se debe buscar en el bien común, en el bien de la comunidad, según el autor. El bien común es superior a los bienes parciales o individuales en virtud de su  carácter intrínseco.

CONCLUSIONES:

Se han dejado sentadas las bases para pensar en otra educación, más allá de la disyuntiva educativa actual entre socialismo y positivismo como filosofías que sustenten nuestros sistemas educativos. No se trata de esperar hasta que un gobierno asuma esta propuesta y las lleve a las aulas de clase. Nosotros como educadores podemos asumir como forma de educar y estilo de vida esta filosofía del Personalismo, que coloca al ser humano como fin único, escapando al individualismo exagerado del capitalismo, pero también a la masificación u opresión social de los totalitarismos  y  del socialismo.
Entender al ser humano en toda su complejidad, o al menos aceptar que éste es misterio y perplejidad, permitirá escapar de reduccionismos racionales o empíricos, de fanatismos o relativismos propios de nuestros tiempos. Desmitificar la ciencia como el único conocimiento posible, educar para la trascendencia (dimensión existencial olvidada y negada por el mismo hombre desde la razón), superar el individualismo a través de la búsqueda del bien común sin olvidar la propia singularidad, son retos que se nos plantean a quienes creemos en el ser humano, en un Ser creador de todo nuestro universo, y en la complejidad del conocimiento   humano.
El reto está planteado, pero la decisión es ética y personal. No hay razones racionales para optar por uno u otro modelo educativo; pero si hay sobrados motivos éticos para rescatar nuestra humanidad, naturaleza (medio ambiente), espiritualidad, objetividad verdadera en el conocimiento, etc. Aunque la decisión en última instancia es personal no deja de ser comunitaria, el camino no es posible recorrerlo solos. Se trata de caminar juntos en una misma dirección, no imponiendo ideologías, sino concientizando las necesidades de nuestro mundo en estos momentos.  El bien común debe imponerse sobre los intereses   individuales.
El autor de esta propuesta la ha hecho no por romántico, idealista o soñador; sino porque se ha hecho un recorrido vital que ha llevado a grandes descubrimientos. Lo que se afirma se hace desde opciones éticas de vida. Entendemos que es posible educar integralmente cuando entendemos que nos hacemos "Yo" en el tú y en el nosotros, cuando rozamos el soplo


del Tú Eterno, cuando concientizamos nuestras coordenadas históricas, culturales y sociales para entendernos a nosotros mismos y a nuestra comunidad. Por aquí se señala un camino, que lejos de copiar modelos educativos desde otros mundos de vida, quiere producir alternativas educativas desde nuestras prácticas de vida comunitarias, históricas, culturales.
Se ha propuesto una epistemología, basados en lo ya producido, que quiere sustentar cierta manera de educar. Dejamos en manos de los expertos educativos la elaboración de un currículo, pedagogía y didáctica personalista.
La invitación es ser parte de esta gran cruzada; la del humanismo, del amor como reconocimiento del otro, del rescate de la relación con nuestro creador, de la pluralidad del conocimiento, de la libertad, la participación  y la búsqueda del bien  común.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alvarado S., "Karol Wojtyla: El Hombre como Persona en Dimensión Social", en Osadía  1, (2008), Universidad de Carabobo, Valencia, Venezuela.
A.A.V.V., "Historia de la Filosofía", Ed. Santillana, Buenos Aires, 2006.
Fazio-Labastida, "Historia de la Filosofía Contemporánea",. Palabra, Madrid, 2004.

Moreno A., "El Aro y la Trama", Universidad de Carabobo-CIP, Valencia, Venezuela, 2005. (3era. Ed.).

1 comentario:

  1. DISPONIBLE EN LA REVISTA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN 38 UNIVERSIDAD DE CARABOBO- VENEZUELA

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